❝ ɪ ɴ ᴛ ᴇ ɴ ᴀ ʙ ᴏ ᴡ ʀ ɪ ᴛ ɪ ɴ ɢ s ❞

❝ O O 2 ❞

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❝ Papi ❞

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De cuando Gustabo es un omega en celo y Conway es su alfa

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Conway volvía a su departamento algo irritado, quizás ni siquiera eso, solo quería saber por qué su omega no había ido al trabajo ni había dado casi señales de vida cuando quería contactarlo.

En cuanto el alfa de olor a café comenzó a subir las escaleras, el motivo le quedó más que claro al sentir el aroma a granada mucho mas dulce de lo normal, despertando todos sus instintos y al alfa dentro suyo.

Definitivamente Gustabo había entrado en celo.

Mientras subía las escaleras podía comenzar a escuchar jadeos y algunos gemidos de Gustabo salir de la habitación. Parecía que esta vez el celo le había pegado muy fuerte.

Entró a la habitación, apenas y podía sentir su propio aroma, la habitación entera estaba bañada del olor de Gustabo, como si estuviera pegado a cada mueble y a cada centímetro de la pared.

El rubio estaba tirado en la cama boca arriba, llevaba como única prenda una camisa abierta de Jack, probablemente para sentir su aroma y sentirlo con él de alguna forma. Sus ojos estaban cerrados y su ceño fruncido en señal de sufrimiento y enojo. Apretaba y juntaba sus piernas mientras se retorcía sobre la cama entre jadeos, lo que le permitía a Jack durante escasos segundos ver su rosada, palpitante y mojada entrada, cosa que prendía al alfa. Las manos del ojiazul se aferraban a las sábanas con tanta fuerza que sus nudillos se volvían blancos, se notaba la desesperación en cada centímetro de su cuerpo y en cada gesto de su cara. Gustabo necesitaba ser atendido con urgencias por su alfa.

No se percató de la presencia de Conway hasta que empezó a soltar el olor a café amargo que tanto lo enloquecía, podía oler la dominancia mezclada con su tranquilidad y la intención de calmar a Gustabo en ese estado. Funcionó de cierta manera, haciendo que pudiera abrir sus llorosos ojos azules provocados por su estado, vio a Jack acercarse a la cama lentamente, sentándose junto a él con una parsimonia que lo calmó y desesperó a la vez.

—Ja-Jack... —consiguió decir al sentir la gran mano del contrario apoyarse en su pecho para que se estuviese quieto— Alfa; por, por favor, por favor, alfa...

—Estate quieta, muñeca. —dijo con una voz tranquila y ronca que incluso lo asustó, aunque su pene se endureció más y su entrada generó más lubricante, si eso era posible. Para su propia sorpresa, Gustabo se mantuvo prácticamente inmóvil ante la "orden" del alfa gracias a su parte instintiva, desesperado por ser un buen omega y que su alfa lo satisfaga. Porque si bien Conway aún no lo había marcado (aunque lo venían hablando) su omega ya sentía a Conway como su alfa.

Jack tocó con su otra mano la frente de Gustabo, tratando de ignorar el bulto de sus propios pantalones y el instinto de su alfa de follárselo hasta que se olvide de su propio nombre.

—Tienes fiebre —dijo con calma, la fiebre era un síntoma común cuando un celo era demasiado fuerte—. ¿Te has tomado algo?

—Hace, hace unas ho-horas —jadeó el rubio, desesperado por más contacto con el superintendente—. Pero no hace, no hace casi efecto, Jack —tartamudeó desesperado —. T-te necesito a tí, alfa...

Podría jurar ante Dios que las pupilas de Jack se habían dilatado incluso cuando no podía verlas por las gafas del mayor, que soltó un respiro que fingía ser pesado y desinteresado.