[VIII] SIGNVM CRVCIS

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¡Jen!

Distingo la silueta de mi hermana, quien yace tendida en medio del suelo de la torre, en apariencia inconsciente. Llamo su nombre varias veces intentando despertarla pero no responde...

Entonces su cuerpo se retuerce y una voz que no es de ella emerge de su garganta vociferando toda clase de bramidos demoníacos.

¡Sé que estás ahí Jen, resiste!

Junto mis manos y, arrodillado frente a ella, empiezo a orar haciendo la señal de la cruz y algo milagroso sucede: una presencia bondadosa llena mi cuerpo de una energía divina y revitalizadora, una energía que ansío compartir con todos, especialmente con mi hermana. Entonces algo me interrumpe...

Abro los ojos e inmediatamente una fuerza invisible me levanta en el aire y me arroja contra la pared. Una voz ronca con aliento a azufre sale del cuerpo de Jen. Sé que no es ella la que habla, sino el demonio que habita su cuerpo.

Mi propio mundo me ha cerrado las puertas y confinado en una torre fría en medio de la arena por ser lo que soy, anhelando que, como lo hace un recuerdo olvidado, deje de existir. Pero eso no sucederá. En tu mundo, el mundo donde sueño estar, no me temerían por lo que soy: uno más a quien se le ha conferido la vida para hacer con ella lo que le plazca.

No perteneces al mundo con el que sueñas. Si los portales entre los mundos se abren, el universo entero podría dejar de existir. Lo he visto en una visión. Los AEONES han trabajado muy duro para mantener ambos mundos aparte, no dejarán que lo eches todo a perder, demonio.

Les demostraré que se equivocan: el universo no se destruirá al abrir los portales entre los mundos, solo cambiará. Ya ha pasado antes. Es un ciclo que debe repetirse. Así fue como este mundo nació.

¿Pretendes saber más que los AEONES, los guardianes del tiempo? A través de ellos pude ver más allá del presente. Las visiones del futuro se resquebrajan y desvanecen. Ningún remanente de esperanza permanecerá si guías tus tropas con afanes de soberbia, pero haz el yugo de la envidia a un lado y evitarás que el universo se desmorone para hundirse en la oscuridad por siempre.

En mis sueños subo por las montañas, nado en las lagunas y camino con el viento. Una dulce brisa me guía por senderos que he contemplado muchas veces antes. Bajo tranquilos cielos azules construyo allí un hogar que nadie podrá arrebatarme... jamás.

De nada sirven las alianzas. ¿De qué sirve la paz si mis sueños permanecen sin cumplir? No. Las trompetas sonarán. Nuestra sangre debe derramarse para poder cumplir nuestros sueños. Al final veremos quién tiene razón y quién se equivoca... y de qué lado realmente está Dios.

¿Te crees suficientemente humano? ¿Podrías cargar con una cruz por ti solo? ¿Cada humano tiene una, lo sabías? Es un mundo muy cruel para enfrentarlo solo y tu cruz podría ser muy pesada para cargarla sin ayuda. Podrías estar rodeado de indiferencia... sentir alegría pero jamás sentirte satisfecho. En las noches lluviosas o los días fríos, podrías sentir que no perteneces a ningún lado, a nadie... Aún hay tiempo de deshacer el daño que has hecho al universo. No olvides lo que hoy has escuchado, demonio. Algún día tu valentía podría flaquear. La decisión es tuya, así que decide.

Tienes mi mundo, tienes mi alma, tienes todo lo que yo una vez solía tener. Ahora que he llegado tan lejos... lo quiero todo de vuelta. Estoy aquí para recuperar mi mundo. No podrán desterrarme para siempre.

El cuerpo de Jen vuelve a caer desvanecido en el suelo de la habitación. Corro hacia ella y la ayudo a levantarse. De mi mano, empieza a recuperarse un paso a la vez...

Llama mi nombre, reconociéndome. Yo la reconforto y le explico que un demonio ha poseído su cuerpo. Sin embargo, ella asegura que ha sido bajo su propia voluntad. Dice estar encaminada hacia un nuevo estado mental con todas sus fuerzas. Su motivación es un poder sin restricciones. Intenta explicarlo pero no logro comprenderlo, solo trato de contener las lágrimas y no perder la cabeza mientras la ayudo a caminar. Parece recuperarse por completo al alejarse unos pasos de mí.

Bruja terrenalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora