Ella una semidiosa... El un vampiro...
Vivirán, batallaran cualquier problema que se atraviese para crear y frotarleser su amor.
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-¿Cómo has...? -pregunto conmocionado.
-𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐲 𝐚𝐠𝐮�...
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La tarde en la reserva fue entretenida, había puesto de los nervios a Sam para que me contara qué estaba pasando, al fin de cuentas él tuvo la culpa que Leah me gritara, solamente por estar afuera de su casa, yo qué culpa tenía que la bola con patas anduviera desaparecida desde hace dos semanas y sea indiferente con ella. No era doctora corazón, pero podía intentar escucharlo, deje que se desahogará de todos los problemas que adquirió por activar el gen de lobo, Sam tenía la apariencia de alguien de veinticinco años que había sido bien alimentado de pequeño, pero tan solo tenía diecinueve años, su físico se debía al gen, tenía que controlar sus emociones para no transformarse en un perro del tamaño de un caballo.
Me había contado sobre una reunión que tuvo con el concejo, "las personas mayores de la tribu que sabían sobre el gen," le habían dicho que tenía que tomar el cargo de Alfa hasta que el descendiente del primer Alfa activará el gen. Le habían prohibido estar cerca de las personas, lo que había llevado a alejarse de su prometida. El Padre de la chica pertenecía al concejo, le dijo que debía terminar con ella por algo sobre una leyenda sobre "almas gemelas," cosa que a Sam no le importo, ya que no creía en eso. Él quería a Leah, lo había aceptado con su desconfianza, que sea poco comunicativo y expresivo y sobre todo no lo juzgaba por los errores de su Padre. A fin de cuentas, no era quien, para juzgarlo, de hecho, lo entendía, había entrado a un mundo desconocido sin obtener la ayuda de nadie, se transformó por una pelea insignificante y pasó a estar días atrapado en su forma de lobo, teniendo que afrontar todo lo que conllevaba ser el primero en cambiar, estar solo o hasta que otro joven lo hiciera.
Me agrada su compañía, él no preguntaba y yo tampoco, si él quería contarme algo yo lo escucharía, le conté lo que había pasado con Jasper, estaba atento escuchándome y me prometió que si lo conocía le iba a dar un pequeño golpe, le conté sobre mi cumpleaños. Después de eso termine siendo arrastrada a una tienda donde me compro una bolsa de gomitas para llevarme a casa, ya que se estaba haciendo tarde y no debía estar en el bosque.
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Pasó una semana desde el incómodo momento entre la semidiosa y el vampiro, Jasper se dedicaba a intentar cruzar caminos con Katherine en los cambios de horarios o en el estacionamiento, pero el destino no lo ayudaba. Por otro lado, Katherine se dedicaba a escapar de Jasper, si lo veía acercarse, ella rápidamente cambiaba de dirección, había decidido sentarse lo más lejos posible en las clases que compartían, lamentablemente en Historia no podía huir de él, se tenía que sentar a su lado.
—Hola, Katherine —dijo el rubio llegando a su lado, mentiría si dijera que tenerla cerca no lo hacía feliz.
La frialdad con la que dijo "Buenos días," le dio a entender que seguía molesta con él, y no podía culparla, simplemente él había sido un idiota con ella.
