Lena se despertó lentamente consciente de que alguien se movía en su habitación. Se dio la vuelta con un gemido y vio a Kara vestida de nuevo con la ropa de anoche, ella se volvió sonriendo mientras trepaba por la cama para saludar a Lena con un beso.
—Hey—susurró Lena tirando de Kara hacia atrás para un segundo beso—¿A dónde te estás escapando?—
—El DEO, una especie de incidente de contención. Luego tengo una reunión de personal superior en Catco, a las ocho y media, seguida de lo que William decida qué debo cubrir además de mis otros artículos—Lena suspiró soltándose.
—Parece que vas a tener un día ajetreado entonces—Kara asintió con tristeza.
—Sin embargo, podría traerte a ti ya Leo el almuerzo mañana, o tal vez la cena. Podríamos pedir pizza y hacer un fuerte de manta para ver a Happy Feet—Lena sonrió y volvió a besar a Kara.
—¿Puedo llevar trabajo a la fortaleza general? — ella preguntó. Kara pensó en ello mientras Lena presionaba una línea de besos en su cuello.
—Solo correos electrónicos, y tienes que ver todos los fragmentos del canto—dijo Kara inclinando la cabeza hacia un lado para darle a Lena un mejor acceso.
—Puedo hacer eso—, dijo Lena sonriendo.
Kara sonrió besándola una y otra vez. Lena se rió suavemente cuando las manos de Kara comenzaron a deslizarse debajo de su camiseta.
—Continúa—dijo Lena dándole a Kara un suave empujón. —Leo se despertará pronto y tienes que ir al DEO—Kara suspiró y recogió sus zapatos en dirección a la puerta mientras Lena se acurrucaba bajo las mantas mirándola. Kara regresó corriendo y saltó sobre ella con una sonrisa.
—Uno más— dijo besando a Lena de nuevo.
Lena sonrió y le devolvió el beso. Kara se apartó con un suspiro de resignación y salió por la puerta con los zapatos en una mano. Lena suspiró feliz y esperó un momento mirando por la ventana hasta que Supergirl pasó volando. Una vez que estuvo segura de que no podían verla, enterró la cara en la almohada ocultando su sonrisa mientras se permitía un momento para disfrutar de una alegría pura, absoluta y sin adulterar. Kara era su novia.
La puerta se abrió y oyó entrar a Leo.
—Mamá, ¿desayuno ahora? — preguntó. Fingió estar dormida con la sonrisa escondida en la almohada. Leo se subió a la cama y ella esperó mientras él se acercaba.
—¿Mamá? —
En el último momento ella apartó las mantas y lo agarró con un gruñido. Dejó escapar un grito de sorpresa, luego se rió y ella lo abrazó con fuerza cubriéndole la cara de besos.
—¡Mamá! — gritó retorciéndose en su agarre.
—Es demasiado temprano para levantarse—, dijo abrazándolo y cayendo de espaldas sobre la cama una vez más. —Mi alarma no ha sonado-—
—¡Desayuno! — Leo dijo emocionado. Lena dejó escapar un suspiro exagerado y lo miro, que reía tontamente.
—Realmente no necesitas desayunar, ¿verdad? —
—¡Sí! — protestó.
—No, creo que el desayuno puede esperar unas horas— dijo cubriéndolos a ambos con las mantas y haciendo un bostezo exagerado. —Duerme ahora. —Leo salió de las mantas y saltó sobre ella.
—¡No mamá, desayuno! —Lena mantuvo los ojos cerrados mientras sonreía y negaba con la cabeza.
—No, estoy dormido, tengo los ojos cerrados—Ella señaló su rostro.
