3

27 4 2
                                    

Cuando desperté, estaba en una cama, en un hospital, junto a un completo desconocido. Lo último que recordaba era haber chocado contra un parabrisas en un auto el cual no se de quien era ni porque estaba allí. Pero volviendo al desconocido a mi lado, era un castaño, con ojos del mismo color, tez blanca y alto, la verdad me traía un aire de familiaridad, pero decidí no prestar atención a eso, porque ni siquiera lo conocía y estaba aquí, en lugar de mi madre, y eso era sumamente raro viniendo de ella, así que decidí hablar:

-¿Quién eres?

El castaño me miro confuso, como si le hubiera dicho algo demasiado raro para ser cierto.

-Vamos, Sarah, no estoy de humor para una de tus bromas- me dijo aun con su mirada llena de preocupación y confusión. No entendía como era que sabía mi nombre y yo el del no.

-No estoy jugando, ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y porque estoy aquí?

-El doctor me dijo que habrían consecuencias, pero no que no recordaras ni mi nombre- mascullo más para el que para mí, pero aun así pude escucharlo.

-Responde lo que te pregunte-. Le dije con un tono de firmeza, no quería demostrar debilidad ante un desconocido.

-¿Cómo te explico?...- se lo pensó un momento y luego dijo: -Soy tu novio desde hace 1 año y medio, me llamo Axel Collins, y ayer tuvimos un accidente en el auto de camino a la casa, te golpeaste la cabeza y al parecer no me recuerdas a mí, pero te pido que trates de recordar, mira, este libro te lo regale ayer por tu cumpleaños, ¿no lo recuerdas?

Quede tan sorprendida de sus palabras que mi boca quedo abierta en una perfecta "o". En ese momento me mostro el libro, se me hacía familiar, incluso me parecía haberlo leído, pero no recordaba en lo absoluto que este tal Axel me lo hubiera regalado y menos ayer.

-N-no entiendo, no te recuerdo, ni siquiera recuerdo haber leído este libro alguna vez en mi vida, quisiera recordarte, Axel, pero no puedo, simplemente no puedo, intentare hacerlo, pero no sé si lo logre, perdóname.

De pronto la puerta se abrió y vi a mi madre junto con mi mejor amiga, Michelle, no entiendo porque no recordaba a mi supuesto novio y a mi mejor amiga sí.

-¿Sarah? ¿Me-me recuerdas?- me dijo la rubia con una pequeña nota de súplica en su voz.

-Sí, si te recuerdo, Michelle.

-¡Ah! Gracias a Dios, ya me había asustado-. En ese momento corrió a abrazarme, yo la recibí con los brazos abiertos y me di un abrazo que me dejo sin aire.

-Hija, ¿te sientes bien?- me dijo mi madre acercándose, vi en sus ojos la preocupación.

-Sí, mama, estoy bien. Sólo me duele un poco la cabeza, supongo por el golpe-. Respondí frotando mi cuello, lo tenía demasiado tenso.

-Qué alivio, hija.

Mi madre miro a Axel, él estaba en una esquina de la habitación, cabizbajo.

-Axel, ¿estás bien, hijo?- le dijo mi madre, vaya, al parecer si era mi novio, o al menos ella si lo conocía.

-Hmm... no, Sarah no me recuerda, no lo entiendo, no recuerda este último año que estuvimos juntos, nada. Ni siquiera el día de ayer, ni cuando le regale el libro, tan siquiera recuerda haberlo leído, no-no lo entiendo.- dijo el castaño en un tono bajo casi a punto de llorar, de verdad quisiera recordarlo, pero simplemente no puedo, no sé porque.

-¿Qué? Hija, ¿estas segura de no recordarlo? Llevan un año y medio de relación, ¿ni siquiera un poco? Haz un esfuerzo cariño, él te quiere y no sabes cuánto-. Me dijo mi madre mirándome fijamente.

-No, no lo recuerdo, de verdad me gustaría hacerlo, pero no puedo, perdón-. Dije mirando esta vez a Axel, quien estaba con la mirada perdida en algún punto.

-No te disculpes, no es tu culpa, ahora, debo irme, pero iré a visitarte, algún día podrás recordarme, estoy seguro de eso-. Dijo el castaño con un tono de voz bastante decidido, casi sonó a una promesa, y con eso, salió de la habitación.

-Hija, no quiero que pienses que estoy presionándote, pero te pido que hagas tu mayor esfuerzo, Axel te ama, y lo ha demostrado un montón de veces, recuerdo cuando llegaste a casa emocionada porque te pidió ser su novia de la forma más cursi del mundo, como tu dijiste- suspiró- sé que no será fácil, pero cual sea tu decisión te apoyare, mi niña-. Me dijo mi madre, y en su voz encontré una nota de tristeza.

Michelle se le unió a mi madre y dijo:

-Sí, Sarah, él te ama, no sé si lograras recordarlo algún día, pero no te alejes de él, al menos permanece como su amiga, así tal vez recuerdes todos esos momentos que pasaron juntos, tu eres muy importante para él, sé que tomaras la decisión correcta, y aquí estaremos para apoyarte, cuenta con eso, y puedes tener por seguro que él no se rendirá tan fácil tampoco-. Terminó dedicándome una sonrisa triste.

Siendo sincera, no sabía si algún día recordaría todo eso que viví con él, pero me esforzaría por hacerlo, por tener esos recuerdos otra vez conmigo, sé que él no se rendiría, y yo tampoco me rendiría tan fácil, más si él me amaba como decía mi madre y mi mejor amiga.

En ese instante, el doctor entro con una libreta en su mano y nos miró, abrió la boca y dijo:

-Hola, Sarah, soy tu doctor y vine a decirte tu diagnóstico. Tuviste un golpe muy fuerte en tu cabeza contra el parabrisas del auto, causando un tipo de amnesia llamada: Amnesia Postraumática, la cual hizo que perdieras parte de tus recuerdos, ¿a tu madre y tu amiga si las recuerdas?

-Sí, si las recuerdo, a quien no recuerdo es a mi novio, llevo un año y medio de relación con él, ¿Por qué no puedo recordarlo si fue hace tiempo ya? Y, ¿Cuánto tiempo voy a permanecer con amnesia?- le pregunte yo, muy confusa por sus palabras.

-Te explico, puede ser que no lo recuerdes porque tu cerebro bloqueó todos esos recuerdos a causa del choque, a tu madre y tu amiga las recuerdas gracias a que fue hace mucho tiempo atrás que las conoces. Y no puedo darte un periodo de tiempo exacto, puede ser un par de meses, años, o toda la vida, eso depende de tu cerebro y de que asistas a un terapeuta para que logres recuperar tus recuerdos.

-Y, ¿si asisto a terapia puedo llegar a recordar todo eso?

-Puede ser, aunque no puedo asegurarte eso, Sarah, el cerebro humano es muy impredecible en estos casos, pero si hay una probabilidad.

-Entonces quiero ir a terapia, quiero recordar eso, no puedo vivir sabiendo que no recuerdo a una persona con la cual viví tanto.

-Okay, entonces programare tu cita para lo antes posible, ya que conforme pasa el tiempo, más difícil es que recuerdes, porque tu cerebro bloqueara más y más esos momentos. Ahora con su permiso, me retiro, buen día.

-Gracias doctor, buen día-. Respondió esta vez mi madre.

-Espero poder recordar todo, es muy desesperante vivir así, mamá.

-Tranquila, hija, todo saldrá bien.

Recuerdos [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora