cap 32

1.4K 109 18
                                    

Lisa secaba sus ojos para poder ver bien y asegurarse de que no fuese el sueño que la perseguía sin cesar, su cuerpo temblaba pero seguía el ritmo de su rubia que la guiaba a la salida. Alex volteaba para verla, era realmente hermosa pero esa noche la veía como nunca antes, como suya. Aunque tenia miedo Lisa la observaba callada y temia por su enojo o que no la perdonará. Desde la puerta miro una vez más al hombre que había entrado del brazo de su chica, este la saludo con una inclinación de cabeza, quizás no estaba todo perdido se alentó a si misma.

Transcurridos unos minutos que parecieron eternos, ambas mujeres se encontraban en el muelle...

Alex sabía que había llegado el momento de hablar, pero su mente estaba en blanco habia tanto que decir pero las palabras huían de su boca, aún sostenía la pequeña y cálida mano entre la suya agradeció que Lisa no la soltará.

-como has estado?- su dulce voz la despertó, al verla a los ojos notó que estos lloraban en silencio desgarrando su propia alma con la imagen.
Sin dudarlo retiro aquellas gotas que hacían ver a su mujer triste.
- lo siento...Lisa ....fui...fui una...- Alex intentaba disculparse quería decir a los cuatro vientos que desde que se alejo de ella era la persona más infeliz del mundo que había andando como vagabunda perdida sin nada que la motive y que el único razón que la mantenía con vida estaba allí en ese desolado muelle a frente a ella ...
-por que tardaste tanto?!- le recriminó entre llanto y una risa que Alex supo describir de felicidad. Al tiempo que la sujetaba de los hombros acercándola más a ella y a sus labios, besándola con toda la espera que había experimentado y amor acumulado.
La rubia recibió y entrego a su vez lo guardado la beso lento sin poder evitar llorar, su rostro estaba empapado, pero eso no las detuvo.
-perdon....Lis mi amor. - hablaba entre jadeos- te extreñe demasiado tanto que no voy a dejarte ir jamás! - Lisa la escuchaba y deseaba con todo su ser que fuera cierto. - no me importa si dejas de quererme yo te amare por las dos, verás que será suficiente - decía presa del pánico a perderla, por qué apesar de que estaba con ella aún la veía sonreír con aquel hombre y sabía que era una egoísta por buscarla pero por primera vez en su vida amaba ser una egoísta de mierda ya que eso la llevo a encontrarla y tenerla entre sus brazos.
-yo no dejaré de amarte jamás... Pero quiero que me demuestres que me amas todo el tiempo a cada instante por irte de mi lado. - dijo la asiática rozando sus narices. La rubia sonrío.
- hasta el fin de mis días mi amor. Ash! - dijo abranzabdola con fuerza mientras llenaba sus fosas nasales de su aroma- Dios! Te extrañe!! - decía al tiempo que besaba la parte posterior de su cuello.
- yo mucho más - confesó la pelinegra sujetándose con más fuerza hundiendo su rostro en el pecho del amor de su vida.

Pasados unos minutos Lisa estaba entre los brazos de la rubia mirando el agua en calma.

-sabes?...- hablo llamando la atención de la tatuadora que le acariciaba los brazos y el cabello libre. - cuando tenía aproximadamente 12 años intenté ahogarme en el mar... Lo recuerdo tan nítido. -al oírla la rubia la abrazo con más fuerza como si quisiera borrar ese recuerdo de su mente con el acto.
- que sucedió?- la voz ronca de la mujer alta resonó en su espalda, amaba su voz le daba tranquilidad.
- iba a conseguirlo pero un chico de cabello rojo me saco del agua. Y me dijo que era estúpida jaja- Alex la escuchaba con atención casi parecía su recuerdo. - y tenía razón, es por eso que decidí intentar vivir, no recuerdo su rostro solo que estaba muy golpeado y la última cosa que me dijo: si naciste es para algo estúpida jaja y se fue. Hacia mucho frio y estaba mojado pero aún así me salvó...de mí.
Alex estaba perdida en aquel día, ella después de que se había escapado de su casa se pinto el cabello de color rojo según que para que no la reconocieran pero jamás la buscaron, la noche anterior había peleado por algo de dinero y estaba totalmente adolorida, recordó a una niña caminar como poseída hacia el mar, como si alguien la llamara. Recordó que la vio sumerjerse por completo pero no pudo no hacer nada, de un momento a otro estaba en el mar buscandola con desesperación, hasta que la sintió. Sonrío con nostalgia, Lisa era realmente su destino. Ya que ella aquel día también había pensado en múltiples ocasiones acabar con todo aquello.
Cerro los ojos y vio el rostro de una Lisa pequeña con los labios oscuros y luego sus ojos tristes. En ese momento deseo poder hacer algo por ella, y el destino le otorgó la posibilidad de amarla.
- te amo- le dijo al oído. Se puso de pie, Lisa  solo la observaba. - te amooo!!!! - grito y la asiática le hacía señas para que se detuviera no habia nadie pero aún así. - graciassss! - gritaba la rubia con las manos a los lados de la boca - graciasss! - le gritaba al mato azul que de mantenía en calma.
Lisa se puso de pie y Alex la cargo en sus brazos mientras la hacia girar provocando que la pelinegra riera como adolescente - te amoooo- seguia la rubia. Y la asiática reía aún más
- estás loca jaja- le dijo mientras la besaba.
- pero soy tuya mi amor. Soy tu loca y está loca te Amaa,!!! - Lisa volvió a reír.

***

Dos meses después...

Alex dibujaba en su cuaderno un diseño, pero no cualquier diseño uno de pareja y los llevarían ella y su futura esposa pensó con entusiasmos, había planeado proponérselo cuando regresarán para su cumpleaños.

La escucho tararear desde la ducha, el dibujo podía esperar....

Dan había aceptado todo con respecto a Lisi, sabía que debía de haber una gran historia de amor detrás de aquellos ojos tristes la primera vez que la vio. Y por la forma en que éstos brillaban y reían sin que ella lo hiciera sabía que su gran amor había regresado y que era para ella, ya que en ocasiones observaba a la rubia mirarla con tanto anhelo y devocion, embelesada con cada cosa de Lisi. Afortunadamente para él, no la perdería y en su lugar obtuvo dos grandes amigas de eso estaba seguro.

-cerveza Dan?- pregunto la rubia, la aceptó al principio la voz de la rubia le hacía ruido pero luego decidió pensar que estaba hecha para cuidar y amar a Lisa.
- gracias Alex ... Asi que se van..- dijo sin poder evitar ocultar  la tristeza en su voz.
Lisa se acercó a ellos al tiempo que se sentaba en el regazo de su novia y está la envolvía con un brazo y le daba un beso en el hombro.
- volveremos pronto Dan, si me extrañas puedes llamar cuando quieras.- le sonrió.
- ok, lo tomaré en serio jaja aunque Alex quiera matarme - se burló.
El ambiente era tan familiar, el restaurante iba de maravillas. En ese mes habían abierto uno en Grecia y el otro en París. Todo marchaba perfectamente bien, pensó la pelinegra apoyando su cabeza con la rubia.

- no doy más!!!- gritaba Keyton a su novio quien tenía que lidiar con los ataques de ansiedad de su amorcito.
-ya falta poco mi amor, tranquilo - intentaba en vano
- se supone que ese bendito avion tenía que llegar hace 5 minutos! Dónde está?!- renegaba y caminada de un lado hacia otro sin cesar
- amor- hablo el pelirrojo al tiempo que lo sujetaba en un abrazo- tranquilo se que las quieres, ok. Ya van a llegar, si?- dijo pero no pareció convencerlo. Afortunadamente Nick las vio a aparecer y Alex le hizo una seña para que no dijera nada, este asintió con la cabeza. Al tiempo que lo sujetaba posicionándolo de espaldas. Apenas lo libero, Keyton fue levantado por el aire prácticamente.
- Alex!!! Mi Alex! - lloraba su amigo - suéltame estúpida jaja que quiero abrazarte!- reía éste.
- pero ya te estoy abrazando reinita llorona! Jaja- se burló de su mejor amigo.
Lisa y Nick se saludaron más civilizados, cuando los amigos acabaron con las bromas y el llanto del chico al fin pudieron saludar a los otros. Nick le dió un abrazo a la rubia al tiempo que le decía que la próxima los dejaran ir con ellas ya que su novio no dejaba de llorar por ella, a lo que todos rieron.
Keyton por su parte le había pedido a Lisa que cuidara a Alex pero que si se portaba mal nuevamente le diera su merecido, ella le sonrió está vez parecía más cercana a ellos. Keyton lo agradeció en silencio.

Sabía que aquel viaje sería inolvidable para todos....

Los reencuentros no se detenían, Lisa abrazaba a su mejor amiga, a su ahijado Tomy, y a la futura sobrina Sabrina que nacería el próximo mes.  Angie le había dado un pellizcon a la rubia medio en broma pero Alex sabía que significaban.

Lisa al ver a Teresa no entendio nada, hasta que está le explicó que era hermana adoptiva de Alex, la asiática comprendió al instante que Alex era la persona que había buscando en aquel momento pero eso era en el pasado. Además había seguido el movimiento de la empresa solo para saber que harían con la empresa de su madre, y para su grata sorpresa habían continuado con todos los proyectos y sueños de su madre.

Lisa estaba tan contenta y plena... Faltaban apenas dos días para en cumpleaños de su novia.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora