𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟔

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Mevie

Besos apasionados y húmedos se escuchaban por toda la habitación, mientras que Mal rozaba sus manos en la cintura de Melody, atrayéndola a su boca para devorar de sus labios en un muy tentador beso para Evie, quien se le pegó a Melody por detrás, mordiéndole el cuello mientras que tiraba de sus bragas un poco para azotarla con los delgados encajes negros que llevaba.

El día iba comenzando, y dentro de poco, el castillo de Evie ardería en una adictiva y enferma fiesta de placer y miles de orgasmos. Era el momento perfecto para un trío, y sin duda alguna, eso estaba a punto de suceder.

—¿Por qué no vamos arriba? —susurró Evie sobre el cuello de Melody, rozando sus labios en este mientras que miraba a Mal.

—Deberíamos hacerlo —jadeó Mal, antes de que Melody bajara las manos apretando de sus muslos.

—¿Y qué estamos esperando entonces? —preguntó Melody.

Evie sonrió sujetando a Mal de la nuca para atraerla a su boca y luego de hacer sonar sus labios en un beso corto se alejó acariciando su rostro. Mal no dejaría de serle lo más importante nunca.

—Conozco esta mirada...

—¿Segura de esto, M?

—¿No quieres?

—Sí... —Sonrió y la besó—. Pero no hay nada que me importe más que tú.

—¿Ah sí?

Evie sonrió y Melody las vio con una risita.

—Ya tendrán tiempo de romanticismos cuando me vaya.

Evie y Mal sonrieron, y Melody besó a Mal.

—Tengo un par de horas antes de que Ariel traiga a la guardia costera y me busque por todo Auradon.

—¿Qué dices entonces, E?

—Que no me perderé esto por nada.

Evie, Mal y Melody subieron hasta la habitación. Al cruzar la entrada Melody hizo a Evie sentarse en la cama y se acercó a Mal de nuevo para besarla, esta vez lentamente mientras comenzaba a bajar los besos y la giraba, hasta bajarle el zíper del vestido y desnudarla.

Evie se mordió el labio viéndolas y sonrió. El alto descaro de aquellos dos chicas la tenían completamente hipnotizada, en especial cuando la sirenita se sentó en el sofá que estaba frente a la cama y atrajo a Mal encima de ella, besándola mientras que Mal bajaba las manos acariciando sus caderas.

—¿Te puedo quitar el sujetador? —Melody rozó sus labios.

Mal se sonrojó y asintió, entonces Melody se lo desabrochó, quedándose boca abierta mientras miraba sus senos.

—¿Hay algo malo?

Melody la vio y sonrió.

—¿Bromeas? Tienes un cuerpo jodidamente excitante.

Mal la sujetó del cuello como si quisiera ahorcarla y la besó. La pelinegra no había desaprovechado la ocasión y le acarició los senos con ambas manos, antes de soltar sus besos para ponerlos sobre uno de sus pezones y así tirar lentamente de este con sus labios húmedos.

—Oh, mierda, no hagas eso. —La ojiverde se erizó excitada y Melody chupó de nuevo, esta vez del otro.

Pero había algo más intrigante que dos chicas gimiendo, besándose y tocándose en aquella habitación, y era la chica de mates oscuros y dilatados cual princesa malvada. Quien observaba a ambas chicas con una encantadora sonrisa perversa. Si había alguien que había enseñado a aquel par de zorritas, había sido ella.

EVIE | Princesa Malvada (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora