𝑅𝑜𝑠𝑒́ (yumark) EN EDICIÓN

12

Cerró la puerta del baño con seguro marcandole a su mejor amigo.

-Contesta, contesta... ¡Haechan!-gritó en un susurro. -Gracias al cielo.

"Ah, hola."

Mark hizo una mueca.-¿Aún estas enojado?

"¿Aún? Ni siquiera me llamaste Mark."

-Lo siento tanto. Ese día me sentí muy mal pero sólo con llegar a casa Rosé se puso a llorar porque tenía hambre y luego tenía mucho sueño como para ducharse sola y tuve que hacerlo, luego caí rendido y al otro día se apareció Yuta en mi oficina haciendo un escándalo, luego hablé con mamá y estamos bien pero Yuta está nuevamente aquí y me dijo que quería ponerle el Nakamoto a Rosé pero le dije que estaba bien siendo Lee, y ahora me sale que no, que por ahora no seguirá con lo del apellido, que ahora quiere decirle que es su papá.

"Que intensa es tu vida"

-Lo es, necesito tu ayuda. -el menor respondió con un sonido.-Llama a Yuta y dile que hay una emergencia o algo así.

"Mark, no sabes lo enojado que está Yuta conmigo."

-Por favor, inventate algo, no estoy preparado aún para esto. -se quejó abriendo la puerta lentamente para mirar al pasillo.

"Bien. Veré que hago."

-Te amo, en serio.

"Si, si, yo también."

-Y este me lo compro mi tío Johnny por mi cumple cuando estaba en Estados Unidos.-asintió señalándole la casa de juguete y los libros de princesas que había bajado de su habitación.

-Waoh.-Yuta sonrió levemente sintiéndose algo mal, se había perdido seis cumpleaños de su hija. -¿Cuando fue tu cumpleaños?

-Mmm, creo que...-la niña se llevo un dedo a sus labios y Yuta no pudo evitar pensar en Mark. -Hace dos meses, no se, fue hace muchos, muchos días.

-¿Que día es? -preguntó sonriendo.

-El 9 de julio. -Yuta se quedó sorprendido, nueve también. -Pero mi tío no me regaló estos libros este año, fue cuando cumplí cuatro. -dijo levantando sus cuatro deditos.

Y eso dolió aún más. Toda su familia, sus amigos, todos en los que confiaba le habían mentido alegando que no era responsabilidad de ellos, diciendo que no debían meterse en eso y aunque deseaba entender no podía, no podía con el hecho de que todos habían estado con ella todo esté tiempo mientras el no sabía de su existencia. Simplemente no era justo que no le dieran ni una señal.

-Mi tío Johnny me dijo que leyera los libros en mis días libres con el tío Taeil.-tomó uno en el que aparecía Rapunzel de Portada. -Dijo que debía aprender mi lengua materna.

Yuta dejo de mirar lo linda que era la niña para fruncir el ceño.

-¿Lengua materna? -preguntó extrañado.

-Si, no se a que se refiere. -Cerró los ojos encogiendose de hombros, sus expresiones exageradas como siempre. Porque yo no tengo mamá, mi papi me tenía en su barriguita por varios, Mmm, meses del año.

Yuta se quedó pensando en lo que dijo la niña cuando su celular sonó y lo tomó sin revisar.

-¿Hola?

"Yuta, Mark me dijo que te llamará para que te fueras así que sólo dile que te diste cuenta y que no te irás."

Se quedó en silencio unos segundos para luego suspirar.

-Bien.

"Oye, ¿aún estas enojado? Yuta, ya te explique."

-Hablamos luego.-y colgó.

Le sonrió a su hija mientras escuchaba nuevamente sus anécdotas. Minutos después Mark salió duchado y cambiado.

-Oh...

-No me voy a ir. -se encogió de hombros intentando no mirar como las pequeñas gotas de agua corrían por el cuello de Mark.-Llama al mismo presidente Wong, no me iré.

Mark abultó sus mejillas sin ser realmente consiente de eso.

-Bien Nakamoto. -rodó los ojos. -Hablemos. -Bien Rosé, ¿Vamos al sofá? -preguntó

Yuta sonriéndole a la menor.

-Sip, así estamos juntos los tres. -saltó de la silla del desayunador y se dirigieron a la sala a sentarse juntos.

-Ahora me dirán el secreto, ¿no?

Ambos se miraron. Mark asintió resignado, no había vuelta atrás.