Hay algo que debes saber

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Al despertarme el dolor de cabeza era menor al de antes. Con pesadez observe mi alrededor y estaba en la enfermería de la universidad.

¿Que mierda hacía aquí?

Llevé una mano a mi cabeza y tenía un trapo mojado, ahora sí creo que tengo fiebre, o bueno, la tenía.
HoSeok estaba a mi lado y al verme se acercó a mi ya que estaba en un pequeño banco sentado, iba a hablar pero una anciana que al parecer era la doctora se acercó a nosotros.

—Tengo los análisis de la señorita Kim BoRa —observó una tabla con varios papeles y frunció su ceño.

—¿Qué es lo que tiene doctora? —dijo HoSeok preocupado— ¿Ella esta bien?

—Parece que la señorita no ha comido en días y su cuerpo sufrió un colapso por tener las defensas bajas, nada de otro mundo —comenzó a anotar varias cosas y luego despegó el papel para dárselo a HoSeok—. Tiene que tomar estas vitaminas para que se recupere. Una vez cada ocho horas.

—Gracias Doc —la doctora asintió y luego se marchó.

HoSeok me observó algo molesto, pero luego de unos segundos su rostro pasó a uno más calmado. Se sentó en la silla, que ahora estaba a mi lado, y esperó para que yo le dijese algo. ¿Pero que esperara que le diga? ¿Que tuve una pesadilla y luego empecé a tener estos ataques raros? Ni en sus sueños.

—¿No tienes algo que decirme BoRa?

¡No entiendo nada de lo que estaba pasando entre nosotros! Primero me ignora y me trata como todas las chicas, pero ahora parece que nos llevamos bien y de la nada me sale con que me llama por mi nombre. O algo anda mal aquí o es otro HoSeok porque que yo recuerde no aclaré el malentendido.

Esa mierda me tiene más tensa que cualquier otra cosa.

—¿Qué quieres que te diga HoSeok? —lo observé divertido y negó, también divertido.

—¿Qué ha estado pasando contigo? La doctora me dijo que no has comido durante días.

"¿Mentir o no mentir?" Esa pregunta rondaba por mi mente repetidas veces. Veamos, si yo le digo la verdad puede ser que me tome como loca demente y me acuse de estar mal mentalmente, pero por otro lado si yo le miento me volverá a salir otra estúpida cosa de la boca y como consecuencia tendré que aguantarme a mi yo interior culpándome por lo estúpida que llego a ser cuando me pongo nerviosa.

Pero no me gusta mentir.

—No. Que ha estado pasando con usted profesor HoSeok —corregí señalándolo. Arqueó una ceja y aguanté una carcajada por su rostro confuso—. Primero me trata como desconocida y luego me dice "BoRa" como si fuera su mejor amiga.

Abría y cerraba la boca bastantes veces en busca de una palabra pero nada salía de su boca hasta que algo se le ocurrió.

Luego de diez minutos.

—Era por razones escolares... no me malinterpretes BoRa, yo también tengo mis problemas.

—Espera, ¿no era que te enojaste porque te dije que estaba enamorada de ti? —hice una mueca mientras me incorporaba en la dura camilla.

—¡Claro que no! A la señorita Kim se le escapó un detallito sobre su sexualidad cuando estábamos en una junta directiva —rio un poco—. Y además yo también tengo mis gustos.

—¿Y entonces por qué se alejó de mi cuando le intenté hablar? ¡Me trataba como si fuese una alumna más!

—¡Ah! —exclamó sorprendido— Me olvidé de decirle que en ese entonces unos alumnos de nuestro salón entraron. ¿No sería raro que un profesor y una alumna estén juntos en un café? Me despedirían si se enterasen que estuve contigo y no quiero perder el trabajo una vez más. Pero esa no fue la razón principal... Cierta persona no quiere que me relacione contigo —susurró algo pero no llegué a escuchar.

¿Saben los días que me estuvo atormentando esta maldita cosa? ¡Y TODO POR QUE PERDERÍA SU EMPLEO! Si me lo hubiese dicho antes no estaría aquí lamentando mi estupidez.

—¿Y por qué no me lo dijiste antes HoSeok? —hablé molesta cruzando mis brazos— ¡Estuve mil horas tratando de conversar contigo sobre el malentendido!

—Lo siento mucho si te hice creer que te odiaba. Jamás odiaría a mi alumna loca favorita —ambos reímos y me dio ternurita las palabras que dijo, ¿no es un amor de persona mi profesor?—. Entonces ¿qué era lo que me tenías que decir antes?

—¿Qué? ¿Cuándo? —¿a que se refiere con que le tenía que decir algo? Ya aclaré el malentendido, no había otra cosa que aclarar, ¿o si?

—¿Te acuerdas que ese mismo día me tenías que preguntar algo importante? —asentí atenta— Si no me querías decir que estabas "enamorada" —resaltó las comillas— de mi, ¿entonces que era?

Oh oh... Se refiere a SiYeon. Bueno, no a ella, sino a su físico original.
Pero ahora no había nada que hacer, se lo tendría que contar si o si aunque me crea de loca.

—Oh si... Eh... ¿C-Conoces las leyendas de este pueblo verdad? —pregunté nerviosa. El nudo en la garganta se me hacía cada vez peor y parecía un manojo de nervios andante.

—Las conozco como la palma de mi mano.

—¿Y t-te sabes las leyendas que hay sobre el bosque helado en el n-norte?

—¡Sí! —exclamó alegre como un niño pequeño cuando le regalan un juguete nuevo— Esta la del ciervo de dos cabezas, el abominable hombre de las nieves, los siete conejos negros, el cuervo blanco, los árboles cantores, la sirena del lago Nessy, la flor solar —enumeró todas con los dedos pero ninguna era la que quería, o más bien, la correcta—. ¡Hay muchas de ellas! Anda, dime cual quieres saber.

—¿Cuál es la más reciente de las que conoces? Digo, no tan actuales pero contemporáneas.

—No hay muchas que digamos. Las pocas actuales que se son las de los cuatro cisnes y la bestia blanca, pero de esos no estoy tan informado como los otros. ¿Entonces cuál quieres saber?

La bestia blanca... Tragué en seco cuando escuché ese nombre y él lo notó perfectamente. O lo esconde muy bien o estoy mintiendo, pero siento que sabe algo del tema.

—La bestia blanca... —dije murmurando.

—¿La bestia blanca? Bueno, de lo que se de esa leyenda es que es un enorme y blanco lobo alfa que merodea por ahí en busca de víctimas, es un lobo solitario por lo que le gustan las peleas con otros para dominar territorio. Se dice que es una bestia sin corazón que no perdona ni salva a nadie por nada en el mundo —se encogió de hombros—. Lo siento BoRa es todo lo que sé.

Deberían cambiar eso porque SiYeon no es así, ella es todo lo contrario a lo que dice esa estúpida leyenda.

—¿Y si... Y si te digo que esa leyenda es cierta? —levanté me cabeza para observarlo y comenzó a reír como si le hubiera contado el chiste más gracioso del mundo.

—Son solo leyendas, no son ciertas hasta que lo ves con tus propios ojos y tomas pruebas de aquello —palmeó mi hombro suavemente—. ¿Eso era todo? Creo que falta muy poco para que la hora del almuerzo acabe y sabes que no almorcé nada.

 —¿Tú me creerías si te digo que yo vi a la bestia blanca?

—Depende. Si tomaste pruebas y me las muestras puede que te crea —carcajeó un poco—. Si dices que viste a la bestia blanca ¿entonces qué sabes de aquello?

Bajé mi mirada para jugar con mis dedos. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, porque estaba muriéndome allí mismo de la vergüenza.

—Aquella bestia blanca se transforma en una chica muy atractiva y... Se llama Lee SiYeon.

El silencio reinó por varios minutos y me asusté porque pensé que se había muerto o largado de aquí. Levanté mi mirada y él estaba más que serio, con sus ceño fruncido.

Me estaba asustando mucho su expresión...

—Entonces eres tú...

The princess and her wolf | SuaYeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora