capítulo 6

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Sarah despertaba con los ojos cerrados e hinchados y con dolor en todo el cuerpo después de que sonaran los dos despertadores a la vez.
Al levantarse lentamente, notaba como le pesaba todo de ella, no podía apenas abrir los ojos, parpadeaba como podía y deambulaba por el pasillo medio dormida hasta llegar al cuarto de baño para darse una ducha y esperar despertar de golpe.
La pastilla había hecho su función, puede que incluso demasiado. Se quitaba la ropa y se metía en la ducha mientras dejaba caer el agua por su cuerpo esperando a que la ayudara a quitar ese cansancio de las horas que había estado en la cama.

En total, habían sido dieciocho horas durmiendo, era de esperar que se sintiera de ese modo.
Sus ojos empezaban ha abrirse un poco más, el ruido del agua conseguía despertar sus oídos que parecían taponados, su garganta estaba seca, tenía sed y hambre.
Salía de la ducha y se secaba el cuerpo y el pelo, se miraba al espejo y fruncía el ceño al ver sus ojeras.
No importaba las horas que llevara durmiente, el cansancio seguía ahí, si, algo más descansada, pero aunque dieciocho horas parecieran demasiadas, en realidad no eran suficientes para quitar cinco días de insomnio.

Aún así, se sentía con algo más de energía a menudo que iba despertando todo su organismo.
Se colocaba los pantalones tejanos, una camiseta, unas zapatillas deportivas y se iba a tomar un café para terminar de despertarse.

Encendía la cafetera para que se preparara, mientras se hacía el café, se disponía a prepararse algo de comer.
Huevos revueltos, beicon, tortitas, gofres y un par de tostadas.
Aunque era ya por la tarde, necesitaba hacerlo de ese modo, como si fuera un desayuno.
Ha parte, se preparaba también un zumo de naranja recién exprimido para que el impacto fuera mayor en su cuerpo.
Olía ya el café y apagaba la cafetera mientras se tomaba el zumo de naranja y le daba un mordisco a una de las tostadas.
Aún le quedaban seis horas para irse al hospital, podía despejarse un poco y ponerse al día en las noticias.

Encendía el televisor y colocaba el desayuno en la mesa, se sentaba en la silla y buscaba entre los canales alguna noticia nueva para saber que se había perdido en esas horas de sueño.

Masticaba los huevos revueltos junto el beicon mientras escuchaba a la presentadora hablar sobre el virus y las consecuencias hasta ahora.
Separaba un poco sus labios al enterarse que durante este día perdido, habían fallecido alrededor de otras cien mil personas en todo el mundo.
En total, serían unas seiscientas mil.

Le entraron ganas de llorar, entre los fallecidos, habían niños pequeños, bebés recién nacidos, gente mayor, gente de todas las edades.
No pudo evitar que se le colocara de nuevo ese nudo en la garganta, ese sollozo que apenas podía aguantarse, pero lo hacía, tenía que hacerlo, no debía desmoronarse ahora, no era el momento.
Decidió cambiar de canal, era lo mejor. Encontró una serie, C.S.I, no estaba mal, era buena, pero muy repetitiva, aún así, la dejó puesto unos minutos más hasta que el aburrimiento hacía mella en ella y decide volver a cambiar de canal.

Encuentra otra serie, una divertida, MODERN FAMILY, decide que es mejor esto que las noticias o ver más muertes.
Sonríe con algo de diversión por lo que oye en ese capítulo, ni siquiera sabe que temporada es ni nada, solo necesita despejar la mente y no pensar en todas las víctimas que se está llevando esta pandemia.

Sin darse cuenta, se termina toda la comida y el café. Se levanta de la silla, recoge los platos y se los lleva a la cocina. Los limpia despacio, sin prisa, necesita ese silencio que ahora tiene a su alrededor.
Incluso agradece no tener a Lobo en casa, ahora mismo no podría ni sacarlo a pasear, necesita esto, la tranquilidad que produce el silencio, estar sola, sin nadie a su alrededor.

Piensa en sus compañeros ahora;
¿ estarían teniendo los mismos sentimientos que ella?
Puede que algunos más que otros, seguramente Courtney si.

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