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SARAH JONES

1 semana después.

Ha pasado una semana después del accidente en donde olvide casi dos años de mi vida. He ido a una especie de "terapia con luces" pero tampoco me ha ayudado mucho a recordar, he ido a terapia de hipnosis y nada, nada funciona, el doctor dice que es probable que nunca llegue a recordar, pero no me quiero dar por vencido, al menos no por ahora, apenas ha pasado una semana, pero aun así siento que es imposible poder rememorar todo aquello que me paso.

En fin, es sábado y Axel me pregunto que si quería salir con él en la tarde, accedí porque no tenía nada más que hacer y porque being sincera, me siento muy a gusto con él, supongo que la sensación de familiaridad no desapareció con el choque. Son las 5:02 y ya Axel llego, bajo corriendo las escaleras, mi madre no está puesto que tiene que trabajar, es cardióloga, por lo cual cual pasa más tiempo en el hospital que en casa podría decirse, pero aun así siempre está al pendiente de mí, y más con todo lo que pasó.

Él me estaba esperando al lado de la puerta del copiloto, decido saludarlo y le digo en un tono de voz bajo:

-Hola.

-Hola, Sarah.

El me abre la puerta y me subo al auto, huele siempre tan bien, entre perfume y su olor, al parecer mi cerebro aún tiene registrados esos aromas, porque se me hace familiares en un nivel extremo. Él se sube al auto y lo enciende, hay un silencio incomodo así que decido cortarlo:

-Y ... ¿A dónde vamos?

-Es una sorpresa, pero te gustará-. Yo respondí regalándome una sonrisa.

-Eso espero- le digo yo, aun mirándolo. No me había percatado, pero tiene pecas en sus mejillas y en su frente, es un poco atractivo, bueno que digo poco, es bastante atractivo, veo una de las razones por las que me enamore de él, aunque supongo que no fue la única . Él se da cuenta que lo estoy mirando y voltea a verme, yo dirijo mi mirada a la ventana con mis mejillas ardiendo.

Después de unos 15 minutos de carretera y silencio, llegamos al lugar. Es el mirador, la vista es perfecta, hay muchos árboles y un paisaje que desde allí arriba se ve enorme pero hermoso.

-Es hermoso- le digo al castaño quien me está viendo desde que llegamos.

-Sí, lo es, me gusta mucho venir aquí y ver el atardecer, por eso quise invitarte a esta hora.

-Debe ser una obra de arte en el atardecer.

-Sí, aunque hay dos obras de arte aquí.

-¿Por qué lo dices? - le pregunto yo, ingenua.

-Tu, y la vista- me responde el castaño mirándome, en ese momento siento mis mejillas arder.

-Ahmm, gracias- le respondo tratando de ocultar mi cara de él.

Después de eso, hicimos silencio mirando el sol ocultarse, Axel tiene razón, es una obra de arte completa, los colores rosado, y azul se combinaron haciendo el cielo de un color tan precioso que no hay palabras para describirlo.

-¿Te llevo a casa? -. Me pregunto el castaño, me lo pensé un momento, la verdad era temprano, así que podía hacer otra cosa, y opte por ir a beber algo, estaba abrumada con cosas y mi mente merecía un descanso.

-No, aun no, ¿quieres ir a beber algo? - le pregunte esta vez yo. Se lo pensó un momento y luego dijo:

-Sí, me hace falta despejar la mente un poco, aunque no voy a beber mucho, soy el conductor designado-. Yo respondí, divertido.

-Bueno, entonces vamos-. Le respondí, dedicándole una sonrisa.

***

AXEL COLLINS.

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