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-Oye

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-Oye. -se puso de rodillas para estar a su altura. -No puedes quitarte los lentes, estamos en una misión, ¿si?

-Pero los espías no se separan. -hizo un puchero. -¿Por que tienes que ir al trabajo?

Mark suspiró acariciando el cabello de su pequeña.

-No tardaré mucho, debo trabajar y destruir a los malos que vayan allá.

-¿A la editora? ¿Por que te van a buscar ahí?

Mark miró con una sonrisa de disculpa a la chica que los miraba. Era una joven del pueblo que solía cuidar niños, Mark podría perfectamente llevar a Rosé a su trabajo o dejarla con uno de sus tíos, pero esa última opción era algo difícil tomando en cuenta el hecho de que Yuta ya estaba en Corea desde hace tres días. No lo había visto, cosa por la cuál estaba muy agradecido, pero aún así no podía arriesgarse a que viera a su hija, que también era hija de él, eso haría todo un desastre. Por eso prefirió dejar a su hija con la chica para que jugará con algunos compañeros que también estaban siendo atendidos por la joven.

-Son malos. -susurró acercándose a su rostro. -Y muy inteligentes, no puedes dejar que te reconozcan, ¿si?

Hizo un piquito y su bebé asintió poniendo su mejilla para que dejará un beso.

-No dejaré que me atrapen, debes cuidarte Min. No puedo perderte. -la niña dijo seriamente tomando la mano de la chica.

-No me perderás. -fingió llorar extendiendo su mano. -Nunca...

Vió como su hija y la chica entraban y pudo suspirar estando seguro de que todo estaría bien y que Rose estaría a salvo.

Vió como su hija y la chica entraban y pudo suspirar estando seguro de que todo estaría bien y que Rose estaría a salvo

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-¿¡Quien quieres ir al parque hoy!?

-¡Yo!

Gritaron todos emocionados, Ryujin sonrió pidiéndoles que hicieran una fila mientras cantaba.

Yuta miró su celular frunciendo el ceño al sentir las cámaras encima de él. Estaba acostumbrado, pero aparte de la boda había ido a Corea a relajarse un poco.

Su representante llegó segundos después con su bebida.

-Gracias. -empezó a tomar caminando a su lado.

-Tienes fans por aquí. -dijo el mayor mirando a su alrededor.

-Si. -dijo sin interés.-Eso parece.

Continuaron caminando, Yuta se acomodó sus lentes mirando el parque con detenimiento. No muchas cosas habían cambiado, recuerda correr por ahí jugando con sus amigos hasta que sus padres lo fueran a buscar asegurándoles una golpiza por quedarse hasta la noche. Se recuerda corriendo, jugando, tirándose a la tierra sin importarle nada, sin importarle el que dirán. Pero también recuerda la adolescencia y las veces que pasó por el parque tomando la mano de él...

¿Que habrá sido de su primer amor? No sabía y no tenía valor de preguntarle a su primo, el fue una horrible persona además de un mentiroso que no cumplió sus promesas.

-Yuta.

Salió de su ensoñación para mirar a su representante.

-¿Que pasa? -miró a donde el hombre miraba con detenimiento.

-Esa niña que está allí, tiene los mismos lentes que tu. -lo miró. -Vamos a pedirles una foto, sería bueno subirla a tus historias de Instagram o tal vez a Twitter, ya sabes, como no estas en Japón.

-Ya entendí. -Yuta hizo una mueca pensándolo. No le gustaban los niños, bueno no tanto eso, es que se sentía torpe cerca de ellos por eso los evitaba a toda costa. Pero una niña con los lentes que el promocionaba en su pequeño antiguo pueblo era una historia bastante linda para su tipo de fans. -Bien, vamos.

 -Bien, vamos

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𝑅𝑜𝑠𝑒́ (yumark) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora