Capítulo XX

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Y todo lo que puedo respirar es tu vida. Y tarde o temprano se acaba.

Es sólo que no quiero perder esta noche.



Subimos al auto y nos ajustamos los cinturones para luego escuchar el motor avanzar camino a casa de Louis.


Estaba nervioso, muy nervioso. Me sudaban las manos y sentía mi corazón latir rápidamente a la vez que se formaba un nudo en mi garganta.


¿Qué tal si no le caigo bien? ¿Y si es como muchas personas superficiales y refinadas? ¿Estarían de acuerdo con que su hijo sea gay?


Pero todas las preguntas se dieron por terminadas en el momento que el auto disminuyo la velocidad dando paso a una residencia privada.


La casa era enorme y no exagero debieron haber trabajado mucho para poder comprar o construir algo como esto.


Entramos a una clase de cochera donde Louis aparco y apago el motor.


- Todo estará bien, no estés nervioso.- sonrió de lado y tomó mi mano.- ¿De acuerdo?.


- Si tu lo dices.- Beso mi mejilla para luego sacarse el cinturón y abrir la puerta.

Imite su acción pero con pasos más torpes que de costumbres.


Tomó mi mano y entrelazando nuestros dedos y caminamos hasta la entrada.

Sacó las llaves que se encontraban en su bolsillo y abrió la puerta.


- ¡Mamá! .- gritó .- Ya llegue y traje un amigo.


- Louis.- Dijo una voz desde las escaleras y luego vi aparecer la figura de una mujer muy linda y  con un notorio parecido a Louis.


- Mamá, el es Harry .

Hunger- Larry Stylinson.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora