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Sarah Jones.

Acabo de llegar a mi casa. Ha pasado ya casi 3 semanas desde que había empezado la preparatoria en la ciudad, y hoy de nuevo había salido con los chicos, y vaya que los estuve conociendo bastante esta semana, descubrí que Thomas odia con su vida que le digan Tommy, que el mejor amigo de Annie es su teléfono, y que David es un jugador, por lo cual, el 97% de sus temas de conversación, es acerca de videojuegos, portátiles y todo lo que tenga que ver con ello. Pero honestamente, son personas geniales en todo sentido, Thomas era con el que más hablaba, y era muy lindo, muy amable y simpático conmigo. Hoy habíamos salido una vez más al centro comercial y no sé de donde sacaba tanta energía este chico, pero recorrimos prácticamente todas las tiendas del mismo buscando unos zapatos lo que le habían comentado que vendían allí, aunque no le dijeron específicamente cual tienda era, así que tuvimos que caminar buscándolos, hasta que por fin, en el último piso, los encontramos, debo admitir que le quedaban geniales, aunque mis pies eran los que sufrían una causa de mis zapatillas no muy cómodas.

Me quite los zapatos con los cuales estaba sufriendo cada vez más y me acosté en la alfombra, pensando en todo lo que había ocurrido esta semana. Debo decir que la suerte me había estado acompañando últimamente, había conocido en esta ciudad a personas muy agradables, así como a otras no tanto, por ejemplo, Rebecca, la "mejor amiga" de Chris, lo digo entre comillas porque aunque él la presento de esa manera, ella dice otra cosa, y honestamente no sé a quién creerle, porque Chris lo conozco poco a pesar de todo, ya ella, menos. Pero, de todas formas, no dejare de hablarle a Chris ni nada de eso, aunque ella diga que están en una "relación" (La cual dudo que exista), mi amistad con Chris no le afecta en lo absoluto a ninguno de los dos .

Estaba totalmente absorta en mis pensamientos, cuando por la puerta de mi habitación entro Ale, casi me da un infarto, estaba tan relajada que con la forma en que entro me hizo dar un respingo.

-¡¿Qué te pasa ?! Me asustaste, idiota.- Reclame yo a la morena, quien tenía una gran sonrisa en sus labios y sus manos en sus caderas.

-Es que tú te asustas muy fácil. Mira, te tengo que contar algo-. Chillo ella.

-Claro que no. Cuéntame, ¿Qué estas esperando? -. Ella se agacho y se sentó en forma de indio, mientras yo la miraba impaciente por lo que me contaría.

-Daniel me invito a cenar a un restaurante, y estoy súper emocionada, pero no sé que ponerme, ¿Me ayudas? -. Me hizo ojitos y no pude decirle que no.

-Está bien, pero me compras helado, si o sí.

-Vale, trato hecho.

-¿Y cuándo es la cita?

-Mañana ... ¡Ah! ¿Sabes qué? Tú también puedes salir con el rubio guapo, y hacemos cita doble.

-¿What? ¡No!

-¿Por qué no?

-Porque no sería cómodo, aparte, tu novio te invito a ti a cenar, y seria incomodo que yo apareciera con un chico, la idea es que tengan intimidad ustedes dos.

-Bueno, debo admitir que tienes razón. Pero tienen que salir pronto.

-Él es que me debe invitar, ¿No? E igual me pone nerviosa hacerlo yo, me sentiría incomoda.

-Normalmente son ellos, pero tú también le puedes escribir a ver como esta, además, no hablan desde hace días ya, aparte, ¿Cuándo fue la última vez que salieron?

-No lo sé, como hace una semana, supongo que ambos hemos estado ocupados. Pero ¿Y si está trabajando? No quiero molestarlo, o si esta ocu- Ale me interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar.

Recuerdos [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora