Capítulo 19.

911 120 2
                                    


[Jihoon]

Luego comer fui a lavarme, pensaba en que a pesar de que ese hombre estaba por fin tras las rejas, nadie nos devolvería nuestra infancia, e inocencia.

Primero lo habíamos tomado como algo normal, teníamos ocho años cuando ese hombre llegó a nuestra manada, mis padres y los de Seungkwan habían viajado en busca de nuevos territorios cuando ese hombre se acercó a nosotros diciendo que cuidaría de nosotros en la ausencia de nuestros padres.

Con dulces en mano y su aparente amabilidad terminamos yendo a su casa, recuerdo eso claramente como si fuera ayer. Nos dijo que debíamos darnos un baño, siempre nos bañábamos en el lago, pero ésta vez conocimos lo que era una inmensa tina y con juguetes nos metimos allí divirtiéndonos por la novedad.

Aquel hombre se había metido con nosotros y lo tomamos a juego, él se había encargado de que quedáramos limpios, a esa edad nos parecía normal y correcto. A los nueve años pasó lo mismo, vivíamos ahora con ese hombre, alababa mucho a mis padres y ellos confiaban en ese hombre, abastecía bastante a nuestra manada a condición que vivamos con él y nos diera educación.

Gran educación recibíamos. Él lo llamaba “educar”. A esa edad sentíamos un poco de vergüenza pero “era lo normal”, pensábamos.

Sus toques comenzaron a ser cada vez más seguidos, y a los diez años descubrimos lo que era cuando escuchamos hablar a unos chicos de su manada, sobre que habían atacado a un Omega y habían abusado de él. Dieron mucha información para mi mente de diez años, pero allí comencé a entender lo que era bueno y lo que era malo.

A los once intentamos resistirnos pero ahora nos amenazaba con contarle a nuestros padres, era lo que hubiéramos dejado, pero él tenía conocidos que podía hacer que los mataran. Y así fue como nos quedamos callados bajo su amenaza.

A los doce comenzó a dormir con nosotros, estábamos más grandes, según él. Pero no podíamos impedirlo, él tenía acceso a todas las puertas de la casa y cerrarlo sólo sería peor.

A los catorce ese hombre nos llevó de viaje, prácticamente nos obligó, y tuvimos que fingir emoción cuando nuestros padres nos despidieron. Esa fue la primera vez en que nuestra ya fingida inocencia se rompió. Incluso creíamos que estaba bien, que era lo que debía pasar porque así era como debía de ser.

Cuando cumplimos los quince, estábamos de vuelta con nuestra manada, ya que ese hombre nos regresó de vuelta diciéndonos que ya no nos necesitaba por el momento, pero volvería pronto, si huíamos o nos cambiaríamos de nombre, siempre nos encontraría.

Tratamos de olvidarlo, tratamos de no pensar en ello y al parecer lo habíamos logrado, hasta que volvió a aparecerse cumpliendo su promesa.

Agradecía que ese hombre ya no pudiera volver, aunque sentía temor porque sus palabras seguían en mi mente, él tenía contactos y saldría.







<~>

 

No se olviden darle a la estrellita, comentar y compartir que me hace muy feliz.
🐯💜🍒




VERKWANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora