Capitulo 8: Un alto.

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Izuku se removió, sintiendo como esas manos gruesas se paseaban por su cuerpo. Su respiración estaba agitada y caliente, temblando a cada instante que ese aliento cálido pegaba en su cuello.

—Sensei, tiene un bonito coño, rosadito y muy suave. Mi polla y mi nudo se sentirán tan bien dentro suyo.- el pecoso no pudo evitar gemir de manera temblorosa, ni evitó la mano que se movía sobre su vulva, masajeando su cliptoris.

—E-espera K-Katsuki.- aún si renegaba, estaba moviendo sus caderas buscando más contacto con la mano que acariciaba su piel sensible.

Gimoteó más cuando unos dedos pudieron entrar dentro de su coño, lo volvían loco, tocaban con fuerza esa bolita de carne que lo hacía perderse en el placer, estiraban sus paredes y embestían con rapidez haciendo que más de su lubricante saliera de su interior.

—Voy a criarte sensei, llenarte con mis cachorros. Voy hacer que mi nudo sea en lo único que puedas pensar en el resto de tu vida.- Katsuki le susurró al oído con sorna y malicia, su cuerpo queriendo eso que le prometía.

Aún cuando su mente estaba dividida, una parte gritándole que se detuviera, la otra dejándose hacer con gusto. Lo quería, quería sentir el nudo del alfa rubio, ser llenado por su polla, si ya habían llegado a cruzar esa línea inmoral, ya no importaba más.

—S-sí, dame tus cachorros Kacchan.- gimió mirando esos ojos rubí que lo tenían imnotizado, el rubio sonrió con malicia para después mirarlo con los ojos llenos de lujuria.

—Pero que zorra eres Sensei, quien lo diría. Sin embargo, tus deseos para mí son órdenes, no te dejaré hasta que estés seguro de que cargas a mis cachorros.- el rubio murmuró contra su boca, poco antes de besarlo, un beso fogoso que le calentaba aún más.

Katsuki presionó su glande contra su entrada húmeda y caliente. Estaba tan ansioso, nervioso y asustado, sería su primera vez, y lo deseaba bastante.

Sin embargo, de repente todo se puso negro y una voz estridente sonó cerca de sus oídos.

“¡Watachi Wa gitaaa!”

—¡Aaaahh!- Izuku se levantó con tanta rapidez de la cama que terminó por enredarse con sus sábanas y caer al suelo de la habitación.

El teléfono del pecoso sonaba cerca de su almohada, la alarma de la cinco presente en su pantalla encendida. Izuku se quedó un momento mirando el techo antes de que se diera cuenta de todo lo que habia sucedido.

—¡¿Todo eso fue un estúpido sueño!?- estaba irritado, molesto y se sentía traicionado por el mismo, ¿¡Como era posible que había tenido un sueño húmedo de esa forma!?

Se sentía como un pervertido, sucio y molesto. Ni siquiera en sus sueños dejaba de ser virgen.
Trató de pararse, haciendo muecas de dolor al hacerlo, su cuerpo había recibido varios golpes.

Al caminar sintió una húmedad entre su ropa interior, estaba muy pegajoso, y eso solo lo molestaba aún más.

Izuku terminó por hacer su rutina mañanera, bañarse, cepillarse y comer un desayuno ligero. Seguía del mal humor y ni siquiera había podido dormir tranquilo, si se miraba bien en un espejo iba a encontrar ojeras bajos sus ojos, estaba seguro.

Todo eso se lo debía a una sola persona, con nombre y apellido, lo odiaba, odiaba el impacto que podía tener sobre el de esa forma. Su mente lo traicionaba también, ¡Era injusto!

Ese alfa Katsuki Bakugou, sería su final.

Para cuando llegó a su clase ya se había tomado tos taza de café, había pasado un par de días desde el suceso del escritorio. Katsuki lo seguía tratando como si nada hubiera pasado, ¡Era exasperante, por todo los dioses!

Maestro sustituto. (Katsudeku./Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora