[XXI] SPIRITVS IN LVNA

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ÚLTIMA PARTE: EL RESPLANDOR DE LA OSCURIDAD

El espectro de la luz de la luna se filtra por los barrotes de la ventana extendiendo su pálido velo sobre la diminuta celda que mi cuerpo abandonado por Dios aún habita. Al despertar, el frío de la noche vuelve a calar en mis huesos desnutridos. Aun así, mis ojos miran a través de la ventana hacia las estrellas mientras mis labios dibujan una sonrisa, admirando la belleza del vestido que teje la oscuridad sobre un cuerpo que pronto será libre.

En una esquina de la celda donde la luz de la luna no alcanza, una figura familiar me observa ocultándose entre las sombras. ¿Un fantasma acaso que ha vuelto de la muerte?

—No puedo morir, Lázaro. No realmente. Siempre estaré contigo. Soy parte de la naturaleza misma —dice mirando las brillantes motas de polvo danzar en la luz de la luna que las alcanza desde el cielo nocturno.

—Así es, Vincent amigo. Eres parte de mi naturaleza. Por mucho tiempo me rehusé a aceptarlo. Te negué y encerré en una celda dentro de mi mente no muy distinta de esta donde estoy yo. Por ello te pido disculpas. Pero te volviste cada vez más fuerte hasta que lograste escapar, manifestándote frente a mí en carne y hueso.

—¿Estás seguro de eso, Lázaro? ¿No es tu religión muy diferente a la mía? Yo soy un druida que adora la naturaleza y desprecia el espíritu que pasa efímero. Mi reino es material y mis valores son terrenales. Incluso mi magia es una afrenta a tu dios.

—Una parte de mí desea quedarse en esta celda inmóvil hasta morir. Pero otra anhela romper las cadenas y escapar. No solo destruir las cadenas físicas que me atan a esta celda, sino también las que he llevado arrastrando en forma de creencias desde hace largo tiempo. Ahora sé que soy yo quien desea realmente deshacer todo aquello en lo que pensé haber creído toda mi vida. Tú eres esa parte de mí, Vincent.

La imagen de Vincent se torna tenue y difícil de distinguir a simple vista, casi desvaneciéndose entre la oscuridad.

—En este frío aire que entra a través de los barrotes dispongo dejar todas mis convicciones pasadas —continúo diciendo en voz alta—. En su lugar escucharé el llamado de la luna y seguiré su brillo que se extiende hasta mundos dentro de mi mente donde la razón no conoce cabida.

—¿Estás consciente de que si tomas esta decisión todo lo que conoces tendrá que desmoronarse, no es así Lázaro? Todos tus años de estudio como sacerdote, todo cuanto otros te hicieron comprender, y todo aquello que crees entender a la perfección porque otros lo pusieron allí se evaporará como por arte de magia —dice Vincent.

—Es un pequeño precio a pagar por hacer que todos los sueños que jamás he tenido tengan una oportunidad de volverse verdaderos. Una vez que me haya despedido de mi manera antigua de razonar, de mis planes y mis valores, se abrirán surcos hacia una nueva libertad.

—¿Y cómo planeas hacer eso, Lázaro?

—Primero debo encontrar una manera de escapar de este agujero.

Miro mis piernas y mi cuerpo: un grillete me encadena los tobillos y una camisa de fuerza me inmoviliza los brazos. La poca interacción que tengo con otras personas se da cuando alguien abre la puerta para dejar un plato de comida en el suelo o vienen a inyectarme algún sedante.

En el momento de poner las inyecciones las personas se acercan más pero por lo general llegan en grupos de dos o tres. Debo ser paciente y esperar el instante óptimo en el que tenga alguna ventaja.

* * *

Dicha ocasión se da unos días más tarde cuando se acercan dos hombres de blanco a ponerme el sedante. De repente uno de ellos se detiene y dice:

Bruja terrenalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora