Capítulo 2

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Habían pasado cuatro años, cuando cumplí los once le confesé todo a Bash, se ganó mi confianza desde que cumplí diez pero no hallaba la manera de contarle todo, él se convirtió en mi hermano mayor y yo en su hermana menor, extrañaba esa sensación de sentirse protegida y querida.

Esa increíble sensación de tener una familia...

Recientemente cumplí catorce años, ahora me encuentro trabajando paleando el carbón, acabo de ver a Bash guiando a un chico como de mi edad. Llegaron a su puestos y comenzaron a trabajar.

Todos nos encontrábamos paleando cuando Bash se detuvo a penas unos segundos para limpiarse un poco la cara; le llamaron la atención.

- Alimenta el barco Trinidad, no te pagan por tomar vacaciones - Rápidamente Bash siguió en su trabajo. Pero el chico comenzó a cantar.

- No lo hagas enfadar - le dijo Bash, pero el siguió cantando, fue cuando recordé que con quien se desquitaban era conmigo ensuciando más el piso de donde dormíamos para burlarse de mi.

- No ganarás nada bueno créemelo - le dije mientras palaba.

- No es gracioso - Dijo Bash mientras alzaba la voz

- No quería ser gracioso... bueno más o menos - dijo el chico mientras soltaba una pequeña carcajada.

Bash lo miraba desconcertado, otra vez nos llamaron la atención pero esta vez a Bash, al chico y a mi.

- A veces se me escapa del alma la música -

- ¡Los mandaré a las trincheras! ¿¡ Eso está mejor!?

- No señor aquí estamos bien - dijo Bash un poco desesperado - Ya vamos señor.

- Supongo que limpiar las letrinas es particularmente repugnante - dijo el chico mientras vaciaba más carbón.

- No te hagas el chistoso - le dije mientras me limpiaba el sudor con mi brazo.

- ¿Que dijeron? ¿Quieren otro trabajo? ¿Eso es?

- Aquí estamos bien señor, nos gusta hacer andar el barco, es un privilegio - dijo Bash intentando calmarlo.

- Pues ya cállense - todos continuamos palando.

En el almuerzo estábamos sentados en una mesa, Bash, el chico y yo.

- Creo que es momento que se presenten formalmente ambos - dijo Bash rompiendo el silencio.

- Cierto, me llamo Gilbert Blythe - dijo dándome su mano para que la estrechara.

- Victor heffley - dije estrechando su mano. - y ¿que te trae en este caluroso lugar? - pregunte con curiosidad.

- Quiero conocer los lugares que mi padre no pudo - me sorprendí por su repuesta. - ¿y tu?

voltee a ver Bash y el solo asintió, dándome a entender que era alguien en quien confiar - pues... en resumen mi papá se fue cuando nací por ser albino, mi mamá tenía memoria de corto plazo no se acordaba de mi, me lanzó un jarrón - dije señalando mi ojo derecho - mi mamá falleció cuando tenía nueve, tenía que sobrevivir así que tuve que trabajar, y ahora Bash es mi familia. Fin.

Su cara me lo dijo todo, estaba completamente sorprendido.

- Vaya... - solté una pequeña risa por su repuesta. -

Nos encontrábamos todos descansando, yo me encontraba alimentando a mi rata, lo sé es un poco asqueroso pero si la dejaba la iban a matar a patadas o probablemente la lanzarían al fuego y de sólo imaginármelo, me daba escalofríos, la llame William, porque es una rata y así se llamaba mi papá, así que ya no puedo odiar ese nombre.

Gilbert otra vez se encontraba cantando, pude ver por el rabillo de mi ojo izquierdo como Bash se encontraba sentado en su hamaca.

- Dos días de esto, el fogonero no es el único al que no le gusta esa canción - dijo Bash serio.

- Solo estaba jugando - dijo Gilbert un poco desanimado por la reacción de Bash.

- Pues no juegues - Me sorprendió el tono Bash hace mucho no lo veía tan serio, pero era comprensible él estaba a cargo de ambos y por algún error lo podían despedir.

- Si tienes razón, el fogonero es un blanco fácil - dijo Gilbert intentando animarlo.

- No es por eso - Bash volteo a verlo.

- ¿Y entonces que? - preguntó Gilbert.

- Soy paleador hace diez años... más, es todo lo que tengo, no puedo avanzar hasta aquí llegue, y no tengo nada en tierra firme, hace cuatro años Victor llego y no tiene familia - me senté en mi hamaca con William en mis piernas - Y tú eres blanco, tienes opciones, eres un turista, Blythe yo lo necesito no me hagas perder mi empleo y a mi familia ¿Entendiste?.

- Si... si perdóname - Blythe se acosto.

- Y además cantas horrible - dijo Bash rompiendo la tensión.

- Según tu - le contestó

- Y tu deja esa rata - me dijo Bash con una mueca.

- Se llama William - los tres soltamos una pequeña carcajada.

- Victor ¿te puedo preguntar algo? - pidió permiso Gilbert.

- Dime - conteste mientras dejaba a mi rata en la cuerda de la que colgaba mi hamaca para que subiera a su hoyo.

- ¿Por que duermes con tu boina puesta?

Gilbert me daba mucha confianza y me demostró que tenía muchos valores así que accedí a contarle mi pequeño secreto, le hice una seña poniendo mi dedo índice en mis labios, de manera de indicándole que no podía hacer ruido - por esto - me quite la boina dejando caer mi cabello, no me llegaba ni a los hombros pero se podía ver claramente sin la boina que soy una mujer - No puedes decir nada ¿de acuerdo?

Gilbert seguía con una expresión sorprendida, analizó todo y asintió - tu secreto está a salvo conmigo.

Bash soltó una pequeña risa y habló - bien hay que dormir mañana trabajamos temprano.

Me acoste en mi hamaca - buenas noches

- Buenas noches - contestaron Bash y Gilbert al unísono.

Era un nuevo día con la misma rutina de siempre, olores varoniles, llevar una pinza si querías ocupar las letrinas, palear carbón, sudar, descansar...
Y mi parte favorita dormir.
Pero me vi interrumpida por lo que hacía Gilbert.

- ¿qué haces? - pregunte con curiosidad

- leo un libro - yo asentí pero tenía más dudas

- ¿de que es tu libro? - el lo alzó para que viera la portada del título pero había un pequeño problema - am... no sé leer

- oh perdón, el libro es de Geografía - se me quedo mirando unos segundos y tomó algo de su mochila y se levantó de su hamaca, sentándose en la mía.
- mira - comenzó a escribir letras en la hoja. - este es un abecedario y estas son la vocales, primero tienes que aprender las vocales, a e i o u

- ¿a e i o u? - el asintió

- y después se crean combinaciones con todas las demás letras, por ejemplo la "p" con la "a" es "pa".

Así estuvo enseñándome hasta que amaneció, para dentro de un mes aprendí a comenzar a leer.

- hu...bo un le-león en la se...lva q-que se, se hi...zo - sentí a alguien sentarse a mi lado.

- hubo un leon en la selva, que se hizo famoso pronto, porque nació sin melena, y sin un pelo de tonto. - leyó Gilbert - puedes separar las palabras de esta manera - escribió en una hoja " fa-mo-so" - cada ves aprenderás las palabras y así leerás más fluido.

Yo solo podía verlo sorprendida ¿como podía leer también? Gilbert es muy inteligente.
Y era un buen maestro en lectura, después me enseñó matemáticas, geografía, y más.

Gardenia Adventure (Gilbert Blythe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora