Planteamiento del Problema

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Título Alternativo: El mito de Perséfone desde un enfoque contemporáneo.

~*~

No era justo.

¿Por qué las cosas sólo se tenían que complicar más y más para él? Honestamente, estaba demasiado cansado para pensar en ello. Sólo quería volver a dormir. Pero de verdad quería pensar que se trataba de un pésimo sueño por haber cenado pesado y que despertará en el sofá de su casa. La televisión estaría encendida. Los platos sucios frente a él en la mesa de café. Su cuerpo entumecido por haber dormido en una posición incómoda. Que aún estuviera oscuro allá afuera. Revisaría su celular, sería temprano en la madrugada. Podría subir y dormir en su cama al lado de su esposa. Porque todo se había tratado de un pésimo sueño con el que podría escribir un libro o algo por el estilo.

Apretó la mandíbula y su garganta seca se cerró. Se sentía mal. Física y mentalmente. Sólo necesitaba respuestas, tal vez. Sólo necesitaba afrontar las circunstancias. No estaba seguro. Maldición, estaba nuevamente atrapado en un juego sin acabar que no le permite tomar respiro alguno. Sea lo que sea que impulse los actos en su vida debía de divertirse haciéndolo pasar por todo esto. Estaba harto. ¿No podía derrumbarse en paz?, el descanso sonaba tan bien. Sentarse cómodamente por unos instantes y saber que podría comprender lo que ha pasado. Que podría salir adelante. Estaba tan afectado que le gustaría que alguien se acerque y le diga que todo estará bien. Por más necesitado que eso suene.

Pero ya estaba harto de haber cargado con todo sobre sus hombros y sentir que nunca fue recompensado como quisiera. Maldición, hizo todo lo posible, peleó hasta el final para recuperar a su hija. Y lo haría una y un millón de veces más de ser necesario. No es que se arrepienta, eran sus decisiones; pero no dejaba de pensar que le hubiera gustado que fuera menos doloroso de comprender y que el resultado no sea esto. ¿Y cómo fue recompensado? Sus últimas palabras fueron un adiós para su hija. Recordaba que su voz se cortó y que lloró de impotencia. Imaginando todo lo que sería su pequeña en el futuro. Cuando hable, cuando camine, cuando vaya a la escuela simplemente cuando crezca y que pueda hacer de su vida lo que ella desee. Nada estaba escrito, nada lo aseguraría; pero la imagen de su bebé dormida se la llevaría por siempre adonde quiera que vaya. Para él siempre sería su encantadora bebé alegre. Pero no lo tendría. No tendría esa recompensa. No puede ser factible. No logró salir de este embrollo. No pudo correr con esa suerte. No es que tenga la mejor de todas. Lo sabía bien a estas alturas del juego. Y lo agotaba. Francamente estaba cansado de todo esto.

Su garganta dolía cada vez más y caminar por el pasillo se volvía incómodo. El crujir de la madera se amortigua con el recubrimiento alfombrado. El aire aquí era más tolerable que el exterior. Seguía siendo caliente, pero los mareos y malestares físicos se volvieron lo último de sus prioridades. Sólo tener las imágenes de su hija en su mente fueron suficiente para disuadir a la realidad. Gimió por lo bajo y un sollozo se escapó de su voz entrecortada. No tenía nada. No importaba cuántas veces se sacrificaba, nunca podría tener algo a cambio. No importa cuanto quiera martirizar y restarle egoísmo al deseo, seguía siendo demasiado para su comprensión. Quería una esperanza. Y no la sentía. Quería guardar esas memorias, tal vez como un salvavidas en las peores circunstancias. Rosemary siempre será su esperanza. Pero ella ya no está. Ya no la tiene consigo, y eso lo vuelve distante y frágil. No la sentía en ningún lado. Estaba perdido y el dolor estaba sucumbiendo en lágrimas saladas y terribles pensamientos combinados con los recuerdos más amenos que tiene. Recuerdos del nacimiento de Rose, de los momentos de calma que tuvo con Mia, de lo monótona que fue su vida hasta hace seis años desde la desaparición de quien fue su esposa. Ahora todo se ha ido. Seguiría adelante y él se quedaría atrás. Como un simple recuerdo de probablemente el hombre más tonto del mundo por haberse atrevido a vencer tantas armas biomutantes por su familia. Sólo quería proteger a sus dos chicas. Sólo quería una oportunidad donde la calma sea un hecho prolongado. Y había valido la pena, Rose y Mia estaban bien. ¿Pero, qué hay de él?

Sentimientos y otros Factores de SupervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora