Hipótesis, Pregunta de Investigación, Objetivo General y Específicos

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Título Alternativo: La Rutina de un infinito Reloj de Arena.

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Se podría decir que había una rutina establecida.

El tiempo era una de las pocas cuestiones que seguía siendo como lo recuerda. Algo que a veces sentía que pasaba muy lento y que a veces se escapa de su entendimiento y manos. Desde la visita al laboratorio de Miranda, honestamente, no ha querido volver. Estaba consternado y tenía tantos y tantos secretos que sabía que existían y seguían esperando por ser descubiertos. Y no es como que no quisiera hacerlo. Los dedos le temblaban con la expectativa de ir y buscar alguna respuesta contundente que pudiera saciar esos vacíos dentro de él. Las cuestiones primordiales es porque, al final, eran episodios que no había podido terminar de cerrar. Él sabía que todo estaba muy jodido con Mia desde que ella desapareció. Que intentó tanto para hacer como que nada ocurrió, vivir una vida normal.

Pero una vez que la confianza se rompe, una sola vez es necesaria para que se tarde mucho en reconstruir. En poder resanar las heridas y las inseguridades. La llegada de Rose fue incómoda y llena de varios contratiempos. No podía se podía esconder con que todo fue perfecto. Porque no lo fue. Y sabe que tiene que ir dejando atrás su pasado, pero seguía inconcluso. Seguían apareciendo trapos sucios entre medias que dejaban explicaciones que no le eran amenas. Por más que intente razonar, existiría la molestia por la traición. ¿Alguien esperaría que pueda disculpar algo como eso tan fácilmente? Maldición, seguía resintiendo que Heisenberg estampó su orina contra su cara. Fuera de las bromas, sabe que, al final, esa era su vida pasada. Pero no veía justo que este pasado fuera tan cruel y lleno de secretos.

Una respuesta a la vez, supuso. Una respuesta a la vez para poder terminar con ese enigma y seguir adelante. Poco a poco podía decir que se estaba acostumbrando a este nuevo estilo de vida. Que cada día era una nueva oportunidad. Y si estaba aquí es porque había una razón. Porque había que conquistar todos los retos que han de venir y luego por fin descansar. Las circunstancias podrían ser peores. Podría no haber encontrado refugio. Podría no haber tenido alimento o agua. Podría haberse quedado completamente solo. Pero no era así. Aún existía sanidad en el letargo del apocalipsis. Tres seres constantes en su nueva vida que eran un ancla para la razón como las cartas que cada noche le escribía a Rosemary y las interminables tardes dibujando. Perséfone era una buena compañera, mimada y tranquila, con comportamientos muy diferentes a los de los gatos comunes. El Duque era afable y siempre sonriente, una sonrisa que te hacía tener fuerza y esperanza, bonachona y que a lo largo del tiempo, más allá de la relación de comerciante y comensal, podía decir que era su amigo. Y luego estaba la presencia de Karl. Un torbellino que ha llegado a poner patas arriba cada uno de los contextos.

Era impresionante la manera de actuar de Heisenberg. Era impredecible y bastante reacio. Su dramatismo era la perfecta persiana de humo que fungía como mecanismo de defensa contra todo y todos. Esperando así poder disuadir a cualquiera y desviar la atención a las cuestiones que realmente la aquejan. Pero a él no, aunque intentaba demostrar que era de confiar, Heisenberg seguía alejándose. Y sabe lo que eso conlleva, construir una relación de confianza era jodido. Y romperla era muy sencillo. Pero de verdad quería intentarlo. Sabía que tenía problemas, que estaba cansado y que todo lo tenía jodido. Pero Karl tampoco estaba en el mejor de los pasos para poder presumir su circunstancia. Pero no las quiere comparar. No se pueden comparar y no sería justo. Cada uno ha pasado por su mierda. Cada uno buscaba poder descansar pronto. Y debía ser por una razón.

Le hacía recordar una frase que su madre decía cuando veía a una pareja: "Dios los cría y ellos se juntan". Y no es que quiera ver como un potencial de pareja a Karl. Maldición, no. Pero comprendía la aplicación de la frase en el contexto. A veces entre todos los platos rotos, se podían armar nuevos tesoros de los fragmentos grandes y fuertes sobrantes. Y eso es lo que les queda. No pueden volver a la antigua normalidad. No es como que sea correcto o realmente lo quieran. Karl no lo desearía y en su caso sería prueba de una densa desesperación por no afrontar las cosas como son. Él estaba infectado por dos tipo de hongos super evolucionados y las mutaciones han hecho lo que es.

Sentimientos y otros Factores de SupervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora