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SARAH JONES.

3 días después.

Estoy en camino al aeropuerto. Desde el día en que le conté a Axel que me iba de allí, no he vuelto a verlo, y por el momento dudo volver a hacerlo en mucho tiempo. Aún recuerdo sus palabras antes de marcharse: "-Está bien, haz lo que creas correcto, pero tú misma lo dijiste, no te estaré esperando cuando vuelvas." Debo admitir que esas palabras me lastimaron un poco, pero era justo para ambos separarnos, ningún bien nos haríamos estaban juntos, estábamos siendo egoístas el uno con el otro.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no note que ya había llegado a mi destino. Me despedí de mi madre en la casa, puesto que no tenía sentido que me acompañara hasta acá, no quería verla llorar porque me iba, dado que eso me iba a hacer dudar de mi decisión y era lo que menos deseaba en ese momento.

Me baje del taxi y saque mi equipaje de la maleta y me dirigí a la entrada del aeropuerto, mi vuelo salía en 35 minutos, tenía tiempo de sobra así que decidí tomarme un café mientras esperaba a que llamaran a los pasajeros a abordar. Al poco tiempo llamaron a abordar, ya había terminado mi café y estaba leyendo un libro, el que me había regalado Axel, " Boulevard", ya iba por la mitad y estaba bastante interesante, lo terminaría en el vuelo hacia el lugar donde estaba mi nuevo hogar por llamarlo de esa manera.

Subí al avión, todavía faltaba que llegaran unos pasajeros para poder iniciar el viaje. Me puse mis audífonos y empecé a buscar en mi teléfono cual canción colocar, me decidí por Arcade de Duncan Laurence, era de mis canciones favoritas en este momento, debo admitir. Estaba relajada con mis ojos cerrados dejando que la voz del cantante llenara mis oídos cuando sentí que alguien toco mi hombro, abrí mis ojos y me encontré con un chico rubio, tez blanca, alto y con unos ojos azules tan hermosos que podrían hipnotizar a cualquiera , iba vestido casualmente con una camiseta azul, unos jeans, y unos zapatos blancos deportivos, traía su equipaje en una maleta. Me quede viéndolo tan embelesadamente que no había notado que me había tocado el hombro por alguna razón, por lo cual, decidí hablar:

-¿Diez centavos?

-Eh, es que, estas en mi asiento-. Yo respondí, sonriendo incómodamente. Entonces me di cuenta, había ocupado su asiento junto a la ventana, en mi defensa, odiaba ir en el que estaba del lado del pasillo, pero entendía su confusión, la verdad estaba avergonzada por haber hecho eso.

-Ah, emm, discúlpame, ya me cambio de asiento, es que no me gusta ir en el que esta al lado del pasillo-. Me levante para cambiar de puesto pero interrumpió dicha acción hablando:

-Oh, okey, bueno, no te preocupes, a mí no me molesta ir en este lugar, te puedes quedar allí si quieres-. Me respondió regalándome una sonrisa, tenía una sonrisa muy bonita debo admitir. Me senté de nuevo, un poco avergonzada aun.

-Está bien, gracias-. Baje mi mirada algo avergonzada por lo incomodo del momento. El silencio reino unos minutos hasta que él lo rompió volviendo a hablar:

-Creo que no nos presentamos correctamente, mi nombre es Christopher Ainsworth, mucho gusto.

-Sarah Jones, el gusto es mío-. Me presento, dedicándole una pequeña sonrisa.

-Qué bonito nombre, Sarah-. Al pronunciar mi nombre hizo que sintiera un cosquilleo agradable en mi estómago, decidí ignorarlo y seguir con nuestra conversación.

-Gracias.

-You're welcome.

-Bueno, Christopher, ¿Qué te lleva a Carolina del Sur? -. Pregunte esta vez yo, curiosa. Hasta ahora no había notado que él debía tener unos 2 años más que yo, le calculaba un aproximado de 20 o 21, así que podría ser que estaba yendo a la ciudad por trabajo o algo así.

-Puedes llamarme Chris- Soltó una risa ronca, y debo decir atractiva- Vine a la ciudad por un trabajo que me ofrecieron y que es mucho mejor al que tenía en Tirman, ¿Y tú? ¿Qué te trae a la Ciudad de la Palmera?

-Pues, quise iniciar una nueva vida aquí, allá en Tirman sintió que no iba a tener un futuro prometedor por decirlo de alguna manera, y decidí mudarme aquí, iniciar una vida de cero si es posible.

-Oh, entiendo, es bueno salir del pueblo a la ciudad, al principio es difícil, pero luego es bastante más llevadero, conforme te adaptas a todo. Ya es la quinta vez que yo vengo para acá, podría darte un mini tour si quieres.

-Eh, sí, claro, porque no, aunque ya tengo a mis tíos quienes me esperan allá, ellos me darán alojamiento por ahora, voy a terminar la preparatoria aquí de todas formas.

-¿No has terminado la preparatoria? -. Negué, sacudiendo mi cabeza- Pensaba que eras mayor, sé que esta pregunta es de mala educación para algunos, pero, ¿Cuántos años tienes? -. Reí un poco por su expresión desconcertada y su comentario.

-No te preocupes, tengo 18, soy mayor de edad por si eso era lo que querías saber-. El solo me dirigió una mirada incomoda, a lo que yo reí y fue cuando hablo:

-¿Qué te causa gracia?-. Me pregunto, con una sonrisa, mientras se rascaba la nuca, ese simple gesto me recordó a Axel, sacudí mi cabeza tratando de alejar ese pensamiento.

-Tu expresión incomoda solo por preguntar mi edad-. Le respondí con una pequeña sonrisa, aproveche la oportunidad así que hable:

-Entonces, ya que tú preguntaste, yo también puedo, ¿Cuántos años tienes?- El me dirigió una mirada de pocos amigos pero abrió la boca y dijo:

-21, Ya estamos a mano ¿no?-. Me ofreció su mano y la estreche al mismo tiempo que me reía y él sonreía.

-Aprovechando el momento, ¿Me puedes dar tu número de teléfono? Ya sabes, para darte el mini-tour-. Me pidió el, creo que vacilando en si había sido una buena decisión.

-Está bien-. Le respondí, sonriendo-. Préstame tu teléfono-. El me lo pasó y anote mi número en su teléfono, y me llame a mí misma para anotar el suyo. Mientras lo hacía, note que me estaba mirando, así que alce mi mirada hacia él.

-¿Qué tanto me miras?-. Le pregunte, sonriendo.

-Eres muy bonita, Sarah-. Me sonroje inmediatamente y baje mi mirada sonriendo, le devolví su teléfono y en ese momento escuche al piloto avisándonos de que ya íbamos a aterrizar en nuestro destino.

Me acomode en mi asiento, poniéndome el cinturón de seguridad, esperando el aterrizaje. Note como mi compañero de asiento se tensaba un poco, supuse que era por el aterrizaje, así que puse mi mano encima de la de él, tratando de calmarlo un poco, entonces lo mire y note que él también estaba mirándome.

-Es que me ponen nervioso los aterrizajes-. Me dijo el, aun mirándome.

-Mírate, con 21 años y aun te ponen nervioso los aterrizajes-. Le respondí, bromeando.

-No me causa gracia, Sarah-. Me respondió el, aunque tenía una pequeña sonrisa dibujada en los labios. Me daba cierto cosquilleo en el estómago cada vez que decía mi nombre, era una sensación rara pero agradable.

"Queridos pasajeros, hemos llegado a nuestro destino, Carolina del Sur, esperamos hayan disfrutado de su vuelo, gracias por confiar en nosotros para hacer de su vuelo uno agradable, feliz día."

Me levante del asiento y Christopher se ofreció a llevar mi maleta por mí, él era muy agradable, al menos lo que me había dejado ver de él. Bajamos del avión y él se acercó a mí, dándome un corto abrazo, tenía un aroma perfumado muy agradable. Cuando nos separamos, me dijo:

-Adiós, pronto te llamare. Cuídate, Sarah-. Me regalo una pequeña sonrisa.

-Vale, Adiós. Espero tu llamada. Cuídate, Chris-. Le respondí, regalándole una sonrisa igual.

Me aleje de allí, y busque mi teléfono para llamar a mi tía, vi la llamada perdida de Chris que yo misma había hecho para guardar su número. Siendo sincera, no quería que Chris pensara que quería algo más que una amistad, debía dejárselo claro cuando lo volviera a ver. Apenas estaba pasando lo de Axel, no quería ir y enrollarme con otro así como si no hubiera pasado nada, a pesar de todo le tengo mucho cariño. Así que no pienso tener nada con Chris, no por ahora, solo quiero tener una linda amistad con él. Es todo ...

Recuerdos [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora