Conclusiones

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Título Alternativo: Metáfora de la palabra 'Rosa'.

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Habían pasado tres años más.

Tres años más desde que escaparon del pueblo. El antídoto había sido un éxito y pudieron escapar sin tener la intención de mirar atrás. De sólo recordar todos y cada uno de los cuadros corriendo como una película durante esos momentos podía hacerle recordar el sentimiento que aún le hacía temblar de la emoción. Jamás se había preparado para saber cómo es que en realidad se sentía la libertad. La había estudiado, la había imaginado, pero jamás la había vivido. Hasta ahora. Y todo se podía ir reduciendo a anécdota tras anécdota. Algunas mejores que otras. Pero todas con una gran significancia que le gustaba guardar como parte de su viaje.

Porque después de haber salido del pueblo, muchas cosas se presentaron para él. La libertad fue atronadora y sofocante. Sabía que el mundo de allá afuera sería enorme en todos los sentidos; pero sabía que su mente nunca sería capaz de escatimar las verdaderas proporciones del universo que ahora le abría las puertas y lo recibía. Muchas ocasiones fueron circunstancias que jamás imaginó; algunas mucho más sencillas de lo que pensó, y otras mucho más difíciles de lo que esperó. Pero todo tenía una razón de ser y existir. Y pudo seguir aprendiendo a la larga. Así que no había mucho de lo cual quejarse cuando se experimentó tantas nuevas cosas.

El Duque en verdad se había encargado de todos los detalles necesarios para su viaje fuera del pueblo. Cuando había dicho que tenía todo cubierto, nunca imaginó que sería a tales grados de que salir de la pocilga que fue su prisión sería menos complicado de lo que esperarían. Les consiguió documentación. Le dio una identidad a Karl Heisenberg de una vez por todas. Y a Ethan le dio una identidad falsa con la que podrían moverse de una manera más sencilla por todos lados. El cómo lo había hecho era una duda que mejor no se quiso hacer y sólo pudo aceptar el regalo de parte del comerciante. El tener documentos ahorraba muchas problemáticas. Él no estaba muy seguro de los efectos que los papeles tenían; pero cuando vio el rostro aliviado y emocionado de Ethan, supuso que les daba una gran ventaja. Y vaya que resultaron funcionales. Les ahorró mucho trabajo y estrés mientras buscaban hacer algo con su vida ahora que estaban libres. El camino se presentaba amplio y muy extenso, listo para ser recorrido.

Sus cuerpos reaccionaron perfectamente al antídoto y estuvieron más que bien después de algunas horas de que surtiera efecto. Aún recordaba esa mañana cuando partieron lejos. El aire era algo frío, aún estaba oscuro, pero ya se denotaba la luz a través de los horizontes. Su cuerpo temblaba de la emoción porque sabía que ahora viajaban con nada más que la sombra que los sigue. Se ganó un rasguño de parte de Perséfone por haberla vacunado aunque ya le había advertido de que estaba por encajar una aguja en su cuerpo. Cuando se administraron el antídoto, no sintieron ningún efecto alterno. Y eso fue una buena señal, ninguno reaccionó erróneamente al suero durante las setenta y dos horas de observación. Cuando salieron del pueblo, podían respirar el aire frío y dejar de irritar sus cuerpos. Había sido fenomenal volver a respirar el aire y que fuera fresco dentro de su cuerpo. Poder sentirse libre del miedo de que la radiación los mataría y que podrían por fin ir adonde sea que se quieran dirigir sus pies.

Fue un viaje tranquilo y realmente emocionante que lo mantuvo a la gran expectativa. Los parajes de las carreteras, aunque aún lleno de árboles y montañas nevadas rumbo a Ucrania no se diferenciaban mucho del pueblo, la sensación era diferente. Su cuerpo tembló ante lo maravilloso que el panorama le ponía enfrente. Tantas cosas por ver, escuchar, oler, saborear y sentir aguardaban más allá de los caminos por donde el Duque los dirigió a través de algunos días de viaje en la caravana hasta que llegó el momento donde ellos debían seguir adelante. Con bastante dinero, una gata blanca mutada gigante como nuevo miembro de la familia y la promesa de volver al Duque en el futuro en las manos. Siguieron adelante y debía ser honesto: en verdad había extrañado la presencia del comerciante en los inicios de su viaje. Jamás imaginó cuánta influencia él sería hasta que lo notó. Después de todo, el Duque le había enseñado muchas cosas desde que él era joven. Y le debía los conocimientos sobre los puros. Eran un buen pasatiempo y gusto que jamás dejaría, de eso no cabía duda. El Duque se había vuelto también parte de su familia.

Sentimientos y otros Factores de SupervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora