PANDEMIC

capítulo 7

La rutina de las horas pasando volvía ha hacer mella entre los trabajadores, pero la adaptación era obvia dadas las circunstancias anteriores.
Gracias a las magdalenas y galletas de Sarah, iban comiendo algo dulce en donde les subía un poco la glucosa para poder seguir, junto a esos cafés que previamente habían preparado desde la cafetería las camareras para que se les fuera más ameno.

Sarah era llamada desde los laboratorios y se disponía a bajar por el elevador para saber de qué se trataba mientras que Courtney se paseaba por urgencias atendiendo junto con el resto a los pacientes que no dejaban de venir.

Por televisión, no dejaban de dar malas noticias, las víctimas de la pandemia eran cada vez más y se pedía por fin que todos llevaran mascarillas por la calle ante todo lo que estaba ocurriendo.
Hay que añadir, que no sólo el virus era el problema, sino también las personas, ya que muchos habitantes se habían dispuesto a dejar en los supermercados sin mercancía.

Se habían agotado las botellas de leche, el agua, carne y pescado, potes de legumbres y casi todo lo que pudieran encontrar. Eso había provocado el miedo entre el resto de la ciudadanía, y aunque el presidente intentaba calmar a la población, estaba siendo bastante complicado, sobretodo por la ola de atracos en las que las tiendas y gasolineras estaban siendo las más afectadas.
La policía tampoco daba ha basto, se pasaban las veinticuatro horas recibiendo avisos de robo, y por desgracia, también de violencia en los hogares.

Donde también había afectado era en la bolsa y los bancos, la gente había sacado de sus cuentas todo su dinero o ahorros, en lo que los profesionales de la administración no entendían ya que el dinero no iba a quitar el virus si lo cogían.
Daba igual ha dónde quisieran irse, el virus no conocía fronteras.

El impacto económico de la pandemia estaba teniendo unas consecuencias devastadoras en el empleo y la producción. La última previsión de crecimiento del Banco ha empeorado y descartaba una recuperación temprana de la economía para el cuarto trimestre y la estima gradual. Las alarmas saltaban, las últimas previsiones realizadas para una situación epidemiológica más desfavorable anuncian una caída del PIB de hasta el 12,6%, en línea con las publicadas recientemente.
La Contabilidad Nacional del tercer trimestre, recoge un efecto rebote récord de la economía, lo que deja una variación interanual del -8,7%, el doble de la caída producida. El crecimiento es algo más intenso de lo esperado, principalmente por el aumento de las exportaciones, el incremento del consumo de los hogares. Respecto al empleo, en términos de horas trabajadas, registra en términos interanuales una disminución del 6,2%, es decir, la grave pérdida de un millón de empleos equivalentes a tiempo completo en un año.

La pandemia, aunque afecta simultáneamente al conjunto de las economías, muestra impactos territoriales muy dispares. Todas las regiones comparten la misma causa de la crisis y en todas habrá efectos negativos; sin embargo, existen diferentes factores que condicionarán el grado de incidencia en sus economías. Esta diferencia se puede explicar principalmente por su situación económica previa a la crisis, la especialización sectorial dada la mayor sensibilidad que tienen determinadas actividades económicas a las medidas de restricción y confinamiento, como se produce en el turismo, y el dispar nivel de competitividad de las autonomías por su distar situación en innovación, digitalización, educación e infraestructuras.

El impacto súbito y generalizado de la pandemia y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, que, según las previsiones del Banco Mundial, se reducirá un 5,2 % este año. De acuerdo con la edición del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco, sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita.
A raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el comercio y las finanzas, se prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraerá un 7 %. Se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se contraigan un 2,5 % este año, su primera contracción como grupo en al menos 60 años. La disminución prevista en los ingresos per cápita, de un 3,6 %, empujará a millones de personas a la pobreza extrema.