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-¿Siempre es así? -preguntó el canadiense mirando a su alrededor. -¿No tienes privacidad? ¿Molestan a Rosé?-La última pregunta la hizo con notable preocupación.

-Está todo bien Makku.-se encogió de hombro mientras tomaba la mano de Rosé.-No molestan y se mantienen a distancia porque mi representante habló con varias revistas que han publicado fotos de Rosé sin autorización, ella está bien, no te preocupes.

Mark asintió sin estar totalmente convencido.

-¿Te molestan a ti?

Yuta lo miró sonriendo para luego negar y abrir la puerta para que entrarán al pequeño pero acogedor local donde ya habían varias personas desayunando. Tomaron asiento en una mesa lejos de las ventanas por petición de Mark y rápidamente fueron atendidos para ordenar.

-Papi, ¿puedo comer tocino? -preguntó observando el menú como si supiera leer.

-Claro princesa. -susurró sin mirarla ya que estaba concentrado en tomar de su agua lentamente.

-¿Estas bien? -preguntó Yuta posando su mano en la suya por encima de la mesa.

-Si, no te preocupes. -intento darle una sonrisa.

-Papi parece como el día que lo llamé. -dijo Rosé mirando a su padre con un puchero.-Y luego colgaste.

-Rosé... empezó Mark.

-¿Estas enfermo? -preguntó inmediatamente Yuta con tono preocupado.

-No, claro que no.-hizo un ademán despreocupado.-No pasa nada, estoy bien.

-Bueno...

La camarera llegó con sus órdenes minutos después. Rosé y Yuta habían ordenado el típico desayuno americano mientras que Mark había ordenado un panecillo de moras con un té de jengibre, esa mañana especialmente se sentía horrible.

-Eres aburrido.-dijo Rosé tomando el tenedor con el puño y clavandolo en el tocino.

El tocino grasoso, luego en sus huevos estrellados. Rosé estaba tomando un batido de ciruelas y el sólo pensar en comida tan pesada a horas tan tempranas hizo que su estómago se revolviera y tuviera arcadas.

-Mark -dijo Yuta incorporándose preocupado.

Mark se paró a punto de decir algo pero no pudo por la ganas inmensas de vomitar, así que llevo su mano a su boca y corrió a donde parecían estar los baños.

-¿Papi? -Rosé se puso de pie pero fue detenida por Yuta.

-Vamos a quedarnos aquí bebé, ¿si?, Si papi se sigue sintiendo mal nos vamos.-le sonrió para no preocuparla más y la niña asintió con un puchero.

Yuta moria de ganas por ir hacia donde estaba Mark y ver que sucedía, pero definitivamente no podría dejar a Rosé sola, eso no estaba en discusión. Cuando el rubio salió de los baños con su rostro pálido Yuta se puso de pie inmediatamente tomando la mano de Rosé.

-Nos vamos, ¿si?

Mark simplemente asintió y salieron del restaurante dando las gracias. Nada más llegar a la casa Mark se tiró en el mueble de la sala de Yuta sintiendo su mundo dar vueltas.

-¿Vomitaste? -preguntó Yuta agachándose a su lado.

-No. -susurró. -No pude. -lloriqueo.

-¿Quieres ir al hospital?, ¿Algo pasó?, ¿Algo que comiste te hizo daño?

Mark empezó a negar con la cabeza.

-Papá, papi, el tío Doyoung me llamo, voy a hablar con él. -dijo mostrando la llamada entrante en su celular, Yuta asintió y la pequeña fue corriendo a su habitación a hablar con su tío.

-Makku...-susurró tocando su frente.-No tienes fiebre, por ahora.

-Estaré bien, no te preocupes, en serio.

Yuta lo miró inseguro con una mueca para luego acariciar sus mejillas con delicadeza.

-Tus mejillas. -susurró.

-¿Qué? -Pestañeo varias veces.-Ah, no, sólo es que están más rellenitas. -sonrió.

Mark dejó de respirar por varios segundos pero luego se calmó al saber que Yuta nunca lo había visto embarazado así que no había de que preocuparse.

-Casi no hago actividad física.

-Entiendo, claro.-se incorporó.-Te haré una sopa, ¿si? Para que mejores y ya no tengas ningún malestar.-acarició su cabello y dejó un beso en su frente para luego irse.

Mark ahogó su grito contra los cojines del sofá. ¿Que mierda le sucedía? Ya iba a tener dos días en Osaka y no le había dicho a Yuta lo que se suponía debia decirle. Era horrible, era definitivamente escalofriante la situación porque cuando Yuta conoció a Roseanne está ya era una niña grande, pero tener que vivir el proceso del embarazo junto a él, más una niña era algo totalmente diferente. Así que tomando en cuenta un nuevo bebé, sumándole que Yuta era un padre genial pero no sabía decir no, que Yuta parecía querer intentar algo nuevamente y que Rosé se estaba volviendo toda una Real princesa era algo que lo iba a volver loco. Debía explotar, debía decir la verdad en algún momento, necesitaba ayuda y manteniéndose en silencio no lo iba a lograr.

Pero luego volvía el miedo. Yuta no era simplemente un chico universitario o trabajando en una empresa, Yuta era modelo y era bastante reconocido y admirado. Aparecer de repente con una hija de seis y luego con un nuevo bebé del mismo chico que le había ocultado a su hija era realmente horrible. Se imaginaba todo Internet atacandolo, acusándolo de ser el malo de la historia sin saber realmente las dos partes. Suspiró girándose a mirar el techo mientras tocaba su pequeña pancita.

De todos modos, no volvería a cometer el mismo error con Yuta, no con respecto a ocultar bebés ni con el tema del sexo.

Por todos los cielos, ambos eran adultos y debían saber los límites a los que se enfrentaban porque sino Mark terminaría dándole todo un equipo de fútbol para malcriar a Yuta.











Jummmm está difícil la cosa engueis qué piensan ustedes?

Gracias por leer bubus uwu

Maratón?

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𝑅𝑜𝑠𝑒́ (yumark) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora