CAPITULO. XVII

7.7K 782 171
                                    


"GRR."

El hijo de Ares era el más contento con esta situación, parecía haber recibido un regalo o que no tendría que hacer nunca más un examen en su vida, pero solamente se encontraba sentado junto a las tres chicas, comiendo tranquilamente ante las mira...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El hijo de Ares era el más contento con esta situación, parecía haber recibido un regalo o que no tendría que hacer nunca más un examen en su vida, pero solamente se encontraba sentado junto a las tres chicas, comiendo tranquilamente ante las miradas curiosas. Con una mano tomaba una papa frita mientras se la llevaba a la boca y con la otra sostenía la cámara que le había arrebatado a Angela. Esperando el momento.

Los dos semidioses, como el par de guerreros que eran, habían entrado a la cafetería, silenciando todo a su paso. Al llegar a la barra de comida, los cuatros tomaron sus alimentos y tomaron asiento en la mesa de siempre. Algo sorprendente, era que Jessica no había sido partícipe del escándalo, cuando tomaron asiento Nerea les dio una rápida mirada a sus amigos, parecían furiosos y apenados, cada uno de ellos tenía una postura diferente.

Cabe aclarar que los Cullen entraron, casi, pisándoles los talones a los cuatro jóvenes, tomando asiento en su respectiva mesa, la curiosidad era más grande.

 Mentira, eran bien chismosos.

Los murmullos no se hicieron esperar, rompiendo la atmósfera de silencio, Kay y Logan se dedicaron a comer tranquilos, conversando entre ellos e integrándose a los demás. Angela y Bella se estaban poniendo nerviosas, pero lo aparentaban muy bien, trataban de controlar la ansiedad de Jessica, por falta de información.

En cambio, Nerea desde el primer paso que dio en la cafetería ubico a Mallory, estaba con las demás animadoras a dos mesas de distancia. Tenía un plan formulado, la rubia la había tachado y agredido con palabras, ella le retribuirá de la misma manera. No era fanática de ir golpeado a la gente, mucho menos a las mujeres, había aprendido a controlar sus tendencias agresivas, pero sí la rubia le alzaba siquiera la mano no se iba a hacer responsable de sus actos.

—Te gusto mi regalo, zorra barata. —dijo la voz chillante que estaba esperando. 

Una queriendo cambiar la actitud y no contribuyen a la causa, pensé cerrando sus ojos verdes. Que los juegos del hambre comiencen.

—¿Me hablas a mí? —giró su cabeza, ahí con su lindo traje de animadora la rubia sonreía con suficiencia. Poco le duraría. El equipo de animadoras era una tragedia, no sabían hacer piruetas al aire, no sabían hacer nada, solo bailar y gritar.

—¿Acaso ves otra zorra?

—Pues no. —mire de un lado a otro para enfocarme, de nuevo, en ella —Solo a ti.

—¿Cómo te atreves? ¿Acaso no has visto los volantes?

Para el puesto de repartidor no servía, no había visto ningún volante en tres horas, hasta que Bella me mostró uno. Los murmullos eran otra cosa, en el instituto de Forks no se podía ni estornudar con tranquilidad que todos te miraban, como si les fueras a contagiar alguna enfermedad.

Tormenta| Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora