Primera noche

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Cierra las ventanas, y al hacerlo el ruido del exterior se extingue por completo. En ese momento tan poco oportuno, le viene a la memoria, otro hospital, muy parecido al hospital en el que ella se encuentra ahora: el hospital que le vine a la memoria es el psiquiatrico de la película Dram Warriors. Hace un esfuerzo para reprimir el recuerdo de aquella película pero le resulta impsible, enseguida se aparece en su mente la imagen de Freddy Krugger.

 "No Jules, no. Piensa en otra película, Jules"

 A pesar de que había visto Dream Warriors de muy pequeña, la recuerda como si la hubiese visto la noche anterior en el cine y recién estrenada. La imagen del cruel Freddy, con su guante de cuchillas, está intacta en su mente. De pronto siente la necesidad de cerrar la puerta de su habitación, esa puerta que da a un pasillo largo, y oscuro.

 El corredor pasa por varias  habitaciones, en cada una de estas habitaciones duerme algún paciente, paciente que para Jules es un perfecto desconocido, una sombra. En las otras habitaciones, duermen pacientes que tal vez se sientan desconcertados como ella..., que tal vez estén despiertos como ella escuchando el silencio hospitalario, pacientes que tal vez tengan miedo como ella, pero si se trata de un psiquiatrico, tal vez alguno de esos pacientes pueda ser un psicopata, un potencial Freddy Krugger...

 En el pasillo se ha encendido una luz, alguien debe andar por el pasillo entonces..., unos pasos que se arrastran lo confirman. Alguien anda por el pasillo. Jules, que no se ha movido de su lugar, aunque sus latidos se hayan acelerado. Da una carrera hacia la puerta, salta un sillón, se golpea el pie con una pequeña mesita, pero nada la detiene. Presa del miedo se abalanza sobre la puerta y la cierra con un estrepitoso golpe. 

 Se siente más tranquila, aunque los pasos sigan arrastrándose por el pasillo. Pero esta tranquilidad dura apenas unos segundos. 

 "¡Maldito cine!" exclama entre dientes, pues ha recordado otra película: una película de la que solo vio algunas imágenes, y tal vez había leído algunas páginas del libro. Una película que sucedía en un gran hotel, una película en la que había una persecución por un largo pasillo, un pasillo... 

 En esa película la mujer huía del hombre, el hombre tenía un hacha, ella huía y se refugiaba en una de las habitaciones del hotel, pero claro, el maldito perseguidor tenía un hacha, y con el hacha comenzaba a golpear la puerta, ¡linda forma de golpear una puerta! 

 "¡Tranquila, Jules, es cine, son películas! No es real, Jules" se habla a sí misma como si le hablara a una niñita, pero en su mente el hombre sigue destruyendo la puerta a hachazos y la mujer perseguida sigue gritando. 

  ¿Cómo se llamaba el hombre del hacha? ¿Qué película era aquella? El hombre del hacha era Jack Torrance y la película era El resplandor. Maldito cine de terror de los 80´s, daba demasiado miedo. Uno no podía dormir después de ver una de esas malditas películas. 

 Jules apoya la espalda contra la puerta, y de pronto recuerda que en la habitación hay un televisor..., esa es la solución. Millones de personas en el mundo encienden el televisor cuando sienten miedo, enseguida alguna conductora, o algún conductor les hará companía, les hará pensar en otra cosa, en las noticias, o en lo que fuera, la televisión distrae y es una buena compañera. Muchas veces, ella, siendo una niña, había encendido el televisor para dejar de sentir miedo y soledad, o para dejar de imaginar cosas que dieran miedo. 

 Cobrando animo se pone de pie y se aparta de la puerta. Ya no oye los pasos, y eso tal vez sea lo peor de todo, porque el caminante se ha detenido, tal vez frente a su puerta.

Se estira pues el televisor está a una buena altura, comienza a girar las perillas una y otra vez, pero nada, el televisor no enciende. 

 Los pasos se detuvieron y el maldito televisor no enciende. Jules siente ganas de gritar. Pero recuerda, sin saber por qué, que los televisores en los hospitales suelen funcionar con monedas. Recuerda también que ella se ha guardado algunas en el bolsillo.

 "Hoy estás de suerte, Jules." Se dice, mientras su mano nerviosa entra en el bolsillo y descartando los billetitos y los papeles, busca las monedas. Saca un puñado de frías monedas. "Cuando enciendas el televisor te vas a dar cuenta de lo estúpido que es este miedo, pequeña Jules", se dice. 

 Ahora su mano nerviosa busca la ranura para las monedas. Apenas da con la ranura mete una, dos, tres, y cuando está por meter la cuarta, el televisor se enciende. El alivio recorre su cuerpo. 

 "Gracias, Señor", dice relajándose, en un lapso religioso. Pero el Señor no ha sido demasiado generoso: el televisor solo emite rayitas, miles o millones de rayitas y puntos. Jules gira la perilla hasta que da con un canal en el que hay bandas de varios colores. Al menos eso ilumina su cuarto.

 La televisión, en los 80´s, dejaba de transmitir después de medianoche. Y todo en ese raro lugar es de los 80´s. Recién con la televisión por cable comenzó a haber programación nocturna. De todas formas, Jules se siente mejor. Vuelve a su cama, aprovecha de la luz del televisor, para poder ver sus revistas. 

 En la revista Pelo hay un poster de Bon Jovi. Parece ser una fotografía de un video que Jules recuerda muy bien ¿Bad name era la canción? Y de pronto esa canción empieza a sonar en su mente, eso sí que es un recuerdo agradable.

 I play my part and you play your game 

You give love a bad name 

You give love a bad name 

  Está a punto de dormirse, con la revista sobre el regazo cuando los pasos vuelven a oírse, y esta vez, está completamente segura de que esos pasos se detienen frente a su puerta.  

I love 80'sWhere stories live. Discover now