VERKWAN

Capítulo 3.

Despertar fue distinto, porque ya no tenía ningún propósito por el cual vivir, mi única familia había muerto, el dolor en mi cadera se había incrementado.

Me encontraba de nuevo en el cuarto de aquel Alfa, por lo que me levanté queriendo irme, pero sólo conseguí caerme y hacerme doler más.

- te harás daño, dije que te quedaras en la cama – me dijo ese Alfa entrando y alzándome

- quiero irme, quiero ir con mis padres, quiero morirme! – le dije queriendo soltarme, pero sólo recibí un abrazo el cual hizo que me rompa, lloré abrazándolo

- ellos fueron a un mejor lugar, aunque no nos lleváramos bien, prometí que nunca te haría daño – me dijo sentándose en la cama conmigo

- de qué me sirve vivir si ellos ya no están conmigo? – le dije sin mirarlo

- nadie tiene la vida comprada, no te puedes rendir por eso – me dijo haciendo que lo mire

No le dije nada más, me quedé mirando a la nada hasta que un chico entró, sentí el aroma de mis padres en algo que llevaba en sus manos.

- esto le pertenecía a tus padres, ellos serán enterrados en el cementerio del consulado – me dijo aquel chico dándome el anillo de mi padre y su medalla, faltaba el de mi madre

- mi manada? – pregunté

- junto a tus padres, los cachorros son cuidados por un Omega provisional hasta que sanes, y esto fue lo que encontramos en el lugar – me dijo

- los niños me odiarán cuando se entere que por mi culpa mataron a sus padres – le dije negando

- no es tu culpa, ellos al parecer huían de los cazadores, estaban en territorio de otra manada, estoy seguro que tus padres estaban seguros que sobreviviste – me dijo ese chico, era un Omega y comprendí su pena cuando en su cuello vi una cicatriz junto a un collar con un anillo

- gracias – susurré mirando los objetos en mi mano

- de nada, sé que no te gusta estar aquí, pero nuestro líder nunca te haría daño, y nosotros siempre estaremos para protegerte – me dijo y se fue luego de inclinarse ante mí

- aún estás herido, descansa en lo que intento poner orden en la manada, muchos quieren conocerte pero por ahora debes descansar – me dijo aquel Alfa y se fue dejándome con un mar de pensamientos

El dolor de alguna manera había incrementado más de lo que esperaba, pero no me quejé. Me hice una bolita en la inmensa cama y me quedé dormido.

Me desperté por el dolor insoportable en mi cadera, no estaba sanando, eso me aterraba aunque en parte prefería morir. Ese Alfa entró de nuevo acompañado de un señor mayor, sin esperanzas de salvarme me dejé hacer.

- es cierto que un enlace reforzado lo sanaría, pero no puede forzarlo, joven Alfa – dijo ese señor mientras cubría mi herida con algo frío

- no voy a dejarlo morir si es lo que está pensando – dijo ese Alfa, me pregunté por qué tanto le importaba

- no puede decidir por él, joven Alfa, no puedes cambiar el destino de alguien cuando la otra parte ya lo aceptó – dijo el señor y se fue luego de inclinarse ante él

- quieres morir? Eso es lo que deseas? – me dijo ese Alfa mirándome, su mirada era tan profunda que no supe qué responder, porque dudé

- no sé… - admití cerrando los ojos

- no vas a morir rápido si es lo que estás pensando – me dijo

- entonces me iré – le dije levantándome pero no pude llegar a pararme

- no puedes irte aún, mataste a un humano y el consulado viene por ti – me dijo, intenté no mostrar mi miedo pero fracasé

- voy a morir allí de todas formas – susurré cuando se iba

- puedo hacer que no te lleven, pero si tú quieres morir, no puedo hacer nada – me dijo y se fue

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