Capítulo XI

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Ellos han cortado mis alas de nuevo, las desgarraron y luego me abandonaron, inútiles para volar de nuevo a mi pasado de libertad, mis ojos se secaron ese día viendo el daño que podría haber hecho, dañarme en vez de ellos, el dolor es mi único zen de diversión.



Si hay algo que fue muy duro para mi digerir en el momento en el que me di cuenta que sufría de anorexia, fueron los ataques de Anorexia bulimica que me daban cada cierto tiempo. Me entran esas ganas obsesivas de ir al supermercado a comprar comida. Eso era lo que estaba haciendo ahora estaba en la sección se galletas que se encontraba en el supermercado, era la única a la cual acudía y conocía todas las marcas de galletas que se encontraban ahí.


Llegue a casa, entre a mi habitación y acomode todas.


Las que comeré primero las pongo a mano para que pueda agarrarlas mas rápido.


Los ataques no me daban en ninguna hora en especial, en cualquier momento podría llegar.


Baje las escaleras y me senté en el sillón, encendí la televisión y me acomode mejor.


Pasaba los canales uno a uno hasta que pare en un comercial de donas.


Podía sentir las ganas de estar ahí ahora y comerme todo lo que el televisor mostrara.


Subí rápidamente las escaleras con dirección a mi habitación, tomé los primeros paquetes de galletas me acomode a mi cama y los abrí apresuradamente para comenzar a comerlos.


No tenia hambre simplemente quería satisfacer los ataques. Siempre me  quedaba ahí en esa posición, comiendo sin parar por horas. Me satisface, no sabría explicarlo, es algo tan personal como para entenderlo. Es como... un impulso después de comer,  así me olvido de todo, no pienso en nada.


Podía sentir como mi estómago se empezaba a hinchar. Esa sensación me pone enfermo. Es entonces cuando pienso en vomitar todo lo que he comido.


Cogí las galletas y baje a la planta baja directo a la cocina, las coloque en la mesa y abrí el refrigerador para sacar queso crema y abrirlo, en cuanto coma esto vomitare. Tomé una cuchara y empecé a ingerir todo lo que mi estómago me permitía.


Este era mi verdadero drama comer por comer y vomitar, aveces no hago otra cosa en todo el día después de llegar de la escuela.


Aveces pienso que me dejo llevar por mis ataques de bulimia, no tengo nada más.


Sentí mis ojos comenzar a picar por las lágrimas retenidas. 


-No tengo nada en esta vida.- Cerré el queso crema y lo deje en la mesa.- Estoy aquí enclaustrado entre estas cuatro paredes.


Yo quiero ver a alguien y nadie quiere verme. Yo me quedo aquí a comer y vomitar, es lo único que me queda.


Me limpie las lágrimas que corrían por mi rostro con la manga de mi sweater. 


No tenía nada solo esto, la puta comida que solo me hace sufrir, no tengo nada más. Se que esto lo que estoy diciendo no es verdad, hay mucha gente que me quiere.


Tomé un paquete de galletas y empecé a comerlas.- Maldita comida.- pensé con la boca llena.- Mierda.

Los ataques siempre terminaban así yo ha oscuras en el baño de mi habitación con botellas llenas de agua.


Siempre después de esto bebía tres litros de agua y después vomitaba.



Luego de eso cogí mi diario y comencé a escribir.



Me he echado a comer, primero galletas y luego queso crema. Y como siempre he vomitado, me siento fatal porque he vomitado muchísimo, mi estómago va a reventar.



Cerré el cuaderno y me encerré en mi armario.


Esta enfermedad es un monstruo, un monstruo dañino. No soy yo, es un animal que hay dentro de mi. Una bestia que entró en mi interior hace tres años y no consigo expulsar.


Hunger- Larry Stylinson.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora