Princesa

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Ahora que SiYeon estaba a mi lado nada podía atacarme. Me sentía demasiado protegida a su lado, algo así como un gatito indefenso con su dueña.

—¿Desde cuando se conocen? —preguntó YongSun seria mientras tomaba un sorbo de café— Quiero que me digan todo —desafío con su mirada.

Una vez aclarados todos los malentendidos, YongSun se disculpó conmigo unas mil veces y me ayudó a ponerme una curita en mi nariz porque allí había un enorme corte horrible que arruinó mi precioso rostro. Ahora me encontraba sentada entre SiYeon y YongSun porque se desataría la tercera guerra mundial si esas dos se sentaban juntas.

—Desde el día que me contaste la leyenda —hablé primero—. Luego de que me vaya de tu casa yo me encontré con SiYeon, pero en ese entonces pensaba que me iba a descuartizar.

—Ella olía a pollo frito y, bueno, no pude resistirme ante tal embriagadora esencia. Luego descubrí que no era el pollo sino su esencia corp-

—Ya ya, no quiero detalles —hizo callar a SiYeon y me observó seria—. BoRa, ¿SiYeon ha actuado raro alguna vez contigo?

Pensándolo bien sí, recuerdo que fue la vez que decidí levantar los vidrios rotos y allí me corté el dedo que ahora ya se encontraba sano. No puedo olvidar aquel momento cuando sus ojos cambiaron de un azul grisáceo a unos... rojos, cuando vio mi sangre brotar del dedo.
Pero esto lo mantendré para mí, ni siquiera lo anoté en mi cuaderno como cosa curiosa o algo, no no, correría el riesgo de que me traten de loca o que vean el mismo y traten de hacerle algo a SiYeon.

—No —mentí, no iba a dejar que YongSun mate a SiYeon por tratar de hacerme algo. SiYeon me observó confundida y entendió a lo que me refería, la estaba encubriendo.

—¿Segura? ¿No te ha mordido ni ha intentado hacerlo verdad?

—Sí, segurísima. Es más, ella se comportó como una persona bastante normal.

Deja de mentir, deja de hacerle creer que todo esta bien BoRa

—Confío en tu palabra. Pueden irse de mi vista.

—Como digas —me levanté de mi lugar y me dirigí hacia la puerta con la intención de irme pero la voz de YongSun me detuvo, más bien, a ambas, porque SiYeon me seguía.

—Ah y BoRa... Cuídate mucho —asentí pero en cuanto volvió a hablar frené para escucharla—. Y tú cara de perro —señaló a SiYeon— más te vale cuidarla con tu vida, como prometiste

¿Prometer? ¿De qué mierda habla?

—¡Yong-

Literalmente nos empujó fuera de su cabaña y no pude volver ya que cerró la puerta con seguro. Observé su casa por algunos segundos, solté un suspiro agotador y comencé a caminar sin esperar que SiYeon me siguiese.
Al escuchar sus pasos por detrás mío me dí cuenta que me iba a seguir hasta que me muera, ¿por qué? No se, intuición.
Quiero preguntarle muchas cosas, pero su presencia me ponía ligeramente nerviosa y tampoco sabía por qué mi corazón latía más rápido y mi sangre fluía más rápido de lo normal, no tengo la más pálida idea de que sucede con mi cuerpo cuando ella se encuentra a mi lado.

Sí, estaré segura y cálida en sus brazos, pero otra cosa era no sentirlos y tenerla al lado mio. Tal vez sean alucinaciones mías, me acostumbré a ello.

El caminar se hacia más lento con el pasar de los minutos y cuando me di cuenta estuve caminando por el camino incorrecto todo este tiempo. Frené en seco al no saber donde me encontraba y un sentimiento parecido al pánico invadió mi cuerpo por completo.

—S-SiYeon

—¿Que pasa princesa?

—¿D-Donde estamos? —me acerqué más a su cuerpo. Hasta este punto era de noche y no podía ver mucho.

The princess and her wolf | SuaYeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora