Prólogo.

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Cuando era niño le advirtieron que cuidase su cola, pero como las madres dicen, le entra por una oreja y le sale por la otra. Hizo caso omiso a esa advertencia y de la nada se encontró corriendo porque un grupo de cazadores lo perseguían.

Sentía las flechas rozar su pelaje y en algunos casos, rozar sus orejas. Eran muchos como para atacarlos, además que era un simple Omega, no podría ni siquiera con uno.

Maldijo mil veces a sí mismo por no obedecer a sus padres, pero no había vuelta atrás, estaba entrando a la fase adulta y debía comenzar a comportarse como uno.

Su padre lo había entrenado para sobrevivir a cualquier ataque, el hecho de que haya nacido Omega y no Alfa hizo que su padre se haya preocupado y esmerado en enseñarle todo lo que debía saber, ahora tenía que ponerlo en práctica, porque estaba pasando para lo que se había preparado, no era un simulacro.

Ya no eran sus primos quienes lo atacaban simulando ser cazadores, eran cazadores reales que no tendrían compasión con él si tropezaba y caía.

Comenzó a sentir sus patas adoloridas, estaba acostumbrado a su forma humana aunque se lo hayan prohibido innumerables veces ya que se mostraban débiles así. En una escena real de caza ahora, se estaba dando cuenta que debió de permanecer en sus cuatro patas y entrenar para ello.

Corría desbocado cuando notó un olor distinto al de su manada, intentó dar vuelta atrás sabiendo que moriría en ambas maneras, era una manada enemiga, lo supo cuando vio la bandera roja un una luna negra. Se arrepintió por haber guiado a ese grupo de cazadores allí, sea o no una manada enemiga, no merecían morir, habían niños que no tenían la culpa.

Intentó dar media vuelta e ir en otra dirección contraria a la de aquella manada cuando una flecha impactó en su cadera haciéndolo soltar un aullido de dolor y caer estrepitosamente sobre el suelo.

Iba a morir, pensó. Los pasos de los cazadores se hacían más cercanos, pero de la nada un lobo inmenso de color negro aulló justo frente a él. Aún con dolor, quedó embelesado por la majestuosidad de aquel Alfa, los cazadores frenaron sus pasos y retrocedieron. Sintió cómo aquel Alfa lo levantaba de su nuca para luego desvanecerse. Pero aún en su inconsciencia pensaba que iba a morir, ya no a mano de los cazadores, sino de aquel Alfa de la manada enemiga.

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Esta nueva historia al fin es publicada, fue escrita hace mucho tiempo y estaba en duda si subirla o no pues no acostumbro a escribir Verkwan como pareja principal, he estado perdida sin ánimos pero por fin decidí compartirla.
No se olviden darle a la estrellita, comentar y compartir que me hace muy feliz.
🐯💜🍒

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