CAPITULO XXXIII

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Mira las llamas dentro de mis ojos, arden tan brillantes, quiero sentir tu amor. Fácil cariño tal vez soy una luz. Antes de esta noche quiero enamorarme.



Aún entre los brazos del otro volvieron a acomodarse en el sofá. Oyendo aún los sollozos que producía el menor apretándose más al castaño en un intento de que este no lo escuche, pero aún así sabiendo que podría hacerlo no se detuvo.

El mayor dirigió su mirada al rizado y con una de sus manos que no acariciaban sus rizos levanto su mentón haciendo que este lo mirara.


Encerrados en cada suspiro, se encontraban esos deseos incontrolables que tenían por dar un beso; uno, que venga de esos labios que anhelaban con romance y le pertenecen a ese ser a quien aman libre y apasionadamente.

El momento antes de dar un beso, con el otro, se volvía mágico.

Sus rostros se encontraban a escasos centímetros, cada quien por su lado sintiendo sensaciones realmente indescriptibles.


-Dilo-.Dijo el oji azul uniendo sus frentes.- Te juro que si me dices que hoy puedo besarte, empezare y no soltare tus labios hasta quedar sin aliento, no valla a ser que luego te arrepientas y estos besos sean todo lo que me quede por el resto de mi vida-. Habló el castaño rosando sus labios con el hermoso ser que sus ojos tenían placer de observar.


-Besame-.Continúo apretándose más al oji azul-. Solo hazlo. Ven y robame el aliento, déjame sin respiración, y has que pierda el control con uno solo de tus besos.


Finalmente el castaño tomó sus labios entre los suyos en un lento vaivén haciendo sentir a ambos sensaciones indescriptibles.


Sus besos no les hacia dudar ni un segundo de que estaban eternamente enamorados.

Hunger- Larry Stylinson.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora