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Caminaron hacia los niños que estaban haciendo una ronda mientras cantaban, pero luego vieron que la niña de los lentes no estaba

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Caminaron hacia los niños que estaban haciendo una ronda mientras cantaban, pero luego vieron que la niña de los lentes no estaba. Su representante empezó a preguntarle a los niños y él decidió acercarse a la chica que estaba cerca pero miraba su celular, tal vez podría saber algo.

-Eh, buenas tardes. -susurro.

La chica lo miro y se puso de pie inmediatamente.

-Nakamoto Yuta .-la chica sonrió.-S-soy Ryujin, digo, buenas tardes.-todo su rostro estaba sonrojado mientras estrechaba su mano con la del modelo.

Yuta soltó una risita. -Sólo quería preguntarte algo...

-Por supuesto. -asintió rápidamente, estaba bien, pensó que moriría cuando lo viera pero sólo estaba sudando en lugares que no sabía que eran posible. Y temblando.

-Amm, había una niña cerca de estos niños, no se si la llegaste a ver. Llevaba unos lentes. -señalo los suyos. -Eran iguales a estos, le quedaban muy grandes.

-¡Ah! Rosé, si, su papá le da todo lo que quiera. -sonrió.

-Oh, ¿La conoces? Genial, ¿Podría tomarme una foto con ella?

Ryujin lo pensó unos segundos, pero a Mark no le podría molestar que su hija se tomará una foto con un supermodelo, por todos los cielos, si era Nakamoto Yuta. Así que asintió.

-Claro.

-Y, ¿donde está?

La sonrisa de la chica se borró en fracción de segundos.

-¿Como que donde está? -su voz salió ahogada, rodeo a Yuta acercándose a los niños.-Chicos, ¿vieron a Rosé?

-Ella dijo que debía buscar una torre para dejar caer su cabello, y que si no encontraba una buscaría un sapo que besar.

-¿¡Que!? -gritó nerviosa, ella sabía que esa niña era capaz de todo eso. -¿Por que nadie me dijo?

-Le dije que le iba a decir y ella dijo que sería una hermanastra malvada, yo no quiero ser mala. -la pequeña niña negó con la cabeza.

-No podía perderse otra persona, tenía que ser la loca hija de Min-...

-¿Necesitas ayuda?-pregunto el
representante.

Yuta lo miro extrañado, ¿ahora serían buscadores de niños?

-¿Que haces? -susurró.

-Tu sólo sígueme la corriente, esto podría ser bueno. -le guiñó el ojo.

-Claro, debo buscarla. -la chica comenzó a caminar, Yuta siendo empujado hacia ella.

-Yo me quedo con estos. -el representante asintió sonriendo.

-Esos son unos santos, no irían a ningún lado. -dijo quejándose, frustrada. -Jamás la volveré a cuidar, ¡Rosé! ¡Rosé!

Yuta veía como la chica gritaba desesperada así que con un suspiro decidido ayudar.

-¡Rosé! Y el nombre supo amargo en su boca y su pecho dolió.- ¿Rosé?

La chica se giro a mirarlo.

-Si, es un nombre lindo ¿no? La niña es hermosa pero te juro que le falta un tornillo. ¡Rose!

Rosé. Rosé era el nombre que Yuta siempre le quiso poner a su primera hija, tenía un buen significado y a la persona con la que pensó tenerlo todo le había encantado, de repente se sintió triste. De nuevo.

-¡Rosé!, ¿¡donde estas!?

Siguieron caminando por varios minutos hasta que Yuta vió unos pequeños zapatos rosa crepe al lado de un árbol. Se acercó lentamente sin llamar a la niñera.

-Entonces te quedarás en el baño, y te daré comida, pero papá no puede saber así que debes hacer mucho silencio. -susurró la niña acariciando un... Gato.

-¿Rosé? -preguntó con cautela acercándose.

-Oh no, los espías me alcanzaron. -se cubrió el rostro aún con los lentes. -¿Cuanto dinero quiere? Puedo conseguirlo, lo juro.

Yuta soltó una risa porque no creyó que de verdad la pequeña fuera tan especial.

-No soy espía, tu niñera te está buscando y está muy preocupada.-le dijo mirando el gato.

-Ah, ¿eres su novio? -se puso de pie mirándolo. -Por fin tiene un novio lindo. -negó con la cabeza poniéndose sus zapatos.

Yuta no podía caer en cuenta de que una niña hablará así.

-¿Disculpa?

-Si, sus novios siempre son feos. O eso dicen mi papi y mi tío.

-Niña, ¿cuantos años tienes?

-No debería decirte. -lo miró con un puchero. -Papá dice que no hablé con extraños pero no pareces malo aunque seas muy alto. Bueno. -suspiró. -Tengo seis años, ¿y tu?

-Oh, eres muy alta. -dijo sorprendido cuando la niña tomo su mano y con la otra sostenía el pequeño gato.

-Lo se, pero no se porque, mi papi no es tan alto. Mi abuela dice que lo voy a alcanzar muy pronto. -sonrió dando saltitos. -Oye, ¿cuantos años tienes?

-Tengo 24. -dijo sonriendo.

-Waoh, ¿harás una fiesta? Quiero ir, si
eres el novio de Ryujin debes llevarte bien conmigo, es ley.

Yuta soltó otra risita. -No soy su novio,
sólo la estaba ayudando a buscarte.

-Ah.

-Pero podría invitarte a mi cumpleaños, sólo que no se si tus padres estarán de acuerdo. -dijo al ver a la niña desilusionada.

-¿En serio? Claro que lo estará, papi me deja ir a los cumpleaños de mis amigos, ¿serás mi amigo? Porque entonces mi papá tendrá que conocer a tus papás para guardar sus números.

Yuta no pudo contestarle cuando vió a la chica corriendo hacia ellos.

-¡Lee Rosé! ¿Por que me haces esto a mi? -la chica la abrazo fuerte sonriendo.

-Ya, ya, sólo estaba buscando una torre y luego vi a este gatito...-dijo como si nada.

Yuta ya se encontraba hablando con su representante sin hacer caso a la conversación de las chicas.

-Es muy divertida. -le dijo sonriendo cuando noto que su representante miraba a la niña.

-Yuta...

-¿Si?

-Esa niña se parece a ti.

-Esa niña se parece a ti

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𝑅𝑜𝑠𝑒́ (yumark) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora