05: Don Goten y su Pandilla.

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Salieron en busca del resto del grupo mientras llamaban por teléfono a aquellos que "viven demasiado lejos para ir por ellos" para juntarse en la cancha, de la cual ya prácticamente eran dueños. No era una cancha profesional, pero a ellos les encantaba.

Los aros no tenían red, era sólo una circunferencia oxidada. Hace años tenían una cadena en lugar de una soga, pero se cayó un día y nadie se molestó en restaurarla. La pintura blanca que remarcaba los límites estaba desgastada, pero ellos ya conocían el espacio como la palma de su mano y no les hacía ninguna molestia a la hora de jugar. No era una cancha de cemento, era de tierra anaranjada. No tenía techo, pero sí un par de bancas. Y además de sus casas y la escuela, era el sitio donde más pasaban tiempo estos muchachos.

Tenemos ya a Kevin Patterson. Un chico de 15 años de unos 1,47 centímetros, delgado. Aparenta unos 10 años. Cabello naranja, pecas y tez pálida. Con el cabello alocado entre lo corto que era. Suele estar sonriendo, pero cumple con el dicho de que los pelirrojos son algo temperamentales.

La segunda casa fue de Louis Jefferson, uno de los integrantes más recientes del grupo. Algo pervertido, se deja un poco de barba y suele verse deprimido. ¿Su cabello es un afro o sólo son rulos? Nadie lo sabe.

Finalmente, pidieron al padre de David Turner que lo dejara salir. Él era un niño con un gran amor a las hamburguesas. Gafas, acné, obesidad y colesterol. Uno diría que es parte del grupo sólo para que les haga la tarea al resto, pero no, en verdad son amigos.

Cuando iban llegando al punto de encuentro, vieron que ya estaba ahí el gran Joseph Jones.
Un afroamericano, tono obscuro de casi 17 años con contextura de basquetbolista profesional. Después de todo, tanto Goten como él tenían el sueño de jugar en la NBA.

Se saludaron con un choque de puños sin potencia.

— Esa cara... ¿Qué pasó, Goten? ¿Pares no quiere ir contigo al baile de navidad este año? — provocó de manera amistosa.

— Hay un parásito en mi casa.

Goten no solía verse así. Él había heredado del carácter de su padre, el cual era amigo de todos y sonreía siempre. Pero ahora, esa última oración que dijo fue casi siniestra.

Comenzaron a jugar, esperando al último amigo que no había llegado aún. Después de unos minutos llegó, era Richard Gutiérrez. El hijo de madre mexicana -inmigrante ilegal, por cierto.- y un yankee cualquiera. El primer amigo de Goten, desde la pre-primaria.

— Hoolaa — saludó en español al llegar, alargando las vocales. Sus amigos ya conocían un par de palabras en ese idioma gracias a él.

Una vez estuvieron todos, se sentaron en el piso, formando un círculo, mirando a Goten con expectación.

Suspiró y comenzó su relato sobre la familia que llegó a la suya.

PHOBIA┊ 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 (Temporadas 1 y 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora