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Sarah Jones.

Lunes.

7:13 am.

Mi alarma acababa de sonar anunciando que era hora de levantarse para ir a la preparatoria. ¿Por qué tenía que estudiar?

Porque quieres un título universitario, un trabajo, y para eso necesitas terminar la preparatoria, tonta.

Respondió mi consciencia por mí, así que con toda la flojera que tenía en mi cuerpo ahora, me levante para ir al baño y darme un ducha de agua fría, a ver si con eso lograba terminaba de despertarme, hoy sería mi primer día a pesar de que ya había ido el viernes con mi tío Timothy a inscribirme, casi no me aceptan por querer ingresar casi al final del año escolar, pero luego de insistir repetidas veces, me aceptaron. Había estudiado toda mi vida en la secundaria de Tirman, pero el conocer personas nuevas no me sentaría nada mal.

Me bañe lo más rápido que pude puesto que si no me daba prisa llegaría tarde el primer día, cosa que no estaría nada bien. Me vestí con el nuevo uniforme que me había dado el director, me dirigí a la puerta, la abrí y Ale estaba allí a punto de tocar para entrar a mi habitación, la morena me estaba mirando con una sonrisita, solo que no entendía porque.

-Buenos días, guapa. El uniforme no te queda nada mal, eh-. Me dijo ella a la vez que me guiñaba un ojo, ella asistía a la misma escuela que yo, menos mal, así ya conocía a alguien, aunque no iba en mi clase por ser un año menor.

-Buenos días. Gracias, la verdad es que a ti tampoco te queda mal.- Respondí con una sonrisa, cerrando la puerta tras de mí y bajando rápidamente las escaleras. Apenas llegue al piso de abajo, el olor a tocino recorrió mis pulmones haciendo que se me antojara aquello, por lo cual camine rápidamente hacia la cocina, y encontré a mi tío Timothy preparando el desayuno. Él era muy bueno cocinando, mejor que mi tía me atrevería a decir.

-Buenos días, tío.- Salude, con una pequeña sonrisa.

-Buenos días, papá.- Saludo Ale, con una sonrisa igual.

-Buenos días, chicas. El desayuno ya va a estar listo, siéntense.

-¿Y mamá?

-Está arriba, terminando de arreglarse para ir al trabajo, ella las llevara a la escuela de camino.

-Está bien.- Dijimos ambas casi al unísono.

Mi tío nos sirvió el desayuno, y estaba delicioso, aunque no pude saborearlo bien ya que tenía que darme prisa porque mi tía debía irse al igual que nosotras si no queríamos llegar tarde. Tome mis cosas al igual que Ale y salimos de casa para subirnos al auto de mi tía.

-¿Cómo amanecieron, chicas?-. Pregunto mi tía cuando ya estábamos en el auto.

-Bien, con flojera, pero me di una ducha de agua fría y se aligero un poco.- Respondí sonriendo, Chris tenía razón, si era un poco floja.

-Yo igual, solo que la ducha lo empeoro todo.

-¿Por qué?-. Pregunte yo.

-Es que me di una ducha con agua tibia.- Gire los ojos al escuchar eso.

-Solo a ti se te ocurre bañarte con agua tibia en la mañana, te da más flojera de la que tienes.

-Sí, ahora lo sé. Pero es que estaba haciendo mucho frio como para bañarme con agua también fría.

-Bueno, bueno, ya. Para quitar la flojera, lo mejor es bañarse con agua fría.- Hablo esta vez mi tía, interrumpiendo la conversación de la morena y la mía.

-Para la próxima me bañare con agua fría, que va, estoy que me duermo aquí.- Hablo la ojiverde. Reí, a lo que Ale me dio una mirada de pocos amigos.

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