CAPITULO 25

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"Expectativa  Vs  Realidad."

Expectativa

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Expectativa

Hace un par de años, casi muero de la vergüenza debido a que Apolo me había llevado al Instituto, fui la sensación y la envidia de todas las chicas, todo el mundo veía a un rubio guapo de ojos azules, en buena forma y a donde sea que fuera llamaba la atención. Por los Dioses, ¿Quién no quería llegar así? Apolo había puesto en marcha su convertible rojo último modelo, el problema, es que este era el carro que portaba el Sol. El trayecto fue bastante rápido, a decir verdad, Apolo podía llegar a ser un poco serio, se podía tener una charla amena sin que estuviera de por medio su gran ego y su narcisismo, además de creerse un playboy.

—Deberías haber aceptado mi invitación a salir —dijo mientras cambiaba de velocidad, ya que nos encontrábamos cerca de Forks.

—En ese tiempo tenías un olor muy feo —hice una mueca al recordar que, en esos tiempos, olías peor a una sardina echada a perder.

—Pero ahora no, linda. —dijo mientras ponía su mano en mi muslo, sentí su palma debido a que traía shorts, volteé a verlo con la mejor sonrisa que tenía. —Me vas a dejar más estúpido. —gruño al sentir mi golpe en su cabeza.

—Estas estúpido ya. —le dije mientras me cruzaba de brazos al sentir el cambio de temperatura de Forks.

—Estúpido, pero increíblemente guapo. —comento con una sonrisa divertida.

Por estar discutiendo con Solecito no me había percatado que, en vez de dejarme en mi casa, me había traído a la entrada del instituto, justamente antes de comenzar las clases. Me crucé de brazos mirándolo con una ceja alzada, mi aura se había vuelto peligrosa, estaba provocando una lluvia, Apolo lo supo de inmediato ya que tragó sonoramente.

—No me pienso bajar de este auto. —declare, los nervios se me estaban haciendo presente, algunos estudiantes habían posado la mirada en el convertible —Ni siquiera traigo mi mochila. —trague saliva, conecte la mirada con unos ojos dorados que estaba a la distancia —Llévame a mi casa, traigo la ropa del campamento. —intenté que mi voz sonara demande, pero salió más como una súplica.

Traía puesto un short de mezclilla, la playera del campamento junto a unos tenis, eso significaba que mis extremidades no eran cubiertas y las pocas cicatrices que tenía eran visibles, tanto mis brazos como mis piernas, para el ojo humano no eran visibles, pero para otro tipo de ojos sí y el tatuaje. No sabía si entrar en pánico y desplomarme o golpear su bella cara inmortal, estaba a mi lado con una sonrisa maliciosa. Tenía ganas de arrancar el auto y salir de ahí a toda velocidad.

Tormenta| Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora