—Tu boca sabe a picante.- el pecoso dijo con los ojos llorosos, no fue una buena idea besar al rubio sabiendo que éste había comido algo muy picante.
Por su parte el rubio solo se reía con maldad por lo bajo, era graciosa la cara del Omega sonrojada y con lágrimas. No eran exactamente las lágrimas de placer que quería sacarle, pero de todas formas le gustaban.
—No seas tan dramático.- murmuró el rubio pasando las yemas de su pulgar por esos labios rojos y gruesos.— tengo algo de leche que te puede servir para bajar el picor.
El pecoso le miró expectante, de verdad necesitaba esa leche, su lengua se lo agradecería muchísimo.
—¿De verdad tienes un poco de leche en el refrigerador?- preguntó el pecoso, en ese momento ambos estaban en la casa del rubio, sentados en el sofá.
Mirando una película de verdad, aunque si no mal recordaba, esas mismas sesiones de besos lo llevaron hacer otras cosas después la última vez.
—Si tengo la leche que necesitas, pero no exactamente en el refrigerador, te dije que me la debías, ¿No Deku-sensei?- preguntó el rubio con sorna e Izuku lo miró confundido, después el alfa llevó la mano del Omega a su entrepierna.
La polla del alfa estaba dura como roca entre los pantalones, ahora todo tenía sentido, "leche" y "preparar su boca". Había sido llevado a un injusto engaño cruel por el rubio, no, más bien, su ingenuidad lo llevó a creer otra cosa. Debió suponerlo con el alfa pervertido que tenía por pareja.
—Ouh.- fue todo lo que dijo en ese momento, su rostro rojo y sus nervios a flote, ¡Nunca había hecho una mamada en su vida!, No sabía qué hacer o por donde empezar.
—Vamos Sensei, este pequeño amigo necesita entrar en un buen calor ahora, y ser atendido correctamente, estoy seguro que sabes cómo hacerlo, después de todo, lo conoces bien.- el rubio le susurró al oído con su voz ronca, enviándole más de un escalofrío al cuerpo.
—P-pero, yo no sé cómo hacer… eso.- el pecoso respondió con vergüenza, no tenía experiencia en nada y todo lo que aprendía era con el alfa.
—Siempre hay una primera vez para todo, déjame ser tu maestro en ésto.- Katsuki dijo con una sonrisa de malicia en la cara, e Izuku casi rodó los ojos ante la ironía.— empieza por ponerte de rodillas ante mí.
Bueno, solo había dos cosas que se hacían de rodillas, o se reza o se peca, aunque haría lo segundo esa noche. Ya vería cómo terminaría el resultado.
Izuku se bajó del sofá y se agachó para quedar de rodillas al frente del rubio, quien había separado sus piernas para que tuviera mejor acceso. El prominente bulto entre sus pantalones, que parecía una gran montaña alta, se podía notar a la perfección.
Aún le parecía algo imposible que pudiera tener a un monstruo como ese entre su ropa, aunque no se quejaba mucho, pues lo disfrutaba bastante cuando lo tenía en su interior moliendo sus entrañas.
—Tienes que liberarlo de su prisión, Deku.- le dijo el rubio sin quitar esa estúpida sonrisa de su cara, lo fulminó un poco con la mirada, ¿Era tan difícil de ver que estaba tratando de hacerlo lo mejor posible para no morirse de una ataque de ansiedad y nervios?
Suspiró y con las manos algo temblorosas bajó el cierre del pantalón, bajó también el elástico de la ropa interior, liberando así esa gruesa extensión. Extensión que lo golpeó un poco en la cara cuando estuvo libre, nunca lo había visto tan de cerca.
Ahora tenía dudas de cómo esa cosa había entrado en su interior, dió un respiro cuando lo tomó con cuidado entre sus dedos. Una cabeza roja y furiosa estaba justo al frente de su nariz, goteando líquido pre-seminal.
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Maestro sustituto. (Katsudeku./Omegaverse)
FanfictionCuando su padre Yagi le pidió que fuera el maestro sustituto en donde da clases antes de caer enfermo. Debió negarse rotundamente, ahora tenía que lidiar con alumnos que solo eran dos años menores que el. Pero, ¿Solo era un semestre verdad?, Sólo te...