Ella una semidiosa... El un vampiro...
Vivirán, batallaran cualquier problema que se atraviese para crear y frotarleser su amor.
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-¿Cómo has...? -pregunto conmocionado.
-𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐲 𝐚𝐠𝐮�...
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Los días pasaron, me estuve poniendo al corriente con las cosas que pasaron en mi ausencia, en estos momentos estaba sentada con Sam en lugar donde nos conocimos, me había contado como encontró a Bella tirada en el bosque, apuntó de tener hipotermia, Charlie había movilizado a toda la policía de Forks, al igual que sus amigos en busca de su hija.
—Tengo entendió que Isabella Swan salía con uno de los Cullen. —solté un suspiro pesado al saber que camino tomaba la conversación. —¿Estoy mal en pensar que tú también?
—No, me enamore y era novia de uno de ellos.
—¿Sabes...
—Que son vampiros. —termine por él. —Si, Sam. Sabía lo que son y me dirás que son peligros para mí.
—Son unos asesinos. —la molestia en su voz era clara.
—Los Cullen no lo son y lo sabes. —dije sin doblegarme ante su mirada. —No se alimentan de personas, solo de animales y respetan el tratado que tienen con la tribu. —Sam, por un momento, no dijo nada.
—¿Por qué uno de ellos? —un leve temblor azoto su cuerpo.
—Sonará a cliché, pero caí ante él, me cautivó. —no iba a permitir que opinarán o juzgarán lo que había pasado con Jasper. Era el único detalle que recibiría Sam respecto a mi relación. —¿Me odias? —pregunté temiendo perderlo a él también, pero no lo detendría.
—No te odio, solo no puedo creer que tengas tan terribles gustos. —hablo pasándose las manos por el rostro con frustración. —¿Acaso no había suficientes adolescentes en el pueblo?
—Los hay, pero eran muy normales para mis gustos. —respondo al ver que sus temblores aminoran, Sam se estaba controlando muy bien.
—Lo creo. —murmuro. —¿Lo extrañas?
—Si. —afirme, recostándome sobre el pasto mirando el cielo. —Él se fue, bueno, yo me fui primero. Mi relación fue demasiado complicada. —conté.
—Al menos no acabaste en el bosque. —hablo repitiendo mi acción.
—Si. —sabiendo que se refería a Bella, pero yo terminé en un lugar mucho peor, recordé con pesar. —Realmente agradezco que te lo tomaras con calma.
—Exploté cuando me enteré, la verdad. —Sam, era alguien con, muy, poca paciencia —Pero recordé que no eres normal y parece que atraes a los monstruos.
—Seguimos con el complejo de creerte un monstruo. —refunfuñe. —Ya te presentarse uno un día y a comparación, eres un lindo lobo antisocial y con mal genio. —Sam me gruño.
La hora de la comida había llegado, Emily ya tenía todo listo para alimentar a sus lobos. Había ignorado los coqueteos de Paul, algo que dañaba su ego, él tenía a todos a las chicas babeando, menos yo y eso era imperdonable.
