01: The Call That Opened Many Wounds.

972 87 5
                                    

Raditz ha muerto esta mañana. Ya es de tarde en el estado de Luisiana y el hermano menor del difunto comenzó a llamar a quienes debían sí o sí estar presente en su funeral para invitarlos, ya sea por haber sido importantes en la vida del difunto o para acompañar a la familia en duelo.

Vegeta era el primero y en Tokio, el día siguiente apenas estaba comenzando.

Aún con pereza por haberse levantado hace poco, él contestó. Su esposa Bulma llegó al rato después. Lo vio con expresión desconcentrada, esa llamada no era una noticia particularmente buena.

 — ¿Pasa algo malo? — preguntó sentándose junto a él.

 — Algo así. ¿Te acuerdas de Raditz?

— ¿Tu amigo de Estados Unidos que tenía el cabello largo?

— Ese mismo... — llevó una de sus manos a su cara, pasándola entre sus ojos para liberar un poco de tensión —  ¿Recuerdas que te mencioné que tenía cáncer de pulmón?

El rostro de la peliazul cambió a uno de mucha preocupación.

— Oh...

— Me invitaron a su funeral, después de todo, resulta que yo era su mejor amigo. — se levantó del sofá y quedó tieso mirando el piso — Nunca me vino a visitar como lo prometió.

Bulma solo reunió fuerzas para abrazar a su esposo. Él no mostraba pena alguna, pero ella sabía muy bien lo bueno que era Vegeta para actuar y esconder lo que siente. Así que Bulma lo demostraba por ambos.

— Tendré que volver a América... — hizo una breve pausa para suspirar — ¿Me van a acompañar?

— No te dejaríamos solo en esto.

Él soltó una pequeña risa, tan masculina y propia de él, al darse cuenta de que su mujer era de esas... Que sólo él podría entender. La abrazó y acarició su cabello por unos segundos. Segundos que valían mucho para ambos, pues Vegeta no era de dar la iniciativa en los actos amorosos.

Se separaron instintivamente.

— Será mejor hacer maletas, el funeral será este fin de semana. Kakarotto dijo que podríamos quedarnos en su casa porque allá no hay muchos hoteles de "nuestro prestigio". — hizo comillas con los dedos antes de irse a buscar un trago a la barra que había detrás.

— Bien, iré a decirle a Trunks.

Y el segundo en recibir el llamado, sería Gohan. 

Mientras, en una cancha común y corriente en Nueva Orleans, un joven pelinegro jugaba baloncesto, mientras su madre lo observaba desde la banca. Había estado llorando la muerte de su tío desde que se enteraron la noche anterior, y necesitaba hacer algo para despejar su mente.

— Yo no quiero quedarme con ellos, esa gente es de lo más fastidiosa, mamá. Siempre presumiendo sus cosas, o mirándonos como si no fuésemos nada. — dijo sin mirar a su madre y concentrándose sólo en su tiro.

— Hijo, sé que no te gusta la gente adinerada pero yo los conozco, son buenas personas.

El chico encestó, se dejó caer de hombros, y no fue a buscar el balón hasta varios segundos después.

— No me da buena espina.

Continúo boteando cuando se hizo con el esférico nuevamente.

 Milk quedó pensativa, entendía a su hijo menor en cierta forma porque..... una familia como esa les haría ver todo lo que ella jamás podría darle a la suya.

— Goten, ya confirmaron. — dijo antes de ponerse de pie — Se quedarán con nosotros, y el día siguiente al funeral se irán. — se acercó despacio a su hijo para sobarle la espalda — No te preocupes, son buenas personas. Que tengan más que nosotros no los hace mejores ni peores, eso lo sabes bien. Además, Bulma y Vegeta tienen un hijo de tu edad, puedes darle un recorrido, mostrarle como se hacen las cosas en américa y patearle el trasero en el básket.

El chico sonrió, sin más.

— Ya entendí. Seré bueno con ellos. — suspiró con pena — Al tío Raditz le hubiera gustado que le mostrara SU ciudad a unos turistas japoneses. — dijo con tono burlesco y se separó de su madre para seguir jugando.

Madre e hijo se alejaron, entonces, pensando en quién los había dejado. 

Goten lo admiraba, lo quería, lo extrañaba. Después de Gohan y su padre, el tío Raditz fue su tercer modelo a seguir.

Aunque a su madre nunca la agradó su cuñado. Él fumaba hierba, se acostaba con mujeres como si le pagaran por ello, era imponente, impuntual, insolente, rebelde, no se aseaba bien y tenía amigos muy peligrosos que lo metían en cosas ilegales de las que ellos debían ocultarlo. Sin importar lo mucho que se habían esforzado Bardock y Gine, su hijo mayor era una horrible persona. Pero Milk lo dejaba pasar mientras le sacara una sonrisa a su hijo menor, él lo idolatraba de alguna manera y no quería ser ella la mala del cuento.

Por supuesto, Milk confiaba mucho en Goten. Sabía que su hijo jamás tomaría esos caminos sin importar con quién se juntara. Porque la misión de Goten era ser algo en la vida, cosa que nunca fueron sus padres.

Goten debía, en pocas palabras, ser como su hermano Gohan.






PHOBIA┊ 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 (Temporadas 1 y 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora