PHOBIA┊ 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 (Temporadas 1 y 2)

2 x 1: The Master Plan and the New ¿Friendship?

Bulma Briefs era la adolescente más rica de Japón. Era hermosa, inteligente y talentosa. Lo que la hacía también, vanidosa. Simplemente brillante. Todos la amaban. Aparecía en entrevistas, libros, revistas de moda y belleza hasta las científicas y tecnológicas.

Su familia tenía una empresa archimillonaria. Se trataba de Capsule Corporation, que lleva muchas generaciones trayendo tecnología de la mejor calidad a todo el mundo.

Este fin de semana, su padre, actual dueño de la corporación, daría una presentación en una convención de Estados Unidos. Una gira, de hecho. Anunciarán un nuevo invento, la tecnología Hoi-Poi, la cápsula para transporte de maquinaria, cuando la convención toque el centro del país. Sede en Lincoln, estado de Nebraska.

Son Goku es un muchacho de once años de Nueva Orleans. No tiene excelentes calificaciones pero le alcanza para pasar de año. Es algo distraído e inocente y tenía mucha energía.

Distinto a su hermano cinco años mayor, quien cursaba el último año de preparatoria. Él ya llevaba un tiempo en que salía por las noches y pasó de ser travieso a ser un delincuente juvenil, borracho y grosero. Casi no asistía a la escuela, pero cuando sí asistía era un desastre. Se juntaba con otros dos chicos, y juntos eran el peor ejemplo para el pobre Goku. O Kakarotto, que era su nombre en realidad y era también como le llamaba su hermano y los tipos con los que él se juntaba.

Raditz nunca fue un buen niño. Ni cuando sus padres vivían, ni ahora. Y si no cambiaba su vida, no sería un buen hombre tampoco.

Pero no parece estar preocupado por eso.

— Oye, ¿Por qué vamos a ir a la convención de ciencia? No te gustan esas cosas y a mí tampoco. — le preguntó su hermano.

— Ya verás, Kakarotto. Verás cuando lleguemos. — Raditz tenía un plan, llevaba semanas armándolo junto a sus compañeros.

Viajaron en autobús a la convención.

— ¿Cómo vamos a pagar la entrada?

— Sólo sígueme.  

Entraron por detrás, habían dormido a un guardia y lograron acceder sin pagar nada. Dentro, estaban ya Nappa, de veinticinco años y Vegeta de diecisiete apenas cumplidos. Este último quizás era era el menor de los tres rufianes, pero era el príncipe, por lo tanto era millonario, poderoso, importante. O bueno... antes lo era. Sus amigos siguen tratándolo como el príncipe aunque no tenga nada.

Pobre Vegeta, orgullo había sido dañado. Por eso estaban a la espera de un gran evento como este. Querían robar algo, armar un escándalo y que la ciudad le tuviera miedo a su nombre de nuevo. Pero esta vez por causa suya, no de su padre que tenía el mismo nombre.

— Ya me lo esperaba. — dijo el hermano menor a los otros dos — ¿Qué maldad van a hacer? Les recuerdo que dos de ustedes ya son mayores de edad y pueden arrestarlos.

— No te metas. — bufó el peliflama, sin mirarlo.

— ¿Por qué debías traerlo? — reprochó el más alto, Nappa, al de cabello largo mientras contaba sus cigarrillos.

— No tenía con quién dejarlo y no lo voy a dejar en casa porque no confío en él.

— Yo sé cuidarme solo, mi abuelito me enseñó.

— No me arriesgaré a que quemes la casa, es lo único que tenemos. 

— ¡Dame una oportunidad! — suplicó con un puchero.

— ¡No porque eres un tarado!

— ¡Ya cállense los dos! Como los odio. - les gritó el más bajo. Sacó un cigarro de los que Nappa le ofrecía y lo guardó en un bolsillo. — Puede que nos sea de ayuda, no importa. Este es el plan.