Capitulo 12: Incomodidad.

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El espejo reflejaba del baño reflejaba todo su cuerpo. Chupetones y mordidas, parecía como si hubiera dormido desnudo en una selva húmeda llena de mosquitos.

Lo peor era que todo le dolía, nada más mirarse en el espejo y estar de pie dolía como el demonio, ni siquiera podía caminar bien.

—¿Deku?- el llamado al otro lado de la puerta lo asustó un poco, pero aún así no se movió de su puesto ni respondió.— Deku por favor… ¡Pero bien que estuviste gimiendo todo el día para que ahora estés molesto conmigo!

Izuku sintió como su rostro se volvía rojo, bueno, no iba a negar que gimió como toda una estrella de porno ese día, pero aún así, todo dolía ahora como si un camión lo hubiera atropellado.

—¡Es tu culpa por ser un bruto!- contestó el pecoso de vuelta, se colocó una toalla alrededor de su cintura, incluso esa acción dolió, tenía el trasero irritado por tantos azotes y golpes, que fueron deliciosos en su momento.

—Sí, lo fuí, pero fue porque alguien pedía por más y más.- ¡Eso no era cierto!, Bueno, quizás sí, pero eso fue porque estaba borracho lleno de placer, no debió hacerle caso.

Izuku sonrió levemente, aún con todo ese dolor, se sentía bien, como si el estrés que había tenido por las clases y demás, se hubieran ido.

El pecoso caminó despacio hacia la puerta del baño para abrirla, al hacerlo miró al rubio que estaba apoyado en el marco, notó como el cuello del alfa tenía unos cuantos chupones también.

No recordaba haberlos hecho, o eso se decía así mismo, por si el rubio llegaba a preguntar, no tenía que ser un genio para saber que si miraba la espalda del menor iba a encontrarse con rasguños.

—Yo digo que se ve bien…- Katsuki dijo, admirando su obra de arte, había reclamado por completo, su Deku le pertenecía, en cuerpo y alma, nadie podría cambiar eso jamás.

—A ti no te duelen las caderas como si un tractor te hubiera pasado por encima de ellas. Bestia.- el pecoso contestó, medio en broma, caminó hacia la cama del rubio, a la que por suerte sus sábanas ya habían sido cambiadas, para dejarse caer en ella.

—¿Sabes que si te pones de esa forma tan vulnerable no podrás caminar por el resto de la semana, no?-  Katsuki admiró a ese Omega servido en bandeja de plata para él, su jugoso trasero apenas si era tapado por la toalla en su cintura.

—Estoy cansado, dolorido y quiero dormir.- murmuró el pecoso sin importarle lo que había dicho el alfa, de todas formas iba a caminar cojo por esa semana.

El rubio suspiró profundamente tratando de calmarse un poco, aparte de que su pobre polla había sido exprimida hasta lo último, el Omega también estaba agotado.

La noche ya les había caído y no habían salido de esa habitación en todo el día, excepto para buscar algo de comida. Katsuki buscó unas pastillas para el dolor y agua, se acercó al pecoso haciéndolas tomar.

Poco después Izuku estaba en un profundo sueño, mientras que seguía casi desnudo en la cama, aunque viendo como la toalla se había soltado y quedado a un lado.

El Omega estaba completamente desnudo y casi desmayado, sería mejor que los dioses lo ayudasen a dormir tranquilo esa noche.

(...)

—No papá, estoy bien, simplemente salí hasta tarde y bebí mucho, me quedé dormido todo el día. Las clase también pueden ser algo pesadas.- Izuku se sentía como un animal rastrero.

¡Nunca le mentía a su padre!, Pero decir que se había emborrachado y dormido todo el día del sábado, era mejor que decirle, "Estuve follando hasta que las caderas se me partieron con uno de tus estudiantes"

Maestro sustituto. (Katsudeku./Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora