Capitulo 9: Ground Zero.

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Era un nuevo día, un día nuevo para las clases de literatura. Un día donde el sol brillaba fuerte sin nubes en el cielo que pudieran impedir que sus rayos no llegarán a la tierra.

E Izuku sabía también que era un nuevo día, en donde debía impedir que su coño fuera a mojar su ropa, tanto la interior como sus pantalones.

Aunque le era muy difícil, no podía evitar no mirar la sonrisa ladina del alfa, y era aún más difícil no tener esos recuerdos frescos en su memoria, de cómo el placer recorría su cuerpo cuando el rubio le tocó.

Juraba que si se concentraba bien, podía sentir de nuevo la lengua del alfa pasar por su coño y entrar en él.

Era un jodido pervertido y lo sabía, pero ya no podía evitarlo, no después de haber probado el fruto prohibido.

Ahora solo podía sentarse en su sitio del escritorio y apretar sus piernas, tratar de que su lubricante no fuera a dejar una mancha muy visible.

—El sensei parece feliz, pero al mismo tiempo algo nervioso ¿No?- Katsuki giró un poco su rostro para ver a su amiga mina, quien le sonreía levemente, sospechando todo el asunto.— ¿Que le hiciste?

—¿Yo?, ¿Por qué crees que le hice algo?- preguntó el rubio por lo bajo, tratando de ignorarla y escribir en su cuadernos los apuntes de la clase.

—No me hagas reír Kast.- murmuró la peli-rosa divertida.— ¿Crees que no me doy cuenta cuando desapareces de repente antes de entrar en las otras clases?, ¿O cuando llegas con un ligero aroma a menta?

Katsuki suspiró, odiaba profundamente a la mapache, lástima que era su amiga, ya la hubiera enterrado hace mucho para mantener su silencio, pero estaba seguro que no aún así la podría callar, su fantasma fastidioso lo iba atormentar por el resto de su vida, sin duda.

—¿Ahora qué quieres, un premio Nobel?- preguntó el rubio con saña, y ella solo sonrió arrogante.

—Lo sabía, solo no lo vayas a preñar antes de que acabe el semestre, me sorprendería bastante que no lo hayas hecho aún.- murmuró la alfa de cabellos rosa, estaba feliz por su amigo.

No podía negar que su joven profesor era bonito, una belleza de Omega, pero ella ya tenía pareja y además no era completamente sus gustos. Así que mejor, se alegraba que su amigo al fin pudiera fijar su atención en alguien. Muy rara vez lo hacía.

—¿Qué estás diciendo, crees que soy tan promiscuo?- murmuró el rubio en respuesta y Mina asintió dándole la razón, la verdad era que su amigo siempre pensaba con la cabeza.— lo dejaré preñado de mellizos cuando acabe el semestre.

Bueno, quizás ahora pensaba con la otra cabeza, la que estaba entre sus piernas y no con la que tenía sobre los hombros.

—Que se le puede hacer.- al alfa suspiró, no se podía hacer nada, solo esperaba que su profesor pudiera salir vivo de esa bestia que tendría siempre siguiendo sus huellas de ahora en adelante.

La clase pasó e Izuku se despidió de todos como de costumbre, en ese momento Katsuki tuvo que irse con los demás a su siguiente clase, ya había sido regañado por su profesor y sería castigado si llegaba tarde de nuevo.

Aún así, le dió un pequeño guiño al pecoso de manera sutil, eso lo hizo sonrojar, Katsuki pudo irse con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro a su siguiente clase, mientras que sus amigos rezaban a todos los dioses posibles para que no fuera el fin del mundo ese día.

—¡Sensei, Toshi-sensei!- Denki llegó hasta donde estaba el pecoso dando pequeños saltitos, Izuku lo miró mientras aún guardaba sus cosas en su maletín.

Maestro sustituto. (Katsudeku./Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora