4

28 4 8
                                    

AXEL COLLINS .

No podía creerlo, no me recordaba, no recordaba todo lo que habíamos vivido, todos esos momentos juntos, cuando le pedí que fuera mi novia, nuestro primer beso ... todo se fue al caño, no recordaba tan siquiera lo que había pasado ayer , lo único que pude decirle con un nudo en la garganta y las lágrimas a punto de salir fue:

-No te disculpes, no es tu culpa, ahora, debo irme, pero iré a visitarte, algún día podrás recordarme, estoy seguro de eso-.

Y con eso salí de la habitación, con mi mente hecha un caos, no podía creer lo que me estaba pasando, ella es tan importante para mí, que no dejare que esos recuerdos se bloqueen más, hallare la manera de que se enamore de mí de nuevo, sin importar cuanto tarde en conseguirlo.

Fui a casa, le conté todo a mi madre ya pesar de que me dio ánimos, no podía estar peor emocionalmente, pero eso no me detendría, empecé a buscar el álbum que hice hace un par de meses con fotos de nosotros y recuerdos de diferentes momentos juntos. Se lo enseñaría y tal vez recordaría, era poco probable, pero todo valía la pena por ella. Cuando lo encontré, lo hojee y encontré una foto de nosotros dos, sacando la lengua a la cámara y después riéndonos de algún chiste que nos contamos alguno de los dos. Sentí tristeza, de que esos momentos tal vez no se volvieran a repetir, de que cuando me viera, en su mirada no encontraría amor, sino confusion, pero no me iba a rendir, haría lo imposible por ella, porque si de ella se trataba movería montañas solo para verla sonreír, estaba tan enamorado de ella que nada me importaba más que su felicidad.

Decidí ir a su casa, puesto que su madre me aviso que ya la ubicación dado de alta. Cuando llegue, pensé en devolverme, pero ya estaba aquí, no había marcha atrás. Toque el timbre y salió ella, su cabello cobrizo estaba recogido en una cola media-baja, se veía cansada, con unas ojeras no tan marcadas pero si presentes debajo de esos ojos tan hermosos, eran una mezcla entre azul y verde, y me encantaban , claro, que ella no me vio de la misma forma que la mire yo.

-Ehh .. Hola, vine para mostrarte algo, si no te incomoda- le dije yo rascándome la nuca, nervioso.

-Ho-hola, si, pasa, no me incomoda en lo absoluto-. Pero supe que si estaba incomoda, o al menos nerviosa.

Pase, y me senté en un sillón individual de la sala, no quería incomodarla más sentándome a su lado.

-Este es un álbum que hice hace un par de meses con fotos de nosotros, y algunos objetos que son como recuerdos para mí-. Le enseñe el álbum y le mostré una foto de nosotros en el parque que quedaba cerca de mi casa-. Recuerdo que ese día querías alimentar a los patos y las palomas, pero un guardia del parque se nos acercó y nos dijo que estaba prohibido y tú te molestaste y dijiste: "es injusto, ellos también comen, además, ni que le estaba pidiendo el pan a él, que molesto ", como siempre con tus caprichos-. Le dije sonriéndole, ella me miro y me sonrío también.

-Tengo que ser sincera, Axel, no recuerdo esto, no sabes lo mucho que me gustaría, pero no sé porque mi cerebro me juega tan mal, eres tan lindo conmigo que me encantaría poder decirte que lo recuerdo todo, pero would mentira-. Me dijo con tristeza en su voz y en su mirada. Rayos, la quería tanto, odiaba pasar por esto.

-No te preocupes, sé que no es tu culpa, nunca lo será, pero quiero que sepas que estaré contigo, tal vez tu mente logre sacar a relucir todos esos recuerdos, no será hoy ni mañana pero sé que pasara y yo seguiré aquí, porque, Sarah, estoy enamorado de ti, y no me cansare de perseverar, porque tu vales la pena, joder, sí que lo vales.

En ese momento, ocurrió algo que no esperaba, al menos no hoy, ella me abrazo, pero no como abrazas a alguien que no conoces, sino como a alguien que quieres. Yo le devolví el abrazo y así duramos por un par de minutos, hasta que ella me soltó y puso sus manos sobre mis mejillas y me dijo:

-Axel, no quiero que te amarres a mí, porque no sé si logre recordarte algún día, quiero que luches por mí, sí, yo también lo hare, pero si llega un momento en el que quieres rendirte, hazlo, no quiero que tu vida se reduzca a esperar por mí, cariño.

La envolví en mis brazos de nuevo y le dije casi como un susurro inaudible:

-Te prometo que no me rendiré tan fácil, no por ti, mi pequeña flor.

Recuerdos [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora