Christopher Ainsworth.
Me encontraba delante de la puerta de Sarah, habían pasado 2 días desde lo ocurrido en mi departamento y no podía dejar que pasara más tiempo para explicarle todo a la chica, sabía que probablemente ya no sentía tristeza sino más bien enojo hacia mí, pero nada perdería intentando que me escuchara.
Toque el timbre el cual se encontraba a mi izquierda y luego de unos segundos escuche la voz de Ale acercándose, esperaba que ella no estuviera en mi contra, de ser así no habían muchas esperanzas de poder resolver las cosas. Un momento después la puerta se abrió y mostro a una Ale con una pequeña sonrisa en sus labios.
Uff.
-Hola, Ale. ¿Esta Sarah?-Inquirí, un poco nervioso de si Sarah quisiera hablar conmigo o no.
-Hola, Chris... Uhm, sí, pero no sé si quiera hablar contigo.-Indicó la morena, con una sonrisa incomoda.
-¿Podrías llamarla? Por favor, Ale.
-Bueno, pero no te aseguro nada. Ya vuelvo.- Con eso, se fue escaleras arriba dejando la puerta abierta, pero decidí no entrar.
Luego de unos segundos escuche a Sarah refunfuñar y supe que no era nada bueno, la vi bajar las escaleras y no pude evitar esbozar una sonrisa al verla, lo cual ella no correspondió ya que solo me frunció el ceño, se acercó a la puerta y trate de hablar rápido antes de que se arrepintiera.
-Ho...- No pude siquiera terminar porque ella me cerró la puerta en la cara. Okey. Segundo intento. Toque el timbre de nuevo, y una cabreada Sarah me abrió la puerta esta vez. Puse mi mano en la puerta para evitar que hiciera lo mismo.
-Sarah, ¿Me puedes dejar explicarte? ¿Por favor?- Le pedí a la castaña quien suavizo un poco su expresión y asintió levemente con su cabeza.
-Okey, tienes cinco minutos.-Dictamino, mirándome fijamente, aun con el ceño ligeramente fruncido.
-Ese día, Rebecca fue a mi casa, entro como si fuera su casa y empezó a decirme que yo no tenía porque estar contigo, y un montón de cosas más en las cuales te ofendía, yo le dije que se fuera y que no insistiera porque estaba enamorado de ti- Sarah reprimió una pequeña sonrisa apretando sus labios.-
«Después ella acepto diciendo que se iría, pero que le diera un vaso de agua primero, yo fui a la cocina a buscarlo y cuando me dirigía a la sala la encontré a ella viéndome y en cuestión de segundos, ella me beso. Fue algo momentáneo a lo que yo no respondí, jamás lo haría, pero en ese instante tu llegaste y, entiendo que hayas malinterpretando todo, por lo que quise venir a explicártelo. Te quiero, Sarah, eres como mi pedacito de sol, nunca haría algo para perjudicarte a ti o a nuestra relación.-Finalice, esperando la reacción de la chica que tenía al frente. Ella esbozo una sonrisa, y me abrazo, enseguida detecte su perfume de lavanda.
Solo Dios sabe cuánto extrañe a esta chica.
-Lo siento, también fue mi culpa por...- Nuevamente la castaña me interrumpió mientras rompía el abrazo.
-No fue tu culpa, ella fue la que te beso, pero si fuiste un poco bobito por no cerrar la puerta de tu apartamento.- Rio, haciéndome reír a mí también.
-Sí, pero, ¿Ya está todo bien entre nosotros? Te extrañe mucho, Sarah.
-Yo también te extrañe mucho, mi mente como nunca está a mi favor, creía que terminarías conmigo. Aunque también estaba molesta.
-Sí, lo note cuando bajaste, parecía que me arrancarías la cabeza-. Ella rio y se acercó de nuevo a mí, clavando su frente en mi pecho.
-Chris, me aceptaron en la universidad.- Susurro ella, casi inaudiblemente.

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Recuerdos [✔️]
Roman d'amourSarah Jones, tiene 17 años y lleva un ritmo de vida tranquilo en su pueblo natal, Tirman, pronto se graduara de la preparatoria aunque no sabe que carrera estudiara en la universidad. Axel Collins, es su novio, llevan un año de relación, y debe deci...