Octavia no se esperaba que la primera vez que exponga sus obras en una exposición, el manager del famoso grupo "Demons" la contactara para que hiciera un proyecto para ellos.
A partir de ese momento supo que estaba todo perdido, a partir del momento...
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CAPÍTULO 4
"Ideas y letras"
O C T A V I A
¿Alguna vez os habéis despertado sin saber qué día es y dónde cojones estáis?
¿No?
Pues para mí, hoy es uno de esos días.
Un ruido me taladra la jodida cabeza. Me doy la vuelta en lo que supongo que es una cama y me llevo la almohada a la cabeza .
— Puta mierda — maldigo mientras me quito la almohada de la cabeza.
Abro los ojos y reconozco las paredes de mi habitación además del olor característico de mi casa.
Me froto el ojo con el dorso de la mano intentando despertarme un poco. Busco con la mirada mi móvil y lo encuentro entre las sábanas.
— Seas quien seas, me cago en tu raza — insulto en cuanto cojo el teléfono.
— Buenos días a ti también — reconozco la voz de Kym al otro lado de la línea — Aunque ya es un poco tarde como para decir buenos días...
— ¿Ahora para qué me llamas? — me rasco la cabeza.
— ¿Es un delito querer saber de tu mejor amiga? — inquiere.
— No, no lo es, pero tú pocas veces me llamas por las mañanas. Si lo haces es o porque Demons ha hecho algo, o tu padre....— ahora caigo — Oh...¿Qué ha pasado?
Recuerdo que Kym se tuvo que ir de la fiesta porque su padre la quería en casa. También conocida como la gran mansión Michel.
Escucho como Kym suspira — Nada más abrir la jodida puerta estaba él con cara de muermo y con una hoja en la mano. Adivina quién tiene una denuncia por agresión...
— No me jodas Kym, ¿Y ahora de quiénes?
— Eso es lo gracioso — ríe — ¿Te acuerdas de ese chico en el supermercado el cual me había quitado la última caja de pizza congelada? — asiento aunque no me vea — Bueno pues al parecer estuvo investigando y con las cámaras de seguridad lograron reconocer mi careto.
— No me jodas — me llevo la mano a la frente.
— ¡Oye! Te recuerdo que yo no soy la única que tiene una denuncia por agresión.
— ¡Eh! ¡Eso fue hace mucho! Y además...se lo merecía...— río al recordarlo — ¡Dios! Qué buen puñetazo le di.
— La verdad es que sí — concuerda Kym.
— ¿Te acuerdas como sangraba su nariz? — río.
— Sí. Parecía que nunca paraba.
— En fin, eso fue hace mucho tiempo y además ya está solucionado, ya cumplí con lo que me ordenaban.
