Tras los hechos de los sucesos que pusieron las cosas en nuevo tablero con un jugador más en la línea. Monica afrontará las crudas realidades de lo que su naturaleza ahora de vuelta le dejará en el camino.
Los secretos no acaban y lo cimientos comie...
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La edad roja conocida como la peor época qué pasó el mundo entero. Cubierto por una oscuridad densa que aterraba a sus habitantes, cada hora contaba y la luz del día era su respiro. Los campesinos salían de su escondite y rezaban plegarias a su dios para que los salvara de ese horrible infierno en el que el diablo soltó a sus hijos.
Eran tiempos de desesperación donde la población humana se veía orillada al borde de la extinción, los ríos se teñían de rojo y no existían suficientes lápidas para los muertos. Hermosos pastizales se convirtieron en cementerios y la tierra guardaba los atroces de aquellos que surgieron de ella.
Es bien dicho que si escarbas en esta, encontrarás indicios del pasado y la historia, después de todo es ella la que ha sido testigo de las maldiciones que han desatado el cielo y el infierno para tan pobres criaturas indefensas convertidas en intermediarias por la avaricia de las especies más peligrosas que nacieron del mal y el pecado.
Existieron dos reinos poderosos e inigualables custodiados por los linajes más poderosos, aquellos llamados los sangres puras hijos directos del señor del pecado y la dama del infierno. Ambos clanes prevalecían su dinastía pura y su mandato se extendía por todo el mundo.
Wallachia y Transilvania, juntos eran el corazón de su imperio. Los reyes mantenían una lucha sangrienta contra los Licántropos y las brujas, siglos de existencia en las que nacieron diversas criaturas con el fin de lo atroz.
No había día y noche en que la maldad mermara y todas querían obtener lo mismo de las tierras, dominarlas, el mundo solo querían poseer.
Las brujas eran criaturas envidiosas por los poderes poseedores de los sangre puras, surgieron dichas creencias sobre lo que obtendrían si obtenían una gota de su sangre. Era bien conocido que esta era la más exquisita y deleitable que cualquier otra. En ella se encontraban la sangre maldita de sus creadores directos.
Era tan deseada y alabada como un precioso tesoro más que cuidar. Sus linajes se mantenían puros al no ser mezclados con ningún otro, la realeza vampirica era digna de elogiar, sus miembros poseían la belleza de pies a cabeza y cada parte de ellos era un arma mortal, sus colmillos filosos tenían la fuerza de partirte el cuello, de sus ojos no había escapatoria y menos en la noche y sus garras te podían arrancar la piel.
Por su parte los licántropos se soltaron de las cadenas impuestas por ellos y dejaron la esclavitud a un lado para reproducirse y crecer en número hasta ser los suficientes para hacerles frente y vencerlos.
Esa es una parte de la historia que no es contada y también el hecho de su hambre insaciable por la carne humana. Cada luna llena masacraban pueblos enteros y rebaños, su veneno era tan letal que podría llevar a la muerte a los débiles y a un castigo a los fuertes.
Los grandes reyes emprendieron una larga lucha llena de acontecimientos extraños, sus más grandes y fuertes caballeros provenían de los clanes fundadores que fueron los primeros vampiros convertidos por ellos, se dice que en su sangre habitaban habilidades superiores en lucha a comparación de las mezclas que salieron de ellos.
