cap 9

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Lisa al entrar por la puerta de Holland se sintió inhibida, habia entrado un millón de veces en el pasado de la mano de su madre. Ahora era distinto, estaba sola. Tomo aire y entró, su madre la acompañaba en el corazon y lo haría por ella.
Se dirigió a recepción, podía sentir en ella los ojos de las personas que pasaban y trabajan ahí. Luego de unos segundos la hicieron pasar, caminaba con un poder y una sensualidad de la que Angela estaría más que orgullosa.
Allí parado estaba Ronald, su padre adoptivo, el hombre que la habia odiado y despreciado desde el comienzo. Lo miro e hizo un pequeña inclinación de cabeza, sin dejar de mirar aquellos ojos. Al voltear se encontró con la rubia de la noche anterior, la cuál al parecer no la reconoció. Intento saludarla pero la esquivo. Y sin permiso de nadie ocupo la silla de la punta, la que por años habia sido de Ronald.
Los presentes la miraban con asombro, era una mujer bellísima y despedía un aura de poder que los tenía encantados.
-lamento la demora-dijo con una voz sensual y dominante, todos acintieron risueños. Y a Helena le fastidio. Comenzaba a odiar a los asiáticos.
-fue un placer esperar por tan bella dama-dijo Bily y ella le sonrió.
-muy bien, ahora a lo que vamos-hablo una vez más.
Ronald hablo de la difícil situación que atravesaba la empresa, todos palidecieron pero Lisa los calmó con una pequeña esperanza, si conseguían un contrato de tres años con las industrias Odonell, se salvaría de la quiebra, mencionó presupuestos. Y hablo de otro enfoque empresarial. Los socios parecían dudar, pero era su unica esperanza. Así que al momento de la votación sólo Helena estuvo en contra.
Una vez tomada la decisión, Lisa saludaba a los socios, intentado recordar sus nombres y rostros. La junta habia llevado 4 horas, y todos se preparaban para almorzar en la sala de reuniones. La puerta se abrió y por ella un hombre de cabello miel entró con un ramo de rosas, lo observo dirigirse a la rubia de la noche anterior...
-quién es él?- le pregunto a Dina cuando se acercaba a dejarle su plato.
-es Jeims Makeint, el esposo de la señorita Helena.-Lisa casi se ahoga con el agua en aquel momento. Que descaro, pensó. Tenía esposo y habia engañado a Alex, ella no se merecía eso. Siguió observando un poco más de manera discreta. Hasta que lo vio caminar hacia su dirección.
-hola señorita Elisa, me presentó soy Jeims Makeint de constructora Makeint, esposo de Helena. -le sonrió de manera coqueta que le revolvió el estómago.
-encantada-respondió y siguió con su almuerzo. Afortunadamente El texano se acercó a ella y Jeims al verse desairado se retiró con menos seguridad que con la que se había acercado.
-señorita Elisa, tengo que decirle que me tiene fascinado, desde el momento que la vi supe que era la mujer ideal para dirigir y ordenar, y me lo confirmo durante la Junta. -ella sólo sonreía, el hombre era demasiado grande y estaba aterrada. -me gustaría presentarle a mi hijo en otra ocacion, como padre quiero lo mejor y créame que no he conocido a nadie como usted.

Así entre piropos y charlas transcurrió la reunión, Ronald sólo se limitó a mirarla de lejos, ella no lo quería cerca.

Ya Camino al departamento, Lisa decidió llamar a Angela, había un pensamiento que no la dejaba tranquila.
-y que tal estuvo-pregunto su amiga. Pero Lisa decidió no perder el tiempo.
-estuvo bien, luego Te cuento de eso. Ahora tengo algo más importante....

Ya por la noche en el estudio de Alex....

West, uno de los tatuadores de Alex ingresó a su salón privado. Estaba boquiabierto.
-que pasa?-pregunto extrañada. Ya que todos sabian que tenían la entrada prohibida.
-hay una diosa esperándote afuera, no quiso entrar ni decirme su nombre así que apresurate o te la van a robar-dijo casi babeando. Alex se quitó los guantes de látex negros y salió por la puerta.
La imagen de Lisa con un vestido rojo, al cuerpo la dejo sin aliento, ella habia sospechado de su buen cuerpo pero la realidad la impactó aún más. Y las sandalias negras terminaron de volverla loca.
Salió casi corriendo a su encuentro.
-Hola...-la voz de Lisa parecía algo nerviosa.
-Hola.-dijo Alex, la ansiedad de saber por que estaba allí la mataba.
-vine a buscarte.... Para ir a casa.-Lisa le sonrió al terminar su pequeña explicación. Y Alex asintió simplemente. La vio entrar nuevamente al estudio y decir algo. Luego de unos segundos estuvo nuevamente con ella.
Alex no podía dejar de mirarla, no sabia cual le gustaba más, si la Lisa del pijama de ositos o la Lisa del vestido sexi.
Lisa al sentirse objeto de estudió desviaba la mirada.
El ruido de un trueno la hizo mirar al cielo.... La lluvia no tardo en llegar. Corrieron hasta situarse debajo de un pequeño cobertizo.
-Lis... Hay que pedir un taxi. Hoy.... Vine en motocicleta. -hablo la rubia que aún la tenía de la mano.
-entonces regresamos en ella. -hablo con una firmeza y sensualidad que no pudo contradecir.
-ok... Esperame aquí. Yo iré a buscarla.-anunció la rubia.
-aquí te espero -le dijo Lisa con una sonrisa diferente.

Media hora después....

Alex y Lisa entraban al departamento riendo, estaban empapadas, además Alex se había patinando un par de veces en el vestíbulo y eso las tenía tentadas.
La rubia se apoyó,  en la puerta una vez adentro, Lisa habia ido a buscar unas toallas, estaba descalza y a la mujer mas alta le pareció perfecta aquella imagen de Lisa con el cabello mojado y el vestido al cuerpo con los pies desnudos....
-bueno... Iré a...-dijo la pelinegra al ver que la rubia la miraba pero Alex no la dejo terminar. Con un movimiento veloz y a la vez suave la acercó a ella. Rodeando su cintura, la miro a los ojos, no habia resistecia sino anhelo....

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