cap 19

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Alex tenía del cuello al pobre de Keyton que intentaba hablar.
-no sabíamos nada! Lo juro! Ni siquiera sabía que tenías un hermano pensé que sólo tenias a Noora! Alex créeme por Dios!-Alex pareció dudar un segundo pero finalmente lo soltó.
-Suban al auto o se enfermaran. - la rubia tomó de la mano a la pelinegra y obedeció a Nick.

Una semana después...

Alex se habia negado a hablar con Megan quien había ido a buscarla hasta en el gimnasio pero la rubia la rechazo. En la casa las cosas entre ellas habían quedado pausadas, hablaban y se cuidaban pero nada más.

Lisa había conseguido un trabajo de medio tiempo en un restaurante, Alex seguía en el estudio con la mente en el pasado y el corazón en el presente con la hermosa asiática que tenía sus días y noches cautivadas.

La pelinegra por su parte estaba investigando acerca del propietario de Holland. Hasta ahora tenia la dirección de una chica llamada Eleonoora, esperaba que tuviera conexión o al menos le brindará alguna información, el tiempo se le acababa y necesitaba una solución cuanto antes.

Por la noche del domingo mientras Alex cocinaba y Lisa se duchaba la puerta sonó...

La rubia camino hacia la puerta y al abrirla se encontró con una mujer y un niño acopañados de un par de maletas.  Alex los miro pero no alcanzo a decir nada ya que ls mujer que tenía enfrente se le adelantó.
-Hola! Tu debes ser Alex, no sabes cuanto quería conocerte. - dijo mientras la abrazaba. La rubia cada vez comprendía menos. -me hubiera gustado que sea en otra circunstancia pero no se pudo. -termino entrando las maletas y con el niño de su mano.
Alex la vio sentarse con el niño en su regazo y esperar, por la forma en la que sujetaba al pequeño estaba algo alterada. Pero no sabía quien era ni por que estaba allí.
-disculpa, pero quien eres? -Angela río con una mezcla de diversion y tristeza.
-lo siento, pensé que Lisa tr había hablado de mí. Ahora entiendo tu cara de desconcierto. Donde está Lisa?
La rubia procesaba lo que decía la mujer, llevaban más de un mes viviendo justas, se había besado un par de veces y no sabía nada de ella. Estaba loca por sentir que la amaba. Tendría que hablar con ella, sabía que habían cosas que no le diria, ella misma tenía secretos pero Lisa debía al menos decirle quién era esa mujer y de donde la conocía.
-ella está en el baño. Voy a buscarla,  mientras Siéntete como en casa. -le sonrió, parecía necesitarlo.

Lisa estaba en su cuarto por vestirse cuando la puerta de la habitación se abrió.

Alex quedó hipnotizada al verla envuelta con la toalla y el cabello mojado. Todo su cuerpo seguía mojado. Tuvo que sacudir la cabeza para no tomarla allí mismo.
-lo siento... -trago con dificultad y Lisa sonrió. Le encantaba cuando la rubia la miraba así, ya lo extrañaba. La última vez fue con el vestido durazno y ya no más.
-está bien- respondió la pelinegra sujetandose la toalla que amenazaba con dejarla expuesta.
-hay una mujer... Y un pequeño en la sala... Yo no sé quienes son. Pero parece que te conoce. Además sabe mi nombre. -concluyó aún sorprendida.
Lisa pensó unos segundos y luego salió corriendo tal cual estaba con Alex por detrás.

-Angela! Estas bien?! Están bien?!-la asiática abrazaba a la otra mujer con fuerza, ambas parecian consolarse. La rubia sintió envidia un instante hasta que noto que el afecto era fraternal.
-tranquila estaremos bien Lisa, o no Tomi?- el pequeño asentía con fervor.  Lisa le acaricio la cabeza y el niño sonrió.
-Mami, vamos a vivid aquí con mi madina y su bobio? - las tres mujeres se miraron un instante primero Angela a Lisa y Alex a ambas, luego Lisa a Alex y Angela a ambas.
-shh Tomi. Aún no se lo he preguntado así que shh. -el pequeño pareció molesto pero rápidamente lo olvido concentrándose en un juguete del hombre araña.
Alex noto la incomodidad de la madre así que decidió intervenir. -Lis, deberías cambiarte o te vas a enfermar. -la asiática miro a la rubia y asintió. Pero antes le dijo a su amiga que la esperara alli y ésta asintió.
Lisa se dirigió a su cuarto y sólo antes de cerrar la puerta noto que la Alex la seguía.
-tenemos que hablar-sentenció y la pelinegra volvió a asentir con la mirada en el suelo sabía que ese momento llegaría. -pero ahora no. -Lisa levantó la mirada rápidamente y la dirigió a la tatuadora. -primero hay que cenar, seguro que tu amiga y el niño tienen hambre. Hablaremos mañana.
-Angela, así se llama mi amiga. -dijo con timidez. La vio sonreír y se sintió más tranquila.
-muy bien, te dejo así te vistes.- a Lisa no le gustaban aquellas palabras por más que supiera que la vería en unos minutos.
Ya en la puerta Alex sintió los brazos de Lisa rodeando su cintura, y su cuerpo cálido pegado al de ella. Le acaricio las manos que tenía aferradas a su abdomen y sin poder resistir la tentación se voltio, quedando de frente a ella. Lisa se perdió en aquellos ojos azules y sintió el brazo de la rubia atrayendola hacia ella, se sujeto de sus brazos mientras los recorría con suaves toques. La mano libre de la rubia dibujaba el contorno de su clavícula haciéndola suspirar y casi gemir. Sin previo aviso sintió sus labios sobre los de ella, marcando, exigiendo, dando, protegiendo. Todo en ella era así y le encantaba. Alex quiso  apartarse pero Lisa se aferró a su cuello imponiéndoselo. Las manos de la rubia recorrían el cuerpo de la pelinegra de manera lenta y provocadora. El deseo de quitarle la toalla se intensificaba con cada beso. Alex se apartó un poco apoyando su frente con la de Lisa y respirando de forma agitada hablo- si no paramos ahora no podré detenerme. Y en verdad te deseo y no hablo sólo de los cuerpos... -Lisa confirmaba cada vez más que la amaba.
-yo también.-confesó.

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