Ep. 21: 父亲

971 149 85
                                    


La sensación de estar flotando en un infinito repleto de temor era simplemente hiriente, el no ser consciente por completo de su ubicación, haber sido arrastrado por su compañero como si no fuera más que un muñeco no ayudaba mucho, si fuera por él, no habrían salido de aquel parque.

—No creo que sea buena idea.— balbuceó en voz baja, el ajeno, a pesar de escucharlo, hizo oídos sordos. Era consciente de que tampoco quería, de que si por él fuera, no estarían prácticamente arrastrando sus pies hacia la lúgubre mansión que tan bien conocían. Al notar que, su acompañante no le respondía, repitió la frase.— Hwa, no creo que-

—Cállate.— Dijo secamente. WooYoung frunció el ceño.

—Deja de comportante como un gilipollas.— Habló tirando de su brazo, y deteniendo su camino.— Yo no soy el único culpable.

—Pero lo eres también.— Respondió soltándole la mano.

—Tanto como tú.

WooYoung observó su rostro, su cuerpo tenso, y su expresión intimidante. Siempre que temía de SeongHwa, fijaba su atención en sus labios, en cómo cuando se enfadaba con él los abultaba de manera que creía inconsciente. De esa manera no parecía tan peligroso y aminoraba de alguna manera la angustia. Nunca le diría su truco, sabía que le molestaría.

Suspiró, esquivando sus ojos.

—Podemos aguantar unos días, solo... encontraremos algo, a él, verás que sí...

Otro suspiro, esta vez de rendición, se asomó por los labios del mayor.

—¿Hace cuánto que no comes, WooYoung?— Preguntó, mas nadie contestó; ambos conocían la respuesta.— No puedo permitir que te pase nada. No me lo perdonaría.

—No te atrevas a tratarme como si fuera de porcelana.— Amenazó con la cara roja de la impotencia. Detestaba profundamente el lado sobreproptector de SeongHwa con él.— sé buscarme la vida.

—Ni tú ni yo lo hemos demostrado demasiado desde... bueno, desde que llegamos.

WooYoung lo miró unos segundos, y no tardó en cruzarse de brazos.

SeongHwa se atrevió a hacer el amago de agarrarle la mano al menor formando una sonrisa forzada, a la vez queriendo evitar el posible enfado del menor, sin embargo, al darse cuenta de esto, lo apartó cruzándose de brazos.

Al parecer ya era tarde para ello.

—Eres insoportable.— Susurró, y el rubio torció la boca.

Había olvidado de que WooYoung odiaba sacar el tema de "la llegada".

Iba a hablar, pero el gruñido de una puerta abrirse interrumpió sus palabras.

"Supongo que eso será una invitación a entrar." Pensó sin querer volver a hablar. Ya sabía que estaban allí.

Estaban en el centro de la ciudad, era extraño el que existiera una mansión tan grande y antigua en el lecho de tantos rascacielos modernos, pero al parecer, YunMin sabía ingeniárselas. No sabía si se trataba de un reflejo del que su magia había sido responsable, o un simple golpe de suerte. Nunca había visto pasar a nadie por aquel lugar más que ellos y el brujo.

—¿Querían algo?— inquirió observándolos de arriba a abajo una vez entraron en el hogar. El más alto tragó saliva.— Mi tiempo es demasiado preciado como para tenerles ahí parados sin hacer nada.

Uno de los ajenos se mordió el labio. Con aquel "padre" había aprendido a tener que callarse sus palabras.

—Hemos recorrido todo Seúl, tenemos hambre, no sabemos por dónde continuar, y el casero nos ha echado.

𝐒𝐄𝐃 || MinJoong [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora