Cuando la relación entre Alba y Natalia comenzó, ambas hijas lo aceptaron con naturalidad. Olivia, por un lado, había sido educada por una madre soltera, en una familia en la que los comentarios homófobos eran inexistentes y cuyas únicas figuras masculinas pasaban un tiempo corto y espaciado con ella. Su madre, además, se había encargado de abrirle la mente a la niña explicando que cada familia es diferente, que algunas niñas y niños tienen una sola mamá, como ella, o un solo papá, o ninguno, que otros tienen dos mamás o dos papás en lugar de una mamá y un papá. Que hay quienes viven con sus abuelos, tíos y primos, o que tienen familias adoptivas, y que todo ello estaba bien. Sumado a ello, consumiendo caricaturas en las cuales la homosexualidad y bisexualidad estaban completamente normalizadas, la llegada de Natalia a su vida y su posterior inserción a la familia como pareja de su mamá, no habían significado ningún conflicto para la niña que, en su lugar, se había puesto muy feliz de tener a nuevas integrantes.
Por otro lado, Aura había sido un caso ligeramente distinto. Natalia había evitado, por el simple hecho de que no había sido "necesario", mencionar su sexualidad a su hija. Quizás por eso tuvieron que darle una explicación, aunque muy simple pues lo entendió de manera rápida y orgánica, de por qué Natalia y su "amiga" se daban besitos en la boca.
- A algunas personas les gustan los chicos, a otras les gustan las chicas, y a otras les gustan los chicos y las chicas, como a Alba y a mí –explicó Natalia, sentada frente a su hija y sosteniendo la mano de Alba.
- Oh –musitó Aura con aire pensativo-. ¿Y hay personas a las que no les guste nada? –preguntó, luego de unos segundos.
- Sí, cariño, hay personas a las que no les gusta nada –contestó Alba con dulzura.
- Ah, vale, porque creo que soy de esas personas –dijo la pequeña. Se quedó unos segundos callada, mirando a un punto fijo en la mesa, como si estuviese pensando algo muy importante, y luego volvió a mirar a la pareja con el ceño fruncido-. ¿Y entonces vosotras sois novias? Porque papá dice que eso está mal, lo dijo cuando nos mudamos aquí –ladeó la cabeza un poco, como si desconfiase de sus propias palabras.
- A ver, Auri, sí, hace muy poquito tiempo que somos novias –respondió Natalia, observando cuidadosa las expresiones de su hija-. ¿A ti te parece que esto esté mal? –preguntó, un poco preocupada.
- ¿Os queréis? –la pregunta de la niña fue inmediata y concisa.
- Claro que sí –contestó Alba sin dudarlo-. Nos amamos.
Luego de unos segundos de silencio, la pequeña cambió de expresión dando paso a una sonrisa tímida, y luego se encogió de hombros.
- Pues entonces no creo que esté mal –concluyó.
- Pues no lo está, cariño, para nada –asintió su madre con gesto de alivio-. Ah, y Auri –la detuvo antes de que la niña se fuese de la mesa-. Aun eres muy pequeña para saber quién va a gustarte, pero sea a quien sea, aun si no te gusta nadie, no dejes que ninguna persona te diga que está mal, ¿Vale?
- Vale –asintió la niña, con una enorme sonrisa, y se dispuso a regresar a su recientemente nueva habitación a jugar con la que ahora sabía que debía comenzar a tratar como a una hermanita.
Un pequeño brote de ilusión se instaló en el pecho de la niña.
"Bua, siempre he querido una hermanita."
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La Pequeña Familia || ALBALIA
FanfictionAlba y Natalia se reencuentran años después de su ruptura debido a la inesperada colisión de una pelota de fútbol contra la cabeza de una niña. Ambas se encuentran con una versión de la otra mucho más madura, fruto de los incidentes que se han ido d...