16: The Last Time They Saw Each Other.

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Nos concentraremos en cierto calvo, que se había mudado al estado de Idaho cuando se separó de sus dos mejores amigos. Estaba en un vuelo desde el aeropuerto Idaho Falls hasta el Lakefront en Nueva Orleans. 

Iba muy pensativo, lo recordaba muy bien. El momento en que su vida cambió, estaban en la guarida. Y Vegeta tenía hechas sus maletas, pero no pudo irse de inmediato porque se puso a pelear.

— Estoy enamorado y me iré a Japón a vivir con ella. — exclamó y avisó su decisión sin pedirle permiso a nadie.

 Era primera vez que Vegeta admitía sentir algo bueno por otra persona. Y eso hacía muy feliz a Nappa pero... a Raditz no.

— Oh, vamos. ¿Vas a buscar una segunda oportunidad en la vida? —  preguntaba burlesco — Que no se te olvide que eres la rata asesina de esta ciudad, y lo serás siempre.

— Qué pena que tú no puedas aspirar a nada, pero yo no me voy a quedar a ser un fracaso el resto de mi vida. — murmuró, un golpe bajo al orgullo del tipo de largo cabello.

A Raditz siempre le molestó ser el más inútil de la pandilla, Vegeta lo sabía, y lo usaba en su contra.

 — Incluso un vándalo como yo merece una chica linda que me haga olvidar mis pesadillas, ¿no te gustaría eso también? — continuó atacando, Raditz sólo miraba hacia abajo en silencio, como un buen sirviente que no se atrevía a levantarle la voz a su príncipe.

Nappa estaba a unos pocos pasos, sólo mirando.

 — A-EME-O-ERRE, AMOR. — recalcó luego de deletrear— ¿Conoces esa palabra? ¡¿Tus padres te lo enseñaron antes de que se quemaran vivos?! — le gritó, y tomó sus maletas para seguir su camino a la puerta.

Incluso los príncipes se enojan tanto que les gritan a sus súbditos, y ellos tienen que acostumbrarse a asentir en silencio. Pero ya que el príncipe está abandonando sus tierras,  Raditz ya no tenía que soportar que le trataran así. 

— No estás enamorado, ¡la embarazaste y no quieres dejar solo al bastardo como tu padre hizo contigo!

Le gritó, con furia. Nunca le había respondido así a su superior, nunca se atrevió a comentar aquello con nadie tampoco. Aquél secreto que tenía Vegeta, que su papá de hecho no lo quería tanto como él solía presumir. Que él podía tener todo el poder que quisiera, causar todo el terror y controlar a voluntad, pero jamás podría tener algo tan básico cómo una palabra de aliento de su padre. 

Por que Vegeta Tercero odiaba a su hijo, Vegeta Cuarto, tanto así que se había suicidado después de abandonarlo (O eso creía). El Rey Vegeta no podía soportar saber que su nombre seguía en la herencia que tanto odiaba, Vegeta príncipe y que ese nombre seguiría y seguiría, de generación en generación. Al rey jamás se le habría ocurrido tan solo imaginar que su hijo dejaría esta vida de lado.

De todas las pesadillas de Vegeta el odio de su familia a él era la que más le dolía. 

Y nadie debía mencionarlo nunca, porque...

— ¡Repite eso pedazo de mierda! — se enfureció el peliflama.

Porque explotaba en ira. Y Vegeta era un despiadado asesino

Su paciencia ya se había esfumado. Tenía pensado en alejarse en silencio, por que le tenía lástima a Raditz especialmente. Pero él había cruzado la línea.

— Chicos, basta.—  Nappa finalmente intervino, pero ninguno de los otros dos le puso la más mínima atención.

 No quieres que ese niño salga sin el amor de papi y mami, por eso te crees que estás enamorado, es la excusa que usas para vivir en esa mentira, en esa vida que no es tu vida. ¡Tú perteneces a estas calles!

— Raditz, cállate. — sugirió el calvo, pero el de pelo largo estaba aburrido de seguir órdenes. 

 Ambos se acercaban, incitando una pelea física

 — ¿Por qué una millonaria, cachonda y poderosa chica japonesa iba a sentir algo por un delincuente de Nueva Orleans que lo único que tiene en esta vida de mierda es un título vacío de herencia? puso sus manos en los hombros de su compañero y lo sacudió — ¡Piensa, Vegeta, piensa!

Vegeta tenía los ojos llenos de odio. Iba a matar a Raditz en ese momento, pero su cuerpo estaba tieso. Su mente ahora era más poderosa que su ira.

— Sigues vivo únicamente porque soy un hombre nuevo. No volveré a matar nunca más. —  sonrío como él lo hace. Con cinismo — Vete a la mierda. No te quiero cerca de mi familia. Nunca pises Japón si no quieres que cambie de opinión.

Hubo un silencio, Nappa le dedicó una mirada confusa al de cabello largo y se fue tras Vegeta.

— ¿Aquí se acaba, jefe? — le dijo al más pequeño.

Vegeta le sonrió pero de manera diferente a la anterior. Esta vez, era una sonrisa amable dentro de lo posible. Ya sabemos que su rostro y expresividad es complicada.

— A pesar de todo lo que hicimos... Nappa, tú siempre tan buena persona. Eres libre ahora.

Dijo con infinita seriedad y se fue del país.

Esa fue la última vez que hablaron y se vieron en persona.

Pero lo que importaba ahora no era Vegeta, eso vendría después.

Ahora se centraba en Raditz. Nappa sabe que él murió. Oh, vaya que lo sabe. Y necesitaba a alguien para contarle algunas cosas. Alguien que merecía toda verdad.

PHOBIA┊ 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 (Temporadas 1 y 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora